Las Delicias

Pésimo es la palabra que define ahora a este sitio. Cuando vine la primera vez me quedé impresionada por el sitio y por la calidad de la comida, una carta de TAPAS variadas y asequibles y otra de platos con un precio desorbitado. Cuando hemos repetido nuestra visita a Vejer, era paso obligado cenar en Las Delicias.
La sorpresa fue escandalosa cuando al pedir la carta de tapas nos dicen que la han quitado!!! Así que imaginaros nuestra cara cuando el precio medio de los platos ahora es de ¹²⁄₁₄ euros.
Está claro que el sitio queda descartado completamente

Restaurante muy original en aspecto, su diseño es súper especial, merece la pena visitarlo.
La comida es variada y lo que pude probar… exquisita, resalto unas croquetas de choco que están de muerte, las recomiendo 100%, también probé una brocheta de pescado con verduras, también muy buena y un ragú de carne, bastante rica. Un coulant de chocolate con helado fué el punto y final, el postre tampoco falló.
La carta de vinos muy variada, yo opté por el vino tinto, Finca Moncloa, una botella, 21 €.
La camarera nos comentó que sobre las 12 de la noche empezaría un espectáculo con el humorista Abraham Sevilla, amenizó bastante el ambiente, la gente bailaba, cantaba y reía.
Mientras veia tal actuación me sirvieron una Brockmans con tónica y frutas silvestres, en su punto ideal.
Animo a tod@s a que visiteis este restaurante.

Si por algo recomendaría este sitio sería tanto por su originalidad en la decoración como por el pueblo en el que está. Fuimos por recomendación de una amiga gaditana que alguna que otra vez visita este sitio y la verdad es que merece la pena ir.
La decoración, con un toque moderno y poco visto en los demás restaurantes de la zona, respetando a la vez detalles de lo que era antiguamente, un teatro; al parecer, la misma corre a cargo del encargado de la decoración de las tiendas ZARA por lo que es curioso de ver (no te vayas sin entrar en el baño, aunque sea sin necesidad jeje). Hay mesas tanto dentro como fuera del local, en la acera de enfrente al restaurante, donde las vistas también hacen agradable el querer comer fuera.
Con respecto al trato de sus camarer@s, destacar la amabilidad de la chica que nos atendió, no solo nos aconsejó sobre qué elegir para comer y beber sino que, también, nos recomendó donde ir para tomar un buen helado de postre.
Con respecto a la comida, pues decir que tal como me comentaron, estaba todo muy bueno, aunque sí es verdad que tampoco para tirar cohetes. Es más la originalidad del lugar que de la comida en sí. La mini hamburguesa de retinto estaba muy buena; las tiras de retinto también (mejor compartirlas)
A partir de las 23.00h o así empezó a prepararse para tocar un grupo de música, por lo que puedes quedarte y disfrutar de música en directo copita en mano, (desconozco si siempre será así o solamente fue casualidad).
Algo que no me gustó demasiado o, al menos, me llegó a sobrar en algún momento fue la música de fondo; al entrar y escucharla durante un rato, me recordaba bastante a una tienda de ropa (como, por ejemplo, ZARA) por lo que supuse que eso también corre a cargo del decorador jeje. Pero bueno, para gusto, ¡los colores! no fue motivo suficiente para no volver alguna que otra vez que ande por allí.

Qué desilusión, el lugar es impresionante, uno de los restaurantes más bonitos que he visto en mi vida pero al final por lo que se mide un restaurante es por la comida y ahí falla estrepitosamente.
Las mini hamburguesas con un suspiro de salsa, que tuvimos que decirles que trajeran más aparte ya que además la carne estaba pasada y el pan seco.
La tostá de foie y manzana caramelizada era una capa milimétrica de paté la piara con unas rodajas de manzana que se transparentaban y un poco de miel. Un desastre vamos.
El tartar sí estaba bien, pero sinceramente hay muchos sitios mejores para disfrutar de la cocina de Vejer.
Qué pena, un sitio para ver, hacerse una foto e irse a comer a otro lado.