Un lugar que por tradición hace que esperes mucho de lo que consumirás ahí, sin embargo a pesar de tener un espacio agradable y con más de 15 diferentes tipos de café, el día que fui, a mi novia le sirvieron una rebanada de pastel que parecía tener varios días de haber sido preparado, era un chocoflan de hecho, por el que pagamos $ 35 pesos. El café es riquísimo, recomiendo ampliamente el Chai vainilla light, lo acompańe con un muffin de vainilla que estaba delicioso y de buen tamańo. El lugar está muy a gusto para charlar y pasar un rato tranquilo y agradable, lejos del bullicio de los puntos más concurridos de la ciudad, Un producto que no había encontrado en otro lugar, son los granos de café cubiertos de chocolate, un regalito colombiano digno de degustar como postre. Si tu favorito es lo frío, también tendrán un amplia gama de frappuccinos, yo soy fan del capuccino helado de galleta O’reo.