Comenzó hace años en otro local, más pequeño y se llamaba El Gran Karaōke. Tuvo mucho éxito, y se cambió a esta nueva ubicación, en un segundo piso en la plaza de Carls Junior, así se le conoce pues no tiene nombre y el letrero más grande de todos los que tienen es el de esa franquicia de comida rápida. Tiene un muy buen menú de canciones, está bien el lugar, ya más amplio y cómodo, y tiene una terracita para poder fumar. Yo fui asidua cliente por un tiempo, ahora voy de vez en cuando pues no salgo mucho que digamos en ese plan. Pero te tengo que prevenir. El dueño, un señor con sombrero, es protagonista y medio, y cuando está muy lleno y tienes que esperar tu turno, medio cae mal que cada cambio de mesa, se echa su solo, exagera!!! Ni canta tan bien. Si tienes alma de artista, ven a hacer tus pininos y lánzate al estrellato un rato, inspírate y ponte a cantar !!!