La Matilde

Uno de los clásicos de la gastronomía maña aunque bien es cierto que los últimos años ha perdido impotencia y adeptos. Ha sufrido una revocación en sus menús intentándolos ajustar en precio (antaño era prohibitivo) y diseño de los platos.
Por 25 € puedes encontrar una oferta amplia diseñando al gusto tu menú. El servicio es completo: entrante, primero, pescado, carne y postre. Puede parecer mucho pero las raciones tienen el tamaño justo (quizás hasta escaso) para no llenarte.
También incluida bebida, cafés y petit fours. Todo esto junto junto al ambiente privado que saben crear lo convierten en un buen sitio para la típica celebración en familia o de empresa formal. Aunque en estos casos tienen que mejorar el menú infantil, me pareció abusivo para lo que daban.
No lo veo adecuado para ir en pareja o en grupo de amigos.
Su cocina ha dado algún giro moderno pero sin perder la esencia, es decir, no asusta a clásicos pero tampoco aburre a modernos. Materia prima buena. A mejorar el tamaño de los platos.
La estética es muy clásica y en sus paredes hay elementos curiosos llenos de historia. Quizás haya cosas que necesitan un lavado de cara o renovación porque están un tanto rancios.
Capítulo a parte su extensa bodega, aunque luego faltan algunas marcas de gin, jejejeje!!!
Estoy entre las 3 – 4 pero me decanto por 4 por el servicio exquisito.
Un clásico para ocasiones formales.

Probamos el menú desgustacion del Chef, servido con mucho cariño, ya que nos explicaban cada plato y disfrutamos mucho de los contrastes de sabores. Inconveniente: no tienes ni idea de lo que te van a poner delante. Ventajas: si no eres muy especial con la comida, es hasta divertido.
Feo detalle: te ofrecen el chupito así como invitándote… Pero no hijo no, 2,20 € por chupito. Después de gastarte 98 € por pareja (sin vino.,) feo detalle y desagradable sensación que recordaré siempre.

Uno de los top-​ten zaragozanos sin duda.
El espacio no es muy amplio, pero las mesas están convenientemente separadas unas de otras y desde el momento de entrar te das cuenta que vas a recibir un trato especial. El simple detalle de cómo encuentras las servilletas delata que todo que todo está tratado con mucho cariño.
La comida deliciosa.
La carta de vinos interminable.
El sistema que te proponen de elegir segundos platos y que ellos te confeccionen unos entrantes a modo de degustación funciona a las mil maravillas. En pocos sitios me dejo aconsejar tan ciegamente como aquí.
Igualmente si dejas que te sorprendan con los chupitos del final vas a quedar encantado.
La atención de las mesas merecería capítulo aparte. Son profesionales que se dirigen a ti con una correctísima familiaridad y te hacen sentir muy muy a gusto.
Si se es de Zaragoza hay que ir allí aunque sea una vez (corriendo el riesgo de repetir).

Einfach nur genial;
Drei Brüder die alles Sammeln was zu der Gastronomie gehört. In Schaukästen an der Wand kann man das dann bewundern.
Sie kommen herein, und werden begrüßt wie ein alter Freund. Alle Plätze haben eine andere Serviette, teils Falttechniken die längst vergessen sind.
Die Weinkarte wie auch alles was es gibt in einem gigantischem Ausmaß.
Das Menü ein Traum, einfach machen lassen.
Mit Englisch geht es ein wenig, Spanisch sollte man wenigstens als Buch dabei haben.
Die Küche macht einen Sterne verdächtigen Eindruck, wobei die Region nicht aus den Augen verloren wird. Sagen Sie am besten das Sie sich auf das Haus Verlassen, dann werden Sie ein sehr positives Wunder erleben.

Un restaurante que pasa desapercibido si pasas por la calle Manifestación pero que es todo un lujo de detalles y sabores que merece la pena degustar.
El servicio exquisito aconsejándote en cada momento lo más fresco o lo que mejor le acompaña a ese vino, y sobre todo la calidad de los platos inmejorable.
Muy muy recomendable.