Jaguar. Barra de Café

Un lugar al que siento que le falta explotar todo su potencial, pues sí bien el lugar es agradable y perfecto para realizar actividades en solitario, no es como para quedarte mucho tiempo ahí, pues hay algo que impide que me convenza de quedarme por más de 30 minutos, incluso prefiero pedir mi bebida y retirarme.
Cuenta con diversos sabores en frappés, también puedes elegir cafés fríos o calientes y tés, sí andas com hambre cuentan con panninis, chapatas, croissants y algunos otros bocadillos para pasar el rato mientras te encuentras aquí a un precio económico.
Las veces que he ido o pasado por ahí me he encontrado el lugar vacío o con apenas unas cuantas personas, por lo que aún no me explico como se han podido mantener, aunque supongo que la mayoría de la gente que acude sólo pide su bebida y se retira, pues además no cuenta con estacionamiento, por lo que no puedes ir en automóvil, el lugar repito, si bien es acogedor y perfecto para realizar alguna actividad en solitario, en compañía como que no combina. Puedes aprovechar realizar algún trabajo aquí, pues cuentan con internet, es cuestión de consumir en el lugar para que te proporcionen la contraseña.

Es rico y barato, pero el ambiente es malísimo, parece que todo es puesto improvisadamente, como si antes hubiera sido una oficina que intentaron transformar en cafetería.
Sé de gente que se junta seguido aquí para juntas de trabajo, creo que por la ubicación y precio (a parte de privacidad porque hay muy poca gente) que les orfece el lugar, de ahí en fuera, no iría pero ni por error.
Hay un montón de libros para elegir, y creo que de esa manera si regresaría, para leer algo y tomarme un cafecito (el americano está muy bueno) por lo mismo de que el lugar desprende un aire de soledad, creo que es mejor ir solo a con un grupo.
Ese día habían unos pancitos a $ 5 pesos, minis minis pero se vaían muy buenos, así que los probe y pues no fueron la gran cosa, sinceramente, al igual que todo lo demás que hay aquí.

La verdad es que este lugar no tiene mucho chiste para mi. Se me hace que el café que venden es bueno, y quizá los otros productos para beber y comer también lo sean.
Lo único que he probado ahí son los espressos y las tisanas, y ambas bebidas han sido muy ricas, pero normalmente no estoy más de media hora ahí porque no se me hace un lugar para permanecer. No sé si es el calor o la falta de alma que tiene, pero simplemente no me apetece quedarme ahí.
La locación es inigualable: justo en frente de la iglesia de Santa Ana, en el barrio que lleva el mismo nombre, el cual resulta uno de los más visitados de la cuidad, ya que tiene muchos negocios en sus alrededores y se encuentra en una ubicación privilegiada ya que está en esa frontera entre lo que deja de ser el centro histórico y se convierte en la Mérida del siglo XIX. Los lindos edificios que adornan el Paseo de Montejo dan cuenta de la bonanza económica que hubo en esta región gracias al henequén. Santa Ana es el barrio que te permite mirar de cerca a las dos Méridas: colonial y henequenera.
Por esta razón es que considero que vale la pena pasarse a este lugar por un refill de energías, pero no le doy más que eso.

Paso mucho por este lugar, ubicado frente a la Parroquia de Santa Ana. Y había algo en la fachada que no me resultaba atractivo, me parecía una lugar de paso, como de nescafé y comida rápida. Prejuicios, malditos puntos ciegos.
El otro día, en vista del poco tiempo que tenía para comer, decidí ir a buscar algo rápido a los alrededores, y resulta que vi este dichoso lugar. Dije: pues miagh…
Cuando entré pude ver la enorme variedad de opciones cafeteras que ofrecen. Y luego dirigí mi mirada al menú de comidas y descubrí múltiples palabras bonitas como: «abundante mezcla de champiñón, pimiento, con salsa de queso azul y pan integral» Las apariencias me engañaron por mucho tiempo, pero ya no más.
La comida está súper rica. Pedí un wrap, que es una tortilla rellena de vegetales deliciosos, preparados cuidadosamente. Neta. Rico, rico, rico, y económico, $ 31.
Francamente, me quedaron muchas ganas de regresar a probar sus múltiples cafés y las otras baguettes. Y al parecer podré intentarlo de lunes a domingo porque el horario de este café no tiene descanso. Chido.

Estaba indeciso a entrar, no sabía qué esperar, digo, el lugar es modesto, sencillo a simple vista, no había algo que me llame la atención o me invite a entrar, estuve en la afuera como 10 minutos, tuve un diálogo interno sobre las posibles decepciones que me podría causar, hasta que decidí pasar y «a ver qué pasa».
Efectivamente, el espacio es sencillo, pequeño y muy modesto con ciertos detalles en la decoración que hace alusión a la cultura popular mexicana, lo cual me llama la atención porque la mayoría de las bebidas y comida es todo menos mexicana; pero me llama más la atención porque el nombre «jaguar» me suena a «Yucatán».
Dejando a un lado lo anterior, está mono el lugar, su belleza radica en la sencillez que tiene tanto en el espacio en sí, como en su comida. Al ser mi primera vez no sabía qué pedir, elegí un frappé con sabor a chocolate blanco, cubierto con lunetas, coco y hersey’s y una chapata de vegetales ¡vaya combinación!
Fue muy agradable mi sorpresa con ambos alimentos, la chapata es deliciosa, extremadamente nutritivo y para hacer contraste, el frappé cero nutritivo, pero muy rico, con tanta porquería encima pero sin perder el toque a café.
Al final no fue tan caro, gasté menos de $ 100.00 con todo y propina. Una vez queda demostrado que las apariencias engañan, y siempre podrás recibir grandes sorpresas.
Sin embargo sí creo que el concepto del lugar aún no está bien definido.

Este pequeño café se encuentra frente al parque de Santa Ana, es un lugar agradable y tranquilo, definitivamente una buena opción para desayunar o comer algo ligero y saludable.
Tienen varias opciones a buen precio, lo mejor para mi gusto y lo que recomiendo debes probar son sus burritos que están rellenos de ricos vegetales una locura de sabor, siempre lo pedimos cuando voy con mis amigos.
Ideal para ir a platicar y tomar un frappé o un té mi novia está decidida a probar todos los tipos de sabores de té que manejan; La decoración del lugar tiene un toque bohemio y moderno a la vez, cuenta con pequeña galería y una mesa de libros para elegir y si tienes un libro que ya hayas leído y no tengas problema con cambiarlo y compartirlo puedes hacerlo y llevarte uno que no hayas leído.

Si eres de las personas afortunadas que su trabajo lo puedes realizar a la hora que quieras y en cualquier lugar que tenga Internet, como los community manager o los scouts en Unilocal,este es un lugar perfecto para realizar dichas tareas.
Jaguar Barra de café ofrece los justo y necesario para hacer las actividades laborales en sus pequeñas dependencias. Tienen wifi y lo mejor de todo el tan preciado y exquisito café. Podrás encontrar una variedad de preparaciones tanto frías como calientes. En estas tierras calurosas no puede faltar los deliciosos frappés, tienen el tradicional y con distintos pedacitos de cielos, te contaré algunos para que se te antojen, frappé de caramelo o el de galleta oreo. Si eres de los que se les hace agua la boca cuando leen la palabra chamoyadas, aquí la pueden disfrutar, tiene de mango, fresa, limón, maracuyá y zarzamora.
Jaguar es un punto perfecto para desarrollar parte de tus actividades del día y tomar cosas ricas, que eso siempre es un buen incentivo para trabajar.

Hay veces en la vida de un turista, que llegas a la ciudad donde andas visitando y ves por todos lados que se venden «chamoyadas» y pasan desapercibidas porque simplemente, no eres de la zona. No era la primera vez que veía anunciada esta bebida-​frappé-​chuchería-​antojito, así que si tu tampoco sabes qué es, te lo voy a decir.
Es parecido a un raspado, o sea, está hecho en base a hielito triturado. La palabra chamoyada, viene de chamoy que es un líquido picosito agridulce de un color rojo intenso que es utilizado para darle un saborcito a todo tipo de botanitas y snacks. Las chamoyadas pueden ser de diferentes sabores, te recomiendo la de mango que al mezclarse el dulce del mango con el agridulce picosito del chamoy y el hielito, resulta la bebida más refrescante y adictiva que te puedas imaginar. Aquí lo puedes encontrar y te apuesto lo que quieras que exterminará el calor en cuanto la tengas en tus manos.

Esta cafetería en el barrio de Santa Ana, hace poco descubrí este lugar pero no me había decidido a entrar, hasta que decidí olvidar la dieta y consentir al estomago. Esta cafetería tiene un concepto diferente que va entre lo tradicional, lo lounge y lo vintage con sus centros de mesa hecho con botellas reutilizadas con flores naturales, que da el ambiente relajado, discreto y a la vez divertido que tiene este lugar.
Es perfecto para ir en pareja o con amigos, o simplemente solo a leer o escribir, ya que es un lugar tranquilo, no hay mucho ruido y puedes concentrarte si necesitas estudiar o realizar una tarea especifica que necesite un poco de inspiración cafetera.
Con 15 sabores de frappes además del tradicional capuchino, este lugar satisface mis expectativas y creo que las de cualquiera adicto al café, cuanta con variedades de café frío y caliente, café de grano, té chai y uno llamado Statto, combinación de un shot de café, con pedazos de chocolate semi-​amargo, decorado con canela y chocolate.
Si el café no es lo tuyo, no te preocupes, también cuentan con chamoyadas, smothies, té herbales y frutales y claro el clásico chocolate frio o caliente, con cinco sabores a elegir para combinar y disfrutar. Además para sumar más calorías y si tienes algo de hambre, puedes ordenar un bagel, un sanwich, un wrap u otra de las especialidades de la casa.

Service was great. I really, REALLY wanted a mango smoothie with the chili swirl after having it at El Gran Café. In comparison, the chili mango smoothie isn’t quite as delicious as at El Gran Café but still tasty. It was more expensive than El Gran Café’s smoothie as well ($ 39 pesos for a grande).

Jaguar: Barra de Café.
He de admitir que he pasado muchas veces por este lugar, ubicado en la calle 60 y nunca se me había cruzado por la cabeza entrar a él. El lugar se ve pequeño y casi se esconde entre el resto de los edificios. Ya que por fin me decidí a entrar, salí con sentimientos encontrados.
Primero se nota lo pequeño del espacio, que crece en la noche con dos juegos de mesa más que se ponen a las afueras del local. Dentro nos encontramos con tres juegos de mesa y una barra para ordenar. La comida no es variada, tienen lo justo que encontraríamos en un café, como por ejemplo panninis y ensaladas. Lo que sí me gustó fue su variedad de café y sabor. Su café posee buen aroma y sabe rico.
El problema es que con un solo empleado de turno, al menos a la hora que fui, el servicio es lento y si existe más gente demora más dependiendo de lo que estén preparando.
Como cafetería, Jaguar cumple con las expectativas y tiene un producto rico y de calidad. Ideal para un café rápido, en el día.

La fachada de este lugar es modesta y no parece que te va a dar tanto como ofrece, pero sigue leyendo: Vivo en la zona desde hace más de 3 años y nunca había entrado, porque parecería tal vez sólo un lugar para recoger tu café y salir, pero no. ¡Entra! Este lugar tiene café rico, monchis a excelente precio y saludables, mesas cómodas, internet, mucha luz natural y, si te gusta trabajar en un lugar con un ruido moderado (la calle 60, hola), es el espacio ideal.
El café americano está muy bueno, y muy barato. $ 18 la taza sencilla, con 1 shot, $ 25 la taza jumbo. $ 21 pesos la taza chiquita pero cargadón, con dos shots. También está la opción de pedir la prensa francesa, chica a $ 18, o la que yo pedí, que rinde 2 tazas y media, a $ 23. Recomendada: D De comer hay bagels, paninis, wraps, cuernitos, chapats y monchecitos dulces a $ 5 la pieza. de seguro se me olvida algo. Té Chai, chocolate, smoothies y chamoyadas, tés, frappés, etc., etc., etc.
Me gustó mucho también que prácticamente toda la fachada es un ventanal, entonces entra mucha luz natural y la vista de fondo va cambiando (un tip para gente que debe trabajar en la computadora: búsquense lugares donde haya un poco de movimiento en el entorno): la calle 60 a la altura del parque de Santa Ana. Si estás cerquita de la zona y quieres un café, pero andas solo, aquí te lo puedes tomar junto a la ventana y mirar a la gente pasar c: Hay muchos personajes en este barrio.
Bien por el espacio de consulta e intercambio de libros. También tienen internet gratuito y propio; no te cobran por usar el contacto (y eso que me quedé mil horas D:). El servicio está muy bien.
Venden también café molido por kilo para llevar.

Si disfrutas de lugares tranquilos que te inspiren a trabajar, a tener una linda charla o leer un buen libro, este es el lugar perfecto.
Si deseas comer, puedes encontrar panninis, chapatas, wraps, bahels y croissants a precios módicos y un sabor rico. Si gustas un café hay desde el tradicional americano hasta un latte o toffee al que le puedes agregar una gran variedad de saborizantes por $ 6 pesos cada uno; tales como: caramelo, diferentes tipos de chocolate, menta, crema irlandesa, amarato, vainilla, chantilly, cajeta, etc.
Si eres de los que disfrutan de un frappé, pues aquí hay un concepto muy padre, porque aparte de elegir el tipo de frappé que quieres, es decir, moka, normal etc; puedes elegir 3 complementos los cuales pueden ser: oreo, krankys, lunetas, galleta maría, jarabe de chocolate, entre otros.
El sitio es muy acogedor y tiene libros tanto en español como en ingles por si quieres leer algo y tiene una zona privada en la parte de arriba, perfecta para tener alguna reunión de trabajo con amigos. Nota: cuentan con wifi.