El Jaguar

«¿Qué va a llevar hay de pollo, costilla, papa, chorizo, queso, chicharrón prensado, rajas, deshebrada, frijol???» Una de las frases más ricas que he escuchado en la vida, cada que me dicen los guisos a mí se me antoja uno de cada uno, luego veo el precio $ 5 pesos y digo bueno si estoy muy tragona pues que se junten los $ 100 pesos no hay problema, he conocido a pocas personas que me digan que pueden comer sin tortilla o que no son amantes de los tacos y cada vez que me dicen algo así en mi mente sólo exclamo «Como puede ser posible que no te gusten los tacos, eso no es humano», con el tiempo he entendido que cada quien es vicioso de algún alimento pero el mío sin duda son los tacos.
Aquí los puedes pedir para llevar o para comerlos ahí, arréglatelos como tú quieras, con cebolla morada y piña o con ensalada de col y la salsa que quieras ¡cuidado con la salsa verde! Dicen que pica poquito por tener aguacate pero no te confíes a veces es traicionera.

Se ponen en el Jardín de Embajadoras y son tacos de canasta, o tacos sudados. El chiste es que las tortillas se bañan primero en una salsa adobada más o menos picante, después se fríen y se rellenan con algún guisado, que puede ser pollo, carne de res, chorizo o papa, frijol, rajas; luego se ponen al vapor y el resultado son unos tacos suavecitos con un sabor muy concentrado. Se sirven con ensaladas frescas en vinagre, con col verde o morada, pepinos, cebollas blancas o moradas, en vinagre de piña. Cada taco cuesta cinco pesos, y puedes ponerle todos los menjurjes que quieras, hay variedad. Venden refrescos y si quieres beber otra cosa, hay muchos puestos ahí cerca para comprar jugos, licuados, lo que quieras. Te puedes sentar en las bancas del jardín porque no hay mesas, pero no es incómodo estar ahí. También puedes pedirlos para llevar y te ponen salsas y de lo que pidas aparte. Buen negocio, buenos tacos.

En cierta ocasión que decidí inscribirme en un verano de investigación, tuve que aplicar encuestas a restaurantes, hoteles y puestos de comida en la ciudad de Guanajuato, fue así que llegué a donde vendían estos tacos estilo «al vapor».
Al principio sólo iba a aplicar la encuesta, pero mientras servían a las personas que llegaban y abrían la vaporera, el olor que despedía me obligó a probarlos y no mentía, la verdad es que estaban muy ricos, tanto, que me comí 5 y aunque no parezcan tantos, quede satisfecho con el cuarto. Había de pollo, carne deshebrada, queso, chorizo, costilla, frijoles, chicharrón prensado y uno que otro que se me pasa, las tortillas son hechas especialmente para evitar que se rompan y se bañan en una salsa de chile ancho para después rellenarlos con los ingredientes y acomodarlos en la vaporera.
El carrito de comida está cerca de la alhóndiga, debajo de un árbol y lo encuentras únicamente en las mañanas.