El Chile Habanero

Esta red social ya parece un confesionario. Así es, aquí va una confesión más de Beto: No puedo comer chile, no por cuestiones de salud, sino porque no lo tolero, el más mínimo rose que tenga con mi paladar es… bueno, horrible. El caso es que, tengo más publicidad de este restaurante en mi mochila, que las veces que he ido, porque tontamente lo relacionaba su sabor con el chile habanero ¡dah!
Me armé de valor y fui, lo primero que pensé fue que todo estaba muy caro, pero leí «panuchos de cochinita pibil», ¿panuchos? Había probado salbutes, pero ¿panuchos? Obviamente tenía que probarlos.
Para empezar, la decoración me gustó mucho, tiene ese toque yucateco y moderno a la vez, es bastante cómodo pero algo pequeño. Las mesas me fascinaron, hechas de mosaicos de porcelana.
Ahora bien, los panuchos están muy ricos, la verdad es que no es la mejor cochinita que he probado, pero es muy buena, lo mejor es que están muy bien servida y la tortilla está doradita, doradita, con todo y su cebollita curtida. La orden tiene tres y en medio te sirven un chile habanero.
Hay una gran variedad de platillos en el menú, si me parece un poco caro, sólo un poco, nada exagerado ¡eh!, pero también me parece rico, de cierto modo se compensa, pero debes estar preparado y tener en cuenta que posiblemente gastes mucho.
Te recomiendo que en vez de pedir una cerveza, pide una agua de lima, está muy bueno.
Cabe mencionar que todos, absolutamente todos los empleados, dueños o involucrados con el restaurante, te hacen sentir bienvenido, una muy buena atención.

No sé ustedes pero yo cada vez que leo algún restaurante que tiene la palabra chile y más especifico habanero, me asusto, porque pienso que su comida es bien picosita y las experiencias que he tenido no han sido tan buenas.
Caminando por la hermosa ciudad de Mérida me puse a buscar donde podía comer para calmar el hambre feroz que me estaba atacando y en esa búsqueda me tope a El Chile Habanero, sin pensarlo mucho entre a investigar.
La carta que ofrecen es bastante amplia pero lo que más ofrecen son antojitos yucatecos pero también puedes encontrar la tan maravillosa pizza o ensaladas. Al ver las opciones no encontraba muchos platillos vegetarianos que no fueran lechuga, le pregunté a la señorita si tenían otras opciones y muy amablemente me explicó que me podían hacer burritos vegetarianos o panucho con verduras, ese detalle me cautivó.
Los platillos están bastante bien, excelente para calmar el hambre del momento y los precios son bastante accesibles.

Si te digo «chile habanero», ¿qué se te viene en mente?.. ¡Exacto! Comida yucateca, hay de todo ¡a muy buen precio! El lugar está súper bonito, una hostess súper amable te presenta las opciones y combos que puedes pedir, de allí, obvio te convencen, tienen buenos paquetes y lo que más me gustó fueron las pinturas, con por ejemplo, de pirámides y detalles mayas, el artista que los pintó se sacó un diez… pero bueno, aquí no vienes a desgustar las pinturas, sino a estos deliciosos platillos yucatecos, así que te daré la recomendación.
La sopa de lima está riquísima, es como para calentar motores, aunque si no traes mucha hambre, hasta aquí llegaste, pero también la puedes compartir con alguien para que te quepa la cochinita pibil que hacen, ¡está muy sabrosa! la mezcla de cochinita pibli con el habanero y limoncito, ¡uf! está como para querer hacer gula.
Aunque no es el lugar más concurrido ni con platillos fuera de serie, cumplen su función con buena sazón, a muy buen precio y con toda la calidez del meridano.