Cada vez que pasaba por aquí, por mis clases de francés, se me hacía muy curioso el pequeño local, con el simple letrero de «pasteles caseros». Entré una primera vez a ver qué había: pasteles grandes y pequeños de fresa, chocolate, como de cumpleaños y eventos especiales. Lo que compro son pasteles pequeños, que te cuestan menos de cien pesos y los disfrutas bastante. Se ven y saben a que realmente son caseros, como su nombre lo dice. Si necesitas algún detalle y no tienes mucho dinero, este lugar es el mejor que puedo recomendar, me han sacado de apuros en varias ocasiones. Además, también puedes mandar a hacer especiales, lo que conviene mucho: un pastel personalizado, por decirlo así.