Academia de Baile Balderas

«1,2,3 y vuelta; otra vez y otra vez». Así se escuchan las indicaciones del maestro al exterior de las academias de Baile Balderas. Desde la banqueta, todas las tardes, se visualizan parejas practicando sus mejores pasos para convertirse en unos decentes bailadores.
Yo me defiendo al bailar y así es la manera en que yo disfruto una fiesta. Claro que mis parejas no siempre me siguen el ritmo. Así que sugerí a una de ellas que me acompañara a tomar algunas clases para mejorar el estilo.
Ya ahí, supe que algunas personas acuden en solitario y se acoplan perfectamente con alguien de la clase. Ósea que, además, es un buen lugar para conocer personas nuevas. Después del trabajo, acudir a sacar el estrés del día, al son de bachata, cumbia y norteña, al menos dos veces por semana, es una muy relajante terapia. Así que no se diga más y a bailar!

Cuando era más joven, me perdí muchas oportunidades de citas por no saber bailar y quedarme sentado en las fiestas, entonces decidí que era necesario que aprendiera a bailar. Pasó el tiempo y finalmente me decidí a probar mi suerte y la de los instructores en la academia de Baile Balderas para ver si era posible que un tronco como yo pudiera mover las caderas.
La inscipción por un año no es muy elevada y cada mes pagas una cuota de acuerdo con las horas de clase que quieras tomar.
Puedes elegir el horario que más te guste, incluso los domingos.
Recientemente tienen promociones y grandes descuentos.
Tienen un sistema de enseñanza basado en una serie de pasos básicos para cada género musical. Los instructores te van llevando por cada estilo, pero si te interesa uno en particular puedes saltarte los demás.
Los instructores son muy pacientes, créeme, conmigo tuvieron que batallar mucho. No continué con las clases, pero aprendí lo suficiente para defenderme en la pista de baile, al menos ya no me quedo sentado en las fiestas.