Un día mi papá dijo ¿quieren pan? Todos respondieron que sí y nos llevó al Globo. Nos extrañó mucho que él hubiera querido venir aquí, pero desde entonces por lo menos una vez a la semana llegamos un compramos donas, conchas y otros manjares para comer con una taza de café. La verdad es que es una panadería muy nice y los precios no son los que la gente acostumbra pagar, sin embargo las donas de chocolate podrían valer un millón de pesos y seguirían vendiéndose por lo deliciosas que son. Tiene una vitrina de cristal que gira y en su interior tiene pequeños pastelitos que brillas deliciosos bajo una luz cálida, como si de diamantes o joyería fina se tratara. ¿cómo no se te va antojar algo así? Un día me compré un pequeñito pastel de fresa y durante tres bocados saboree la felicidad. Súper tip: aquí mismo venden una gelatina de rompope que puede enamorar a cualquiera y además está preparada con azúcar especial para personas con diabetes. Pregunta por los productos bajos en grasa o con azúcar para diabéticos.
Daniella G.
Tu valoración: 5 Guadalajara, México
Soy una gorda que ama el pan. Punto. Quien diga lo contrario no me conoce, la verdad es que podría alimentarme de él sin ningún problema y si es pan de El Globo, aún mejor. Me encantan los garibaldi, las donas y las galletas de este lugar, todas son buenísimas y tienen esa consistencia que sólo el pan de buena calidad tiene. Las galletas por su parte son excelentes, casi se derriten en la boca y el sabor tanto de la masa como de la mermelada es el mejor. Los precios no son tan baratos, pero vale mil por ciento la pena comprar pan aquí.
Beatriz Haydeé O.
Tu valoración: 5 Zapopan, México
Juro que si hay algo en la vida que no puedo dejar de consumir son los chocoraldis de esta panaderia, unos finos panqués cubiertos con granillo de chocolate, como de las bolitas que vendia Ricolino, llamadas pecositas pero más buenas, y hay otros igual de tentadores pero en blanco, que se llaman garibaldi. Aunque es un pequeña isla que se encuentra en este centro comercial, ofrece una amplía variedad en gelatinas, pasteles, galletitas, conchas, polvorones, hasta café y chocolate para preparar. Pregunté si tenían galletas light, y me mostraron unas orejitas endulzadas con Splenda, que les juro que si hubiera llevado más dinero me las traigo conmigo. Sus piezas de pan tienen un saborcito especial, se mantienen con buena textura y de solo verlas en sus vitrinas se me derrite la boca. Las personas que atienden son amables y el lugar está muy limpio.