El Cardenal

No tenía el gusto de conocer este baresito, me pareció agradable, algo underground, guerrero, accesible y con una excelente atención.
Reservamos para el cumples de un amigo, y nos dieron una de las salitas del lugar, donde mas o menos caben 30 personas. Lo que no me gustó mucho fue que los sillones no son cómodos, incluso se ven un poco sucios, sin embargo, nos dejaron adornarlo a nuestro gusto, la decoración fue con el tema de los 80’s para ambientar la fiesta de cumpleaños.
Las cervezas se les terminaron muy pronto pero las de barril entraron al quite. Siempre te sirven churros con salsa muy picosa y cacahuates de cortesía. Una de mis amigas pidió una pizza y la probé pero no me gustó mucho, estaba muy aguada e insípida.
Cierran a la una am, por lo que a las 12:30 ya casi te andan corriendo.
El estacionamiento puede ser un problema los fines de semana y no tienen biciparking.

Este lugarcito, acomodado cerca de la zona del expiatorio, se da el lugar de ser uno más de los espacios para venir a comer pizza a la leña y cervezas. Me tocó venir un sábado, y me tocó reconocer un sector de la población que en mis tierras nayaritas no se da mucho. Aquí los sábados se juntan los skin heads tradicionales a escuchar oldska, los sábados este punto se aglomera de esta tribu urbana y crea una atmósfera muy chida.
Sus pizzas no son las mejores de Guadalajara, pero tienen onda, así que si vienes por este lado de la ciudad, las pizzas y la chela son una opción que puedes encontrar aquí, además de buen ambiente y música sabrosona.

Sí, el piso está muy feo…, parece que acabas de entrar a un baño público… Y sí…, ¿qué onda con la decoración que no guarda relación alguna entre sí?
Pero aún me pregunto más: ¿a quién le importa? A lo que uno viene al Cardenal es a perder el juicio cual integrante de la sociedad medieval. Nada más.
No te fijes en cuánto polvo hay en esa esquina, ni tampoco si a las chichis del cuadro les falta sacudirlas (además de lo «indecente» que implicaría ser, el estar haciéndolo en ese momento). Ve la carta, pide tu chela, tu pizza y siéntete satisfecho de haber llegado a uno de los pocos sitios donde no intentan verte la cara por cobrarte la Indio como si fuera Duvel.
¡Qué gusto los precios! Al menos a mí, aquí, no se me ocurre criticarlo por ninguna otra cosa, sino más bien, agradecerle por existir tal como es.

El Cardenal es un lugar con mucho estilo. Me gusta porque es muy acogedor y de algún modo hace que no repares en los rincones que están algo sucios. Es casi como si llegaras a una fiesta en casa de un amigo que no es muy aseado, pero que es muy buena onda y alivianado. Lo que me gusta mucho de aquí son las pizzas. No son tan gourmet, pero sí son mejores que muchas de las que he probado en restaurantes que presumen la pizza como una de sus especialidades.
Los precios son muy accesibles y la música, que es principalmente rock, siempre está a un volumen moderado, así que es ideal para conversaciones largas y profundas con los amigos. A mí siempre me ha gustado, la antípoda de los antros donde lo único que se puede hacer es embriagarse, bailar y quedarse sordo. De lo mejor que hay por la zona si tienes antojo de una cerveza y una pizza.

Tiene una decoración algo rara y fuera de lo normal (que tal el cuadro de las bubbies, me tocó sentarme frente a ellas jaja) siento que atrae más a los hombres que a las mujeres por el concepto y el triciclo que está colgado está muy padre, pero ya le hace falta una limpiadita, digo, ya está lleno de polvo. Pero una vez que te sientas, miras la carta y conoces los precios perdonas al lugar ya que está muuuuuy barato… y la pizza margarita es deliciosa. Es mi lugar para pizza más cerveza cuando no tengo tanto presupuesto, la música es más rockerona, pero está a gusto para ir a tomar con los amigos y pasar un buen rato. Después de unas cuantas las pláticas se ponen interesantes ;)
Además, hay temporadas en las que tienen cervezas artesanales. Si el mesero no las ofrece pregunta por ellas. El servicio siempre me ha parecido amable, otro punto a su favor.

El Cardenal es un bar con una variada oferta de cervezas nacionales, importadas y artesanales, que apuesta por un ambiente relajado y un estilo musical rockero, que lo convierte en una de las mejores opciones para chelear con los amigos los fines de semana. Ofrece, además, una carta de pizzas artesanales surtidas y a muy buen precio, así como papas y hamburguesas, de carne y portobello, ideales para acompañar las cervezas y la conversación. Todas las veces que he ido me la he pasado de lo mejor. La atención es excelente, todos son muy amables y no te hacen esperar para ser atendido. Lugar recomendado para ir con los compas a echarte una chela y platicar.