Este sitio es la alternativa ideal donde encontrarás lo «bueno, bonito y barato» en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Contextualizado con música de «Fonógrafo, música del recuerdo…» Tin Tan y ochentera, puedes acomodarte en la pequeña barra roja de este peculiar sitio a degustar una rica baguette o un plato de frutas con miel. Los precios son moderados y la comida limpia. El trato es muy cálido y lo mejor de todo es que puedes entretenerte con las múltiples fotografías que decoran el sitio que van desde fotos con presidentes hasta artistas famosos que acompañan al dueño del lugar, Don Amador, un simpático anfitrión que guarda interesantes anécdotas. Es buen sitio para tomar algo rápido, pedir para llevar, o hablar contigo mismo frente al gran espejo que decora su barra. Tip: si amas el café no será tu sitio ideal, pues es la única bebida mañanera que aquí no encontrarás.