Churros la Bombilla

Chocolate y churros.
Los churros son un clásico aqui en Guadalajara, más afuera del templo, pero a veces suelen tener el aceite ya muy usado o te toca el churro ya hecho que solo vuelven a meterlo al aceite para recalentarlo.
Pues este no es el caso de estos churros la bombilla, ubicados en Lopez cotilla enfrente del parque Rojo, Churros la Bombilla tiene una historia: verán según la carta de su menú dice que los pioneros fueron unos madrileños que llegaron a Guadalajara por el año de 1970 contrataron a un Don Juan Glez. como aprendiz, posteriomente este señor les compro el negocio y desde ese momento existen.
Ahora hablemos de lo importante ¡Los churros! Son unos deliciosos churros que te los hacen al momento que tu los pides, con un color café muy claro!, más gruesos que el común, suaves por dentro y crujientes por fuera. El chocolate lo dividen en 3 clasificaciones: Español: que es como champurrado o sea, muy espeso y fuerte, también esta el Frances: que es de un espesor mediano, y no tan fuerte a chocolate, por último está el Mexicano: es muy ligero como el tipico chocolate de abuelita. La verdad todos me encantan pero mi favorito es el Francés!

La verdad yo nunca vine a La Bombilla cuando era niña, conocí estos churros ya de adulto, por lo que no me traen recuerdos especiales. Los churros me parecen ricos, pero no son los únicos buenos en la ciudad, lo que sí es que el lugar es tradicional en Guadalajara y entrar aquí es viajar al pasado, todo se conserva como cuando lo abrieron.
El ambiente es totalmente familiar o ideal para ir en pareja, puedes acompañar tus churros de un chocolate de verdad o una rica malteada.

Soy amante de los churros y desde que me acuerdo existen los de «La Bombilla» (desde 1952 para ser exactos) respetan en todo momento el delicioso sabor de este tradicional postre, puedes acompañarlos con diferentes tipos de chocolate, español, francés y mexicano, el sabor y consistencia cambian dependiendo del que pidas.
Además tienen un helado frito delicioso, pide malteadas son super ricas.

Churros la bombilla fue un descubrimiento extraño para mi. Comencé a vivir en una casa frente a este negocio y sólo escuchaba historias sobre este lugar, todas muy buenas recomendaciones del sabor pero muchas advertencias del precio. En Tepic los churros son un postre callejero, no tienen precios altos y tampoco establecimientos muy decorativos para tener que pensar dos veces en pagar un alto precio por probar este manjar engordativo; pero aquí la cosa es diferente.
En este lugar se le homenajea al postre hecho de una masa a base de harina, van espolvoreados con azúcar y canela, o rellenos de algún líquido rico como chocolate. Pero cuando fui nadie me advirtió que si pides un chocolate para tomar y lo seleccionas «espeso» esto puede llegar a ser el error de tu vida (que dramática, jaja) mi problema fue que yo quería «sopear» mi churrito con el chocolate, pero este era tan espeso que parecía gelatina. Todo, desde los churros hasta el chocolate está DELICIOSO, sólo hay que considerar eso.

Nunca he sido muy fan de comer churros, a menos que sean rellenos de cajeta, pero ir a La Bombilla es otra historia. Primero el lugar, es un local con más de 50 años y conserva ese aire antiguo que me encanta; las mesas son como tipo de diner muy bonitas, nada ostentoso, como que a mi papá le trae recuerdos de su juventud el lugar entonces me imagino que ha de estar practicamente como en la época.
Los churros son preparados ahí mismo, siempre toca que te los sirvan calientitos y el chocolate caliente te lo pueden servir con mucha espuma, que es así como me gusta. Si prefieres una bebida fría también hay malteadas y chocolate frío pero prefiero el calientito, más tradicional.

A pesar de que este lugar tiene una gran historia y 60 años vendiendo no había tenido el gusto de conocerlo hasta hace algunos meses.
Me pareció que el lugar es bonito y tradicional, además muy buena atención, ya sea para llevar o comer ahí.
Adoro el chocolate con leche, sobre todo el amargo y el de aquí llenó todas mis expectativas, es espumosito, hasta me imaginé a mi abuelita dándole vueltas al molinillo con las dos manos.
Los churros ni se diga, pues son un verdadero hit, los llené de cajeta, hasta tuve que pedir más, obvio me los cobraron.

La primera vez que fui a este local fue hace un par de años y en aquel tiempo desconocía su popularidad a pesar de ser una persona que frecuenta la zona centro de la ciudad, curiosamente aquel día era día lluvioso así que no imaginaba lo que me esperaba porque fue una sorpresa totalmente para mí ya que pensaba que era un simple local que vendía churros. El local es algo rustico y para mi conserva algo de la Guadalajara antigua y eso le da de entrada un plus, es un lugar perfecto para aquellos que desean la tranquilidad mientras tienen una relajada charla, yo en su momento esperaba algo más en su menú pero después de probar el primer churro supe el por qué no ofrecían algo mas por que en verdad son algo adictivos y terminaras comiendo más de uno. Así que si aun no visitado este lugar te estás perdiendo de una experiencia.

No me considero muy fanática de las cosas dulces, ni pan, ni galletas, ni churros.
Sin embargo, lo verdaderamente encantador de este lugar, a mi parecer, es el local, situado justo en frente del parque rojo, con una ambientación cincuentera, con luces de néón y silloncitos de aquélla época.
Apenas entras y ya te sientes en una película antigua, participando en una escena romántica acompañada de chocolate caliente.
Los precios no son muy económicos pero la experiencia es totalmente diferente a comer churros en un puestito callejero.

Desde hace muchos años este ha sido uno de los lugares favoritos de los tapatíos, y cómo no, si aquí se venden los churros con chocolate más deliciosos de la ciudad.
Me trae muchos recuerdos venir aquí, de niño venía con mi abuela y mis papás y siempre la pasábamos muy bien, el chocolate lo sirven en tres estilos, cada uno tiene distintos tonos de dulce y son más espesos, te recomiendo que pidas una pequeña prueba de cada uno para que no te equivoques, el más espeso y poco dulce es mi favorito pero entiendo que no es para todos.
Te pueden vender un paquete con 4 churritos con chocolate o una rosca entera, también tienen cajeta pero esa la venden por separado, te recomiendo muchísimo que pruebes sus deliciosas malteadas, son espesas y deliciosas, se nota que sus helados son de excelente calidad.
El local está enfrente del Parque Rojo, por lo que en las noches no es muy amable caminar por ahí, pero tampoco es peligroso, solo hay que tener algo de cuidado con las personas que apartan lugares por la zona porque siempre quieren propina. Si alguna vez andas por el centro, tienes que visitar este gran clásico de la ciudad, no dejemos que muera.

Seguramente la última churrería viva de la ciudad. Si son de vena más bien nostálgica, y hablo de una nostalgia hacia años que quizá no nos tocó vivir en su apogeo, aquí deben de ir. Uno tiene la sensación de que el tiempo, sino se detuvo, al menos logró ir más lento. Muy tranquilo, el lugarcito es ideal para la charla. Venden los churros con botecitos de cajeta, mermelada o lecherita; al gusto. Y no solo tienen café, también tienen chocolate caliente y frappes para acompañar. En lo personal se antoja más en temporal de lluvias o invierno, se disfruta más la calidez, quizá porque el contraste es más notorio.
En lo personal hace que me acuerde del café a donde Marty McFly viaja por primera vez y conoce a su padre de joven. Después de todo, La Bombilla tiene la influencia de los cafés norteamericanos de los sesentas.

Estos churros son famosísimos y clásicos de Guadalajara!, mi familia me llevaba de niño aunque vivíamos lejos porque son deliciosos.
Están en uno de los costados del parque rojo, el lugar no tiene estacionamiento propio pero como el parque sí y es público puedes dejar ahí tu auto sin problema.
Venden churros dulces y te dan unos botesitos con cajeta para que se la pongas a los churros y si eres un tragón de cajeta como yo puedes comprar botes extras!
También venden refrescos, malteadas y chocolate caliente, que está última opción es la mejor para acompañar tu churro.
En precios es muy accesible!
Es una buena opción para ir a comer algo dulce y platicar con amigos y sobre todo una noche lluviosa o fría para que te relajes con el chocolate caliente, que además tienen variedad de chocolate caliente.
Definitivamente un delicioso lugar de churros 100% tapatío al que tienes que ir.

Oh!!! que maravilloso lugar, durante toda mi niñez mis papás me llevaban a disfrutar de los churros más ricos, las malteadas más deliciosas y el chocolate más espumoso y calientito. El lugar lleva mucho muchos años y no es que yo sea viejo, pero mis papás muchas veces fueron a comer ahí cuando eran novios. Y a pesar de los años, el lugar no deja de ser uno de los más clásicos y ricos para comer churros, además de original, pues estamos acostumbrados a ver el típico puesto en la calle de churros con azúcar y canela. Aquí no, llevan años en el mismo local y siempre se mantiene limpio, estable y la gente nunca deja de ir por los churros deliciosos.
Tienen la opción de comerlos con cajeta o bien con la tradicional azúcar con canela. Las bebidas son riquísimas y tienen la opción de que las pidas a tu gusto. En verdad terminaras comprando más de una orden.
La atención es muy buena, siempre me ha atendido la misma mesera y lo hace con gusto y con buena actitud. El lugar tiene adornos de toreros, y las paredes se ven algo viejas ya. Te sientes como en otra época. Y aunque los asientos también están algo deteriorados, no son incomodos.
Muchos de mis amigos nos citamos en el lugar por la noche para disfrutar de lo dulce y para platicar y pasar un buen rato. Pues el lugar es cómodo y tranquilo. Y aunque se encuentra enfrente del parque rojo, donde puedes estacionar el auto, nunca he tenido problemas de robos o rayones.

Hace años asisto a este lugar con mi familia, lo disfruto tanto que he llevado a varios amigos aquí y seguiré haciéndolo eternamente. He levado tantas perdonas que deberían pagarme comisión, pero la verdad, mi placer es tanto al estar aquí, que sigo yendo y trayendo gente sin problema.
La decoración es muy cálida, me hace sentir como en una cafetería de los años cincuenta
Aquí puedes encontrar churros clásicos de los que venden afuera de los templos, café, malteadas, chocolate de tres diferentes espesores (uno muy espeso, otro espumoso y uno medio), entre otras cosas.
Yo disfruto mis churros sólo con azúcar y canela, pero también hay opción de pedirlos con cajeta. Además el chocolate espeso es mi favorito del mundo mundial.
Este es el único lugar de Guadalajara donde puedes comer churros con chocolate y viajar en el tiempo a la vez. Vale la pena que lo conozcan y después, como yo, no querrán dejar de ir.

La Bombilla es un lugar de mucha tradición, tienen toda una historia en Guadalajara, porque creo que se han trasladado varias veces. Actualmente están en frente del Parque Rojo.
Aquí, lo principal que venden son churros y los puedes acompañar con varios ingredientes. También venden chocolate, del chido, y de varios tipos que tú puedes elegir. Tienen otras bebidas, pero para mí lo mejor es acompañar el churro con una tacita de chocolate.
El lugar ya es muy conocido, es acogedor y pequeño. Me gusta porque precisamente está adornado con bombillas, que le da un toque antiguo. Puedes ir con tu familia o con tu pareja.

Este es uno de los lugares que recuerdo con más cariño de mi infancia, vengo con mis papás desde que estaba súper chiquita y desde entonces soy ultra fan.
No sé si es percepción de todos o sólo son mis nervios, pero este lugar me hace sentirme en otra época. Las luces neon en las ventanas, la austeridad, la luz cálida, las mesitas con sillones en las orillas del lugar, todo es una experiencia. Además está en una de las zonas más transitadas de la ciudad y enfrente de uno de los parque más conocidos, el Parque Rojo.
Los churros son hechos en el momento, son los típicos con azuquitar y canela por fuera, aunque también puedes pedir cajeta para acompañarlos, yo los prefiero orginales. Para tomar no hay mejor opción que el chocolate, lo puedes pedir ligero, medio o espeso, que casi parece atole. Yo prefiero el medio, aunque todo es cuestión de gustos. ¡Rico, rico!

Churros con tradición de más de 60 años, acompañados de chocolatito caliente que puede ser ligero, medio o muy chocolatoso, tú eliges.
Estos churros son hechos a mano y el lugar es ideal para echar el chocolate y una buena platicada, están justo en frente del parque de la Revolución, mejor conocido como parque Rojo. Súper céntrico.
El precio es un poco elevado, si consideramos que una orden es de cuatro churros y cuesta 24 pesos, y cada churro, 7 pesos.
Pero la verdad están muy buenos, por algo llevan ya seis décadas en el negocio. Si un día traen el antojo y están cerca, consideren la opción de visitar este negocio tradicional.

Seguro alguna vez has probado los churros que venden afuera de los templos. Aquí son excepcionalmente buenos y es un lugar con mucha tradición (desde 1952). Si acabas de comer y andas por la zona, no hay mejor postre que un churro o una bola de nieve y una taza de chocolate. Es un lugar muy romántico, en especial durante los meses de lluvia. El requisito para una tarde inolvidable es llegar empapado con tu pareja y tomar ambos un chocolatito caliente, aunque sí sería algo excesivo comer un churro al estilo de «La Dama y el Vagabundo».
Pero bueno, si son tiempos de calor, también tienen bebidas frías. Smoothies, freeze y sodas italianas. Es toda una experiencia, casi como viajar en el tiempo. Lo que ha mejorado es la iluminación. Es lo más llamativo cuando caminas al ocaso por el Parque Revolución.