La Moresca

Great Italian food at fair prices. Wonderful service by friendly folks. Great wine selection, with many South American and European wines to choose from, among others. Nice ambiance with wonderful techno Chill Lounge music. We had a great Florentine spinach salad and two different pasta dishes. All very good. We’ll be back.

Sin duda uno de mis lugares favoritos, en general todo esta rico pero mis favoritos son los espárragos gratinados de entrada, están envueltos con jamón serrano, cocidos en su punto son una delicia y como plato fuerte lo que más se les antoje, las pastas, las pizzas, los calzones, etc. No duden en pedir algo que no hayan probado seguro les gustará.
La cava es muy buena a mi me gusta mucho el vino rosado que ofrecen en su carta pero hay para escoger.
El servicio es bueno y el lugar es encantador, toda una experiencia italiana.
Solo que siempre está lleno hay que llegar con tiempo y sin tanta hambre.

Este lugar no necesita abrir todo el día porque la gente consume bastante, ya sea desde oficina cuando se quedan por tiempos extras piden para llevar (trabajé en un despacho donde pedíamos muy seguido de aquí para cuando se nos hacía tarde) o simplemente para la cena entre semana. Ya los fines de semana abren para la hora de la comida, el lugar ya tiene muchos años y sigue siendo de los predilectos porque a pesar de que la comida es buena y lo que más recuerdo son sus pizzas, el ambiente, la luz y su terraza lo hacen una experiencia un tanto diferente a otros lugares, si puedes llevar a tu pareja para festejar una fecha importante no es solo como para salir a cenar casual.
Aquí solían hacerse las reuniones con los invitados a la gira de documentales Ambulante, tienen un trato muy amable y están acostumbrados a los grupos grandes, las cenas especiales y a preparar los platillos con alta calidad.

Bonito lugar para cenar por la iluminación nocturna, aunque últimamente he visitado su bar en el segundo piso y cuya entrada es por unas escaleras por el lado de la calle Miguel de Cervantes.
Aquí tienen un área que se presta para festejos de cumpleaños en la que pueden estar cómodamente entre 20 y 40 personas entre sillones y banquitos. Puedes ordenar no sólo bebidas del bar sino alimentos del restaurante. La vez que fui me atendieron muy bien y a pesar de que llegue casi a la hora de que cierran la cocina me prepararon mi fettuccini Alfredo que se le antojó a más de alguno.
El restaurante en la planta baja es un clásico de la ciudad, la cocina es buena aunque no espectacular, el lugar es agradable con bonita decoración y en una zona bastante céntrica.

Me gusta empezar mi semana haciendo reseñas de pizza, por que la pizza me pone de buenas y hace que los lunes sean menos pesados… así que hoy, les voy a hablar de la Moresca.
Si alguna vez han leído mis reseñas de pizzerías, saben que mi meta en la vida es viajar por el mundo probando pizza, hace poco tiempo que llegué a esta conclusión, aun que sin querer, desde hace unos 5 años he ido cumpliendo poco a poco dicho plan… y bueno ¿qué mejor forma de cumplir esta meta que probando cuanta pizzería se me atraviesa en la ciudad donde vivo…
(aquí comienza mi comentario de intento de conocedora payasa de pizzas)
Las pizzas de aquí no son nada del otro mundo, cumplen con los estándares de la masa de pizza, delgada, ligeramente tostada en la parte inferior, buena flexibilidad y ligeras en el interior. Sin embargo, es a la hora de los demás ingredientes cuando la cosa no me gustó tanto, la salsa de tomate me pareció bastante insípida, como si la hubieran rebajado con agua o si no le hubieran puesto los condimentos suficientes, los ingredientes de una pizza no deben opacarse unos entre otros, sino complementarse para crear algo delicioso y en el caso de las pizzas de la Moresca, me brincaba demasiado el sabor de la salsa, así que no me dejó disfrutar del todo la pizza, además la pizza que pedí, tenía las hojas de albahaca completas sobre el queso, así que aun que amo las hierbas aromáticas en mi comida, estuve todo el rato con la preocupación de no terminar con un pedazo de planta entre los dientes. El queso no estaba malo, pero definitivamente he probado mejores.
(aquí termina mi comentario de intento de conocedora payasa de pizzas)
El lugar ofrece más variedad de alimentos, después de todo es un restaurante de comida italiana, así que no está enfocado solamente en la pizza, pero bueno, si yo veo pizza en el menú, no lo pienso dos veces. No es una mala pizza, es solo que he probado mejores, esta no sería mi primera opción si me dijeran «elige el restaurant que quieras para ir a comer pizza».
El servicio es bueno, con una atención excelente y un trato muy amable, eso le da puntos al lugar. Además cuenta con un bar con gran variedad, y eso definitivamente es un mega bonus point.
Como siempre digo al final de una reseña en la que el lugar no me convence del todo: al final, les toca a ustedes darse una vuelta y decidir.

No te das cuenta lo viejo que estás –snif snif– hasta que recuerdas los primeros lugares a los que fuiste a beber alcohol. Tenía 16 años cuando fui a cenar con unos amigos de mi novio al Bar La Moresca. ¡Me sentía súper mala tomando vino tinto! No estoy segura si los meseros se dieron cuenta de mi menoría de edad, pero no dijeron nada. Digamos que era una niña inofensiva que se estaba embriagando con dos copas de vino ¡Ternurita!
De las cosas que más recuerdo y añoro es el ambiente, no tanto la comida. Si, eran ricas las pizzas, pero ya hay muchas pizzas muy buenas. Me gustaba mucho el color de la iluminación. Tal vez soy rara y me fijo en esas cosas, pero me acuerdo perfecto de ese tipo de cosas, el ritmo de las conversaciones de nuestros vecinos de mesas.

Aunque alguna vez he probado la pizza en este lugar, y diría que no está mala pero tampoco fuera de este mundo. Lo que me interesa aquí es de otro orden totalmente y es que a veces me da la James Bond y se me antoja un martini (shaken not stirren) y aunque es un básico de coctelería hay gente rara por ahí que lo quiere preparar con vodka, es decir, hacerlo muy mal.
A mí me gusta el martini seco, ese que se prepara con ginebra y vermouth seco (¿ven que el vodka no tiene nada que hacer aquí?) y cuando el antojo me da en la Colonia Americana mi destino es La Moresca. Específicamente la parte de arriba de su restaurante, en donde además hay unos silloncitos muy coquetos en los que puedo jugar a imaginarme que soy espía y que espero a mi Doctor No.