Sargantana

Estupendo! Sin palabras… La atención, excepcional!!! A mis hijos les encantó y a mi, más. Y muy buen precio.

Un lugar donde quedas satisfecho en todos los sentidos. Vinimos a celebrar el día de la madre y elegí este local para hacerlo porque siguiendo la reseña de Carles S. pensaba que era un triunfo asegurado. Y desde luego, no nos defraudó. Nos encantó.
Pero… Anem al asunt de la mandarina:
El trato espectacular, desde que entramos (cuando aún no había llegado ninguna otra mesa) hasta que nos fuimos (estaba de bote en bote) nos trataron como a reyes. Sabían que era nuestra primera visita y nos cuidaron muy bien, los platos se servían muy rápido y estaban continuamente atentos de si habíamos terminado un plato para sacar otro. Muy atentos siempre!!! Nos han explicado cada plato, nos han preguntado si nos han gustado y han hecho de cómplices para darles el regalo a la mami!!!
El local es muy acogedor, no es muy grande pero es muy luminoso. Una decoración minimalista pero suficiente, sin recargar, para mi gusto muy bien.
La carta de fin de semana tienes dos posibilidades: un menú degustación de 4 entrantes, un plato principal y postre por 19 € o un menú de tres de los entrantes y un principal de arroz con postre por 15 €. Bebidas y café no incluidos. A nosotros al café nos invitaron porque les dijimos que había una promoción de Unilocal que te invitaban al café y ya no la tenían, pero como no la habían quitado de la web (era fallo de ellos) nos invitaron igualmente. OLE por ellos. Me parece una actitud muy profesional. Un punto a favor más.
Los entrantes eran una delicia, platos muy equilibrados y agradables sabores y texturas, con una presentación moderna a la par de sencilla:
Con la sopa de tomate es mejor no mezclar los ingredientes pues el plato pierde, así puedes degustar con cada cucharada la mezcla con las clotxinas, los crotones, el tomillo y el huevo.
Segundo entrante consistía en un hojaldre de verduras y sardina ahumada que resultaba muy agradable en boca y a todos nos gustó mucho.
Como tercer entrante se pidieron el huevo al horno con huevas, champiñón y aceite de trufa que lo cocinan sin la clara y luego al final de la cocción le añaden la clara a punto de nieve para que se termine de hacer junto con el resto de ingredientes. Resulta un plato visualmente muy llamativo y, si te gusta el huevo te encantará (según el resto de comensales) a mu el huevo no me gusta y tomé el crujiente de morcilla sobre crema de alubias blancas y miel que estaba muy sabroso y combinaba muy bien.
Como plato principal elegimos el arroz meloso de conejo y pintada con setas que resultaba muy jugoso al paladar y a mi personalmente me ha encantado. Eso sí, si eres de comer salado te faltará un puntito de sal, pero en mi caso era perfecto. Además de tu plato te sacan un cuenco por si quieres repetir.
Finalmente el postre muy refrescante, una panna cotta con mermelada de tomate, albahaca, miel y Peta zetas que combinaba de vicio y era una explosión de texturas crujientes-​gelatinosas y de sabores muy interesante.
El café es del que toma el amigo George Clooney.
El único «pero» es que se les había estropeado ayer por la noche el aire acondicionado y hemos pasado bastante calor, pero es una cosa de fuerza mayor, y que cuando se llena el local resulta algo ruidoso.
Al final, salimos muy satisfechos, casi rodando, la cuenta cuenta final salió por 73 € para cuatro comensales. Creo que la relación calidad precio es excepcional.
Desde luego que volveremos, ya que la carta la van cambiando y habrá que probar más delicatessen de las suyas. Han sido muy majos y encima trabajan bien y tienen unos precios muy adecuados. Qué más se puede pedir?
Pues sí se puede pedir más… Este restaurante es referente en Valencia de comida apta para celiacos y otras alergias alimenticias. Su carta está especificada con los símbolos de los posibles alérgenos existentes, cumpliendo con la certificación ISO 9001, y tienen un horno específico para cocer el pan sin gluten para evitar la contaminación cruzada. finalmente apuntar que puedes llevar tu botella de vino, cobrándote el descorche, eso sí, pagando el descorche, pero es una buena opción a tener en cuenta.
Bravo por ellos!!!

En una tercera visita. No dejéis de probar Las Croquetas de Bacalao con Tinta de Calamr y El Arroz meloso de Pato y Ajos Tiernos… ¡Espectaculares!

Llegamos a este sitio porque Unilocal lo sugería siempre para la hora de la cena. La verdad es que los comentarios que hay son tan atractivos que era complicado resistirse a la tentación! Lo primero: mala ubicación del mapa, no te lleva donde es, aunque la dirección sí es la correcta (se debería modificar en Unilocal).
Segundo: El trato de la chica que nos atendió fue correctísimo! El local muy bonito y acogedor.
Tercero: no hay carta, ni opciones. Comes lo que ellos quieren. Es un menú de 18 euros que incluye 6 tapas individuales y un postre. Bebida y pan aparte. La comida era muy buena y gustosa pero sólo te preguntan intolerancias alimenticias y el resto es sopresa… Según nos comentó la chica, cada dos semanas cambian los menús de cena y comes lo que hay siempre.
Cuarto y último: los dueños ya no son los mismos (ahora lo entiendo todo!!!). Cambiaron en octubre y ya no quieren seguir con la dinámica 2.0 que seguían los dueños anteriores. Cuando le preguntamos lo del café por hacer check in, nos dijo que no lo hacían y que se tienen que sentar a valorar las redes sociales pero que aún no lo han hecho. Que si queríamos nos invitaba al café, a lo que evidentemente dijimos que no era necesario y al que no nos invitó.
Resumen: comida buena, local agradable pero caro y que no se puede elegir
eres comedor, te quedas un poco hambriento. No cumplió nuestras expectativas…

Estuvimos cenando en otro día y la verdad es que no cumplió mis expectativas. Me pareció caro por la cantidad de la comida (nos quedamos con hambre). No discuto la calidad, pero por 18 € de menú de cena, sin bebida, ni pan, ni café… Me pareció caro.
Contando que el menú eran 6 mini tapas individuales, las cuales no podíamos escoger. Te preguntaban que no te gustaba y a que le tenias alergia y ellos ya te traen lo que quieren… Pues no me gusta el sistema ya que al final, si te traen algo que no te agrada… O te lo comes o lo dejas…
Lo sentimos mucho, pero no volveremos ni lo recomendamos… Les deseamos mucha suerte, pero que no cuenten con nosotros.

Restaurante innovador y de calidad. Disfruté de mi última visita al restaurante. Fui con unos clientes y quedaron gratamente sorprendidos. La comida un placer para los sentidos y el servicio de primera.

Sargantana es un concepto de restaurante 2.0 de verdad. Su dueño y chef, Juan Ramón, lleva al frente de este local el suficiente tiempo como para saber adaptarse con una cocina moderna, cuidada y mediterránea a los tiempos que corren, y todo sin restar un ápice de calidad a lo que ofrece. Es un experto en redes sociales y las maneja todas ¡las que conoces y las que no! Sobre todo las relacionadas con el mundo de la cocina y la restauración, por supuesto. Es una persona super abierta y encantadora, y siempre está dispuesto a ofrecerte su cariño en cada plato.
Fui un día a comer antes de ir a clase a la EOI, ya que está pegadito, y quedé encantada con el menú express de 9.95 euros. Me quedé no sólo satisfecha, sino que comí como una auténtica reina, de verdad. En cada plato se notaba la dedicación previa con la que se había cocinado. Todo era fresquísimo y materia prima de excelente calidad. El servicio fue rápido y amable y me gustó que el camarero me contara la peli de cada uno de los platos que me servía, así sabes de dónde sale la idea, qué es exactamente o cómo lo cocinan.
Empecé con una ensalada de encurtidos, pero no imaginéis un pepinillo y cuatro zanahorias (con todos mis respetos a las variantes, que me encantan) porque esto era una mezcla muy bien avenida de pimientos, pepino y otros vegetales avinagrados en su justa medida (porque habían estado macerando la noche anterior, como me explicó el camarero) y con un aceite delicioso que sabía a olivo exprimido en el plato. De segundo me decidí por unas judias con tomate y jamón ibérico, pero ¡eran blancas! Nunca las había visto de ese color, me dijeron que eran ecológicas y lo mejor de todo es que estaban crujientes, me encantaron.
Además, el jamón era abundante y delicioso, no tenía nada de grasa y el sabor junto al tomate me pareció lo más. El menú incluye el café pero no me pude resistir a la calabaza que ofrecían en los postres y me la pedí como extra, estaba super buena también. Incluye una bebida y el pan, así que por muy poco puedes comer un menú realmente bueno, sano y bien cocinado.
Además, hay mucha más oferta. A mediodía ofrecen el Sarganpicnicpara llevar a casa por 5 euros que incluye bebida y postre. Sé de buena tinta que mantiene la calidad en esta versión y no puedo esperar a probarlo. También hay otro menú para la hora de comer que por poco más (15 euros, creo recordar) incluye más variedad y el postre, desde luego que por opciones no quede. Ah, y atención a los celíacos que aquí pueden disfrutar igualmente sin miedo a la contaminación cruzada ya que te adaptan el menú a un «sin gluten» en un plis, plas. Es que se merece las 5 estrellas de cabeza.
En cuanto a las cenas sé que estuvo tiempo ofreciendo las Sargancenas para grupos interesados en probar su cocina, que va innovando siempre, y según me contó él mismo eran todo un éxito. Ahora hace además otro tipo de reuniones gastronómicas y eventos temáticos, además de dar cursos de cocina y otras actividades ¡no para! Tengo muchas ganas de volver y probar una de sus espléndidas cenas, a ver si nos la regalamos pronto, porque venir aquí es darse un premio.

Restaurante totalmente recomendable. Siempre que puedo repito.
Cocina de mercado muy cuidada y original.
Ponen especial mimo en lo que hacen adaptando los platos al máximo a los comensales.
El trato es muy bueno, siempre tienen unos minutos para hablar de los platos, la materia prima, las redes sociales… No sólo cuidan su cocina, también al cliente, lo que es muy de agradecer.
Mis platos favoritos; el revuelto de morcilla y manzana, las sarganbravas y la exquisita ensalada de encurtidos… Pero déjate llevar, todo está buenísimo!

Sargantana ha pasado a ser uno de los restaurantes de Valencia que recomiendo abiertamente a amigos y conocidos. Y lo ha hecho al más puro estilo ‘Fórmula 1′, puesto que me cautivó desde el momento en que crucé sus puertas.
Ofrece un buen ambiente, muy adecuado tanto para cenas en pareja, en pequeños grupos o incluso eventos más populares, que incluyen la posibilidad de utilizar el equipamiento tecnológico del local. Para ello sólo tienes que acercarte a hablar con JuanRa, o contactar con él a través de las redes sociales (como Unilocal!!!), puesto que su presencia en ellas es bien conocida por todo aquél que las utiliza mínimamente.
Utilices un medio u otro, te darás cuenta rápidamente que Sargantana no es un lugar donde sólo vas a comer, limpio y aseado, sino que se trata de un proyecto personal donde la relación con las personas y el mimo y el cariño hacia el cliente es su piedra angular.
Allí hablarán contigo a través de los productos que te sirven, cuidadosamente seleccionados, elaborados y presentados. Se relacionarán contigo a través de sus vinos, que te recibirán desde la bodega acristalada de la entrada. Estarán atentos a tus necesidades, preguntándote si tienes alguna intolerancia alimentaria u ofreciéndole un juguete a ese pequeño comensal que te acompaña. Escucharán tu opinión y buscarán nuevas formas de llegar a ti y de que tú llegues a ellos, porque saben que todas las partes son necesarias.
Y es por eso que Sargantana está sabiendo ajustarse a los tiempos que vivimos, abriendo el abanico de opciones y de precios, resultando, en definitiva, más asequible para todos. Numerosos menús completos, incluso para grupos. La posibilidad de elegir cualquier plato que se haya incluido en la carta si se avisa con la suficiente antelación. Menús de tostas, o de un solo plato, generalmente de caliente, si tu apetito no es demasiado grande.
Y su última propuesta, el ‘SarganPicNic’, concepto ideal si, por cualquier razón, tienes poco tiempo para dedicarle a la cocina o a comer, o incluso si quieres comer al aire libre en el antiguo cauce del río Turia. Un plato de caliente, con su ración de pan, fruta preparada, cubiertos y servilletas y tu bebida favorita es todo lo que se necesita para disfrutar del cariño del equipo de Sargantana fuera de su local.
En definitiva, un restaurante donde, como a mí me gusta, se conjuga la comida con las relaciones de las personas y las nuevas tecnologías, lo que completa la experiencia gastronómica y transmite muy bien el cuidado y el mimo que se pretende dar a sus clientes, eliminando las barreras entre la cocina y el comensal.

He estado aquí comiendo de menú y la verdad es que los platos están muy currados. Si no recuerdo mal el menú incluía varios entrantes a compartir y un plato principal además del postre. No es un menú barato para llenar la tripa, son platos bien seleccionados y presentados y se pagan al precio que corresponde. La única pega que le puedo poner es que me parecieron bastante lentos a pesar de que estábamos prácticamente solos ese dia. Es verdad que es una comida para degustarla con calma, pero tb que entre semana normalmente se trabaja por la tarde y el tiempo es oro.

Sin duda un gran descubrimiento. Y es que quien no conozca este sitio, ¿A qué espera?. Un lugar con mucho encanto, en el que la comida es exquisita y el precio nada abusivo.
Y lo que más me gusto, tienen menú para celiacos, vegetarianos y casi todo tipo de intolerancias y alergias. Y eso os aseguro que es muy complicado de encontrar, aún estando en el siglo XXI.
El lugar además los podéis encontrar cerca del barrio del carmen, así no lo dudes ir a verlo y a degustar su maravillosa cocina, y después, qué mejor que unas copitas por el barrio del carmen.
Espero que lo disfrutéis tanto como yo =).

Excelente restaurante a orilla del antiguo cauce del río Turia. Buen ambiente, cuidan mucho todos los detalles (temperatura, música, insonorización, comodidad, limpieza,). La comida un 10, todo en su punto. A destacar la brascada de presa ibérica, la bomba de chocolate y su bodega de vinos. Un trato muy cercano y cariñoso (ideal si te gusta que te mimen). Totalmente recomendable!

Vivo con mi chica en el barrio del Carmen. Alguna vez que no queremos cenar en el barrio, hemos cruzado el río para cenar en este restaurante fácil de localizar, aunque no esté ubicado en una zona de marcha. El local es bastante pequeño, fantásticamente decorado, con paredes de ladrillo y una ventana para ver la cocina. La bodega acristalada y a la vista le da un estilo muy peculiar que se acrecenta con la presencia de la imagen corporativa del lagarto (la sargantana) que está presente tanto en la fachada como en el interior. Por cierto, la fachada es tan moderna que choca bastante con lo que le rodea.
El ambiente es discreto pero muy acogedor con un servicio inmejorable. Esto propicia que sea ideal para veladas románticas. Pero vamos a lo que interesa, que es la calidad de la comida. El menú de degustación (más o menos 30 euros por cabeza) es muy correcto. Las papas caseras nos encantan, también muy recomendable para probar el revuelto cremoso de setas y frutos secos. Aunque a mi chica no le convenza, para mí, el mejor plato es el bacalao con crema de ajos y miel. Lomo de bacalao sobre una salsa suave de ajo con un toque muy agradable de la miel. Exquisito a la vez que original.
Los postres variados excelentemente presentados. Aquí una de las curiosidades, en las piezas dulces introducen en interior unas curiosas bolitas que estallan en la boca. Nos recuerdan a los petazetas de la infancia. Además, hemos ido un par de veces a mediodía, y en uno de ellos probamos un kebab de presa ibérica con pan de pita y cous-​cous realmente espectacular.
A destacar también que tiene cerveza artesanal Tyris, una de mis favoritas. Según nos cuenta una pareja de amigos, los jueves programan algún tipo de espectáculo sorpresa. A ellos se les presento un mago que les dejó algo pillados. Tendremos que visitar el local un jueves noche.
En conclusión, un restaurante de cocina de autor que aunque pueda resultar un poco carete para la situación actual, la calidad del producto y sobre todo el excepcional servicio que prestan tanto su dueño como los camareros bien valen la cuenta.

Vine un día con mi novio a cenar aquí porque nos habían regalado un vale de 50 euros de esos que están ahora tan de moda, que van en cajitas. El caso es que decidimos venir a este restaurante a usar el vale.
Al llegar nos encontramos con un restaurante muy agradable, con una decoración muy cuidada, todo haciendo alusión al animal que llevan por nombre.
Una chica muy maja nos atendió y nos llevó hasta una mesa para que nos sentáramos y enseguida nos trajo la carta.
Vaya, no sabíamos qué elegir, teníamos 50 euros para gastar y aunque parezca mucho no da para tanto, ya que no hay ningún plato por menos de 10 euros.
Después de mucho cavilar pedimos una tabla de quesos para el centro y luego un plato principal para cada uno. La tabla de quesos dejaba un poco que desear, sí muy ricos, pero sólo había 4 quesos diferentes, y dos trozos de cada. 14 euros.
Después vino el plato principal, yo había pedido cordero y mi pareja rape. Cuando nos trajeron los platos estuve a punto de preguntarle a la camarera dónde estaba mi cordero. Un trocito minúsculo en medio de un plato gigante con tres salsas. Ah que lo que ponía en la carta de patata no era una patata asada, era un chorro de líquido de patata. Pues nada, en 5 minutos me he comido el cordero, por supuesto, menos mal que pedimos una cesta de panecitos y que al llegar te ponen un cuenquito de yuca frita.
A mi novio e pasó lo mismo, un trocito de rape insignificante. Además tuvo mala suerte porque el pescado estaba un poco chicloso. Pobre, cuando llegamos a casa se atiborró a dulces del hambre que tenía.
Los postres fueron lo mejor, pedimos un bizcocho de chocolate blanco con helado de fresa y yogur por encima (agrio, parecido al kefir, lo digo porque te lo echan en el momento por encima, por si no te gusta), y una crema catalana helada y quemada. Muy ricos.
Al final tuvimos que pagar 15 euros de más por la bebida y lo que no cubrió el vale. Porque me costó sólo 15 euros, que si me llega a costar los 65 que realmente eran, me pego un tiro. Yo no pago 65 euros por quedarme con hambre.

Restaurante moderno con decoración minimalista.
Fui con una oferta de cuina oberta y el menú era cerrado. Estaba todo riquísimo. La comida es de mercado, española, con platos innovadores.
Puedo asegurar que el dueño se lo trabaja bastante. Pasa por la mesa y te sugiere, te aconseja y si quieres, también te marida la comida con el vino. Entiende bastante de vinos y tienen una buena bodega.
A mí, me salió por unos 20 € con la oferta de cuina oberta. Pero suele estar por unos 25 € o 30 €.
Más cosas: tienen sesiones de magia con un mago, alquilan espacio para hacer catas, tienen espacio para grupos, y envían emails con noticias y ofertas exclusivas para sus clientes.

Conocí este restaurante en una cena de empresa. He de decir que tenía una concepción equivocada de lo que me iba a encontrar, ya que tras cenar aquí, el resultado fue muy satisfactorio.
En Sargantana te vas a encontrar la cocina moderna. Sí, esa que suelen preparar con hidrógeno líquido y un mechero. Pero, las raciones son aceptables. No es lo típico de plato gigantesco y ración pequeña. Evidentemente no es un plato de lentejas de la abuela que rebosa, pero, sí que es lo suficiente como para seguir adelante sin pasar hambre.
Entonces, ¿cómo pido aquí? Lo que tienes que hacer es elegir uno de los menus degustación que tienen en la carta. Te irán sacando platos y experimentaras una sensación muy bonita, la de comenzar a hablar de comida. «¿A qué sabe esto? No se lo que lleva pero está muy bueno. ¿Esto qué es?»
Se come muy bien y el precio es competitivo. Hay menus para todos los bolsillos, lo normal es que te cueste a partir de 20 euros. Ah, si te gusta el vino aquí también acertarás. Gran selección a un buen precio.
Otra recomendación, si te gusta el mundo vegetal, no dejes de probar los Rulos de Walter. Hazme caso
Después de la cena de empresa regresé con un mejor concepto y disfruté igualmente. Tanto que regalé a mis padres una comida allí y, también salieron maravillados. Ahora quieren invitarme ellos. Salimos ganando todos.

Restaurante situado cerca del Barrio del Carmen.
Local pequeñito y acogedor que dispone de pocas mesas por lo que te sirven de categoria, un trato excelente por parte del personal.
Tiene una decoración moderna y junvenil que me llamó mucho la atención.
Comida totalmente mediterránea, con ingredientes frescos. Recomiendo el gazpacho verde y revuelto de setas con panceta y patatas.
Disponen de menú diario por 12,50 que también comes muy bien.