El pato

Si de cantinas se trata me gusta ser un explorador y no hacer prejuicios, es por esto que he conocido algunas que no están precisamente en el centro de la ciudad sino ya hacia las colonias de la ciudad. Conozco este bar de la familia Puerto desde hace varios años, desde que cursaba la preparatoria mis amigos y yo pasamos muy buenos momentos en su interior, nunca me preocupé (ni mis amigos del oriente de la ciudad) mucho por como volver a mi casa ya que me quedaba cerca.
El ambiente es familiar, no sólo porque dice que es un bar familiar, sino porque ya tiene clientes frecuentes, se respira mucha camaradería, a pesar de visitarla por primera vez siempre reciben a todos de buena gana. Tiene el área clásica de cantina con barra y la parte de atrás con varias mesas y… ¡pista de baile! Jaja sí, una pista que en algunas ocasiones es amenizada por un tecladista.
El complemento ideal es la cerveza a un buen precio, la botana esta rica, soy un experto en botana y puedo decir que los antojitos yucatecos que sirven ahí tienen un buenísimo sabor. Con el paso de los años este lugar va cambiando para bien, pero siempre conserva su tradición.

Lo sé, lo sé, tiene muchos años de experiencia, perdón, pero no lo conocía, hasta hace dos años cuando una amiga nos dejaba para cumplir el sueño mexicano e irse a vivir para el DF, ella quería despedir Mérida en una cantina y eligió a «El Pato».
Es sin duda uno de las mejores cantinas en la ciudad, se le notan los años de experiencia que tiene encima, el ambiente está acompañado de un aire nostálgico, todo el edificio proyecta esta sensación, las paredes gritan tradición.
Algo que me da mucho gusto es que se trata de un negocio familiar que ha ido creciendo gracias a las ganas que han depositado en ella, ofreciendo un servicio de calidad y sobre todo, con mucha amabilidad.
La botana se luce, es generosa y muy rica, como mínimo dan las ya conocidas frituras, pero también, dependiendo de la hora, es que puedes probar algunos antojitos yucatecos. Se divide en dos partes: la barra y el área familiar.
Obviamente la parte familiar es más amplia y a veces cuenta con música en vivo, un señor con su órgano se sienta a deleitar con lo mejor que sabe hacer, no te preocupes, hay un espacio para que puedas bailar.
Si tienes en mente hacer algún tour cantinas, éste es el lugar ideal para empezar y ya enfiestado puedes seguir tu camino, aunque es posible que decidas quedarte hasta el cierre.

Los amantes de la onda cantinera old school, sabrán apreciar este tipo de lugares, que llevan el sello de la tradición familiar generación tras generación y que, por los años de experiencia en el trato personalizado de los dueños, saben mantenerse en el negocio con una clientela fija.
El bar el pato, es uno de esos lugares a los que uno llega y sabe que está en familia, cuando lo que buscas es la clásica cantina de barra y botana yucateca este es una de las opciones claves para disfrutar de un ambiente de antaño. Hace unos años, yo fui uno de los que no faltaba parroquialmente a la tomadera de cahuama y el pan de cazón, porque si algo saben hacer rico en este lugar es la comida y la chela bien helada.
Hablando de tradición familiar, este bar tiene cerca de cincuenta años en el negocio desde que uno de los hermanos Puerto lo abriera, y luego con el paso del tiempo se asociara para luego dejar en manos de don Victor, quien te atiende personalmente en la barra de la cantina.
En el circuito cantinero, es obligación ponerlo en la lista de los negocios que tienes que conocer, porque los estallidos de risas y los clientes de toda la vida saben hacerte entrar en calor (y mira que en esta ciudad hace calor).
Justo en la esquina del pato, este bar se erige como monumento a la buena tomadera de cahuama heladita y botana sin más.
Yo te recomiendo llegar entre las cuatro y las siete de la noche que es cuando el ambiente se pone mejor. Además de la barra, cuenta con un amplio salón «familiar», ya sea que vayas a distraerte un rato, o quieras comer rico al ritmo de la guapachosidad, el bar el pato es una buena opción y una referencia obligada en el paseo de bares a la usanza antigua.

El bar el pato, está ubicado justo en la esquina que lleva ese curioso nombre, en donde desde hace más de 30 años prestan sus servicios como un negocio familiar, y me bastante tradición.
Yo he crecido a media cuadra de ese lugar, son mis vecinos, y los he visto mantener el mismo concepto y clientela por muchos años.
Recuerdo que cuando era un poco adolescente y teníamos alguna visita en casa, iba con mi madre a la puerta de la cantina y buscábamos a Silvia, esposa de uno de los propietarios, quien amablemente nos atendía, entonces comprábamos una cahuama y pedíamos el favor de que nos otorguen un poco de botana en el plato que llevábamos. O sea era como ir a la cantina a consumir y comer botana, pero la pedíamos para llevar. Ese trato era justo, ya que mi mamá trabajaba en el seguro social, y de en cuando necesitaban algún favor de ahí, así que considero que era un trato justo.
La botana era buena, botana tradicional de cantina, mollejitas adobadas, pepino con chile molido, kibis, chicharras con pico de gallo, sikil p’ak, remolacha con limón, chile molido y cilantro, carne de res en salpicón, entre otras cositas con las que variaban o completaban.
Hasta la fecha el bar está lleno, tienen un barra con luz tenue, y una tele donde puedes ver algún partido o pelea. Abren de lunes a domingo.
Nota: El preparado de michelada es DELICIOSO, puedes comprarlo por litros.