Un barecito de barrio con una terracita perfecta. Situado justo en la esquina del parque de la Guardia Civil y Daniel Balanciat. Vayas a la hora que vayas siempre corre una brisita perfecta para disfrutar de una cervecita con unos cacaos(cortesía de la casa, aunque casi siempre tienes que pedirlos expresamente). He de decir que las bravas éstán especialmente buenas. Yum!
Javier B.
Tu valoración: 4 Valencia
Pues sí, soy un admirador. Es el típico bar que han adquirido chinos(aunque he visto también en cocina a una mujer española), pero que no ha perdido el sabor típico de bar español que tenía anteriormente. Este bar para mi es parada obligatoria cada vez que voy a Mestalla a ver al Valencia CF. Punto de quedada para tomar alguna caña prepartido y para comprarme mi «chivito»(aquí llamado Humorista creo recordar) cuando el partido es nocturno, y no uno de esos bocatas recalentados que te venderán en las inmediaciones del campo… siempre estoy deseando que llegue el descanso del partido para comerme el bocata! ;-)
Yolanda S.
Tu valoración: 4 Valencia
La verdad, esta zona de la ciudad es muy hermosa. Me encanta esa bonita calle con sus jardincitos y con el parquecito en el que mi hijo se lo pasa tan sumamente bien. Por eso solemos pasar bastante por este bar-restaurante, ubicado en la susodicha calle. En cualquier momento, mientras mi bebé y yo estamos en el parque, nos puede entrar un ataque repentino de sed a ambos de tanto jugar, y entonces nos dirigimos a Vera Park para que allí los amables camareros asiáticos nos sirvan una botellita de agua o una lata de Coca-Cola, con la posibilidad, por supuesto, de poder acudir después los dos al pequeño pero bien ambientado cuarto de baño que allí tienen(eso sí: el pasillo para llegar hasta allí es bien estrecho; mi hijo y yo casi tenemos que pasar en fila india). Por otro lado, reconozco que el local en sí no dista mucho de cualquier otro bar de barrio que tenga también la función de bar-restaurante. Es limpio, cómodo, acogedor, no muy grande, sí, pero con un estilo algo anticuado ya y castizo para mi gusto(menos mal que están los camareros asiáticos para darle un toque cosmopolita), y además no está tampoco excesivamente iluminado. Eso sí: la terraza que tiene en el exterior, dividida en dos partes, es lo que le da al restaurante la opción de hacer disfrutar al cliente de más libertad de espacio e iluminación. Y en una calle peatonal con jardines tan agradable como es ésta, pues imagínate. Pero los amigables camareros consiguen que, aun con todo, tengas ganas de volver de vez en cuando, aunque sólo sea para tomarte una Coca-Cola o una botella de agua, o también para que le vuelvan a regalar a tu hijo una bolsa de cacahuetes como la del otro día. Y además, te saludan desde la barra si te ven pasar por delante en la calle, aunque no vayas a entrar. ¡Enseguida cogen confianza con uno!(Lo cual es también una ventaja cuando te das cuenta de que, algún día que otro, te permiten utilizar el baño aunque no hayas consumido. ¡Pero sin abusar, eh!).