Riff

I responded to Riff’s request for my thoughts… but they have been silent in response… which is a shame since people who know the chef personally tend to emphasis his dedication and caring. Here is the edited version of the response I sent them.
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I am a frequent Michelin star «foodie» and have eaten at such amazing places as Lucas Carton (Michelin days) and Ducasse’s Louis XV. I prefer one star restaurants due to mass appeal and sensibility. That being said, the prix fixe menu (Menu Riff) and its pairing was the worst Michelin gastronomical experience I have ever had and the only one where I left with having regretted even coming.
The technical ability and merits of the kitchen staff are fantastic and leave no room for complaint. The dishes were executed with a technical expectation that often helps define the importance and appreciation of the Michelin rating system. My dissatisfaction rises from the individual attempts as well as the general flow of the menu. I had problems with a strong and unpleasant bitterness throughout a number of the plates which transposed across the evening. Even some of wine selection helped exasperate this fact. I am not complaining because there was bitterness or at times excessive saltiness in any given dish. I have indulged in traditional Chinese cuisine where bitterness is often an essential element. But the bitterness that was present was more inline with using only the white part of the orange rind and intensifying it without a counterbalance (only example I can provide for clarification).
All of this leads to the point of what I love so much about Michelin starred restaurants. You can go to have a meal that will be constructed in such a way as to tantalise the senses with little or no insult. This is not to say that a menu cannot be constructed to offer discoveries that are outside of the normal bounds of acceptance… but people jumping into those menus should have a full understanding of what they are getting into before hand.
There were a number of other trivial issues (even more so considering the main scope of my complaint). For example, the broccoli was delivered in near raw firmness which is very acceptable, but there wasn’t a proper utensil to cut it with. As such, after struggling with the first cut, I gave up on eating them.
II admit that I came to Riff with an expectation of finding another «Simply Fosh». By no means do I want to deter anyone from pushing thresholds… but they need to remember the most important basics which are essential for a positive experience.
– Additional note –
I brought my 5 y/​o son and they cooked him a rather nice plate of fish. I made sure brining him to the restaurant was okay with the staff prior to doing so and am very appreciative of their efforts.

There are many aspects of Riff that reminded me of the renown Alinea in Chicago. While the prices at Alinea make dining at Riff a bargain, the style of food, presentation and ambiance are somewhat alike. The décor is staid minimalism at its most boring. There is nothing to look at. Done in shades of beige and white, with no pictures, the most interesting design was on the front of the server’s shirt. I know the food is suppose to be the star with this type of décor, but it just doesn’t lend itself to a pleasant dining experience.
What is it with over salting dishes in Valencia? Salt overpowered many of the dishes served at Riff, especially the Sweetbreads. Yikes, only a deer would enjoy that dish. The kitchen did a great job with rice, expected in Valencia, but many of the other dishes were hit and miss. Visually appealing, the pork tartar was rather mushy, although the kale added a bit of a crunch. The orange seafood carpaccio was quite refreshing and beautifully presented. Bread was tasty, with three different kinds served, a nice touch. One «touch» I didn’t understand, was the exchange of a large napkin for a small one at dessert. I wanted to use the smaller napkin as a pocket handkerchief. I didn’t get it. Service was professional, attractive, and pleasant. With a bottle of white Ribera, our meal came to around $ 220 for two persons. Too expensive for a «hit and miss» dining experience.

Me ha costado mucho escribir esta reseña porque tengo sentimientos encontrados. Por un lado están las infinitas ganas ya satisfechas que tenia de probarlo, y por otro la sensación de que no volvería sino es que me invitan…
Es uno de los restaurantes más solicitados en las ediciones de Cuina Oberta, y por fin este año, conseguimos reservar para comer. Ya el menú de Cuina Oberta para comer, vale 35 € por persona, que no esta mal respecto a lo que vale de habitual.
El servicio y el sitio me pareció correcto, estaba a tope por el tema Cuina Oberta, pero la comida, aunque muy buena, me dejo como una sensación de desilusión…que no es que estuviera mala, pero mis expectativas no fueron alcanzadas. Probamos bastantes platos, pero eso si, en estos sitios son de tamaño cuchara, que a mí me encanta porque la gracia está en probar un montón de sabores y texturas, pero yo os pongo sobre aviso.
Finalmente, a pesar de haber pagado 35 € por persona del menú, con el vino de la comida y agua y cafés, nos subió 50 € más, es decir que al final pagamos 60 € por persona. Por eso, valorando en general lo pagado por lo recibido, creo que hay muchas opciones en Valencia que ofrecen platos más sorprendentes, o más de mi gusto, y no te sube tanto la cuenta.

No me puedo creer que haya pasado tanto tiempo sin que haya comentado este restaurante. Fuimos a comer en las fiestas y bueno, si no hubiera ido invitada posiblemente nunca se me hubiera ocurrido ir a este local, principalmente por el precio.
El menú costaba alrededor de 50 euros por cabeza, con unos 7 platos para cada comensal, pero las raciones como siempre en estos locales muy pequeñitas para que puedas comerte todo lo que te ponen.
Lo primero que nos pusieron, el pan, estaba tan bueno que empezamos a comerlo a palo seco, un pan de hierbas y aceite de oliva, increíble!
Los platos, una sardina marinada, un gazpacho que no parecía gazpacho, una sopa en una tacita, in ceviche que estaba buenísimo, y lo que quedaba el arroz, el pescado y la carne lo mejor de todo, muy bueno y bien cocinado. El postre de chocolate para chuparse los dedos. Si tengo que dar una valoración general es estupendo, a pesar del precio.
Un detallazo del restaurante es que nos pusieron en una bolsita de papel un pan para cada pareja.
En definitiva, un sitio estupendo si tienes algo que celebrar.

Great dinner!
Great for fish and meat as well, really a MUST in Valencia!
We weren’t sure about the Spanish in the menu and the chef came out personally and translated it for us, suggesting and giving personal guidance about the dishes.
The service was impeccable and the portions were satisfying (it seemed «novelle cuisine» but it wasn’t at all)
When we where living they even gave us as a present a portion of freshly baked bread to take away.

Sin duda este es uno de los comentarios que más me han costado de elaborar ya que debo de considerar varios factores. Por un lado el hecho de que se trate de uno de los restaurantes más reconocidos de Valencia, por otro el contexto en el que fuimos a conocerlo: Cuina Oberta.
Es la primera vez que participo de esta iniciativa gastronómica pero no creo que repita. La razón es que a posteriori he podido comprobar que la oferta que proponía el restaurante de 35 euros es tremendamente similar en cuanto al número y planteamiento de los platos a la que puedes acceder cualquier mediodía pero… ¡5 euros más barato si lo haces fuera de Cuina Oberta!
Mi sensación final es que con este menú que degustamos no se evidencia la estrella Michelín de la que goza el restaurante, sin duda estaba bueno y algunos platos reflejaban un concienzudo trabajo de fondo como el aperitivo de cecina, el de arroz con algas o las mollejas, riquísimos, en cambio la crema de calabaza muy normalita, el picante del Bloody Mary no permitía percibir ningún otro ingrediente, los postres no arriesgaban nada… en definitiva no nos levantamos de la mesa con la sensación de haber estado en un restaurante con una estrella Michelín.
También debo de mencionar que una escasa copa de vino nos costó 5 euros y los dos trocitos de pan que nos pusieron, sin consultar si los queríamos, 6 euros.
Me temo que tendré que empezar a ahorrar para poder disfrutar de las verdaderas delicias del Riff.

Bien, bien, bien… que decir de un rte cuyas expectativas antes de ir están por las nubes? Pues q esperas q esa cena sea LA CENA… y mas o menos así fue; os cuento: local con una decoración tirando a minimalista (o sin amueblar como digo yo), con una luz blanca q da un toque hospital al local… pero bueno… pedimos menu degustación. La calidad de la materia prima es excelente, la presentación de auténtico show pero conservando lo entrañable en algunos platos (por ejemplo lentejas servidas en su cazuelita de barro), las raciones en alguna ocasión podrían tacharse de suspiros… para descoJonarse; luego te sacan la cuenta y se descojonan ellos, hay para todos. Los vinos buenos; recuerdo con especial cariño un tinto valenciano que nos recomendó el
Dueño…els Angeles (con cariño porque me gusta pillar monas cariñosas). En fin, si crees q gastarte 100 € barba te dejara dormir y te llenas con poco, disfruta de la cena!!! Bön profit amigo.

Merecida puntuación para un lugar de categoría donde se cuidan todos los detalles. Pudimos disfrutar del menú conpleto, de donde resaltaría el huevo con caldo de champiñón y el postre de manzana en texturas.
Es caro y probablemente para ocasiones especiales, pero no puedo por menos que recomendarlo.

Comenzaré diciendo que me quedé sorprendida de ver el ritmo con el que trabaja el cocinero/​propietario Bernd (algo). Entre que decoraba los platos, salía a saludar a las mesas, regresaba a la cocina y daba más de una indicación. vamos, que está en todo.
Fui con mi pareja y decidimos arriesgarnos pidiendo de la carta los platillos que «nos decían algo» Teníamos la reserva a las 10. Mi primer consejo es que la hagáis para las nueve, porque desde que empiezan hasta que os traigan la cuenta pasareis una que otra larga hora.
Nosotros pedimos 3 entradas: Yema de huevo con jugo de champiñones, Perrichos (que son una especie de setas) con quisquilla y pepinos, y ensalada de sepia con algas. Os recomiendo que probéis las dos últimas, a nosotros nos sorprendieron mucho los sabores. cada cucharada es diferente. Empiezas con un mmm, segundo bocado es un mmmm y ya el tercero puede que hasta grites de emoción.jajaja.
Eso si, entre entrada y entrada. hay un paréntesis de una o dos «tapitas» cortesía de la casa.
Y de las entradas al plato fuerte te dan por lo menos otras tres… hasta que llega un punto en que no estás seguro si haber pedido plato fuerte fue buena idea.
Tampoco estoy muy segura que siempre sea así… la verdad que todas las mesas estaban llenas, y creo que tanta «tapa» extra cortesía de la casa, fue para alargar el tema y entretenerte un poco.
Lo cual agradeces infinitamente, porque son «tapitas» sumamente elaboradas, muy buenas que te sorprenden.
En especial me quedé flipando… con una copa que nos trajeron y la mesera anuncia «bloode mary» me quedé viendo la copa que contenía un liquido más transparente que yo que sé.
Y lo primero que pienso, es que el bloode mary esta hecho con jugo de tomate. ROJO
Señores, al primer trago me fui de espaldas. Ese líquido transparente era el bloode Mary más rico y picosito que jamás haya probado.
Ya para el plato principal, teníamos cero hambre pero bueno, ya lo habiamos pedido. Mi acompañante pidió cordero asado 36h a 62 grados con especias árabes (gracias a dios tengo el ticket, que si no, no me acordaría del nombre) y yo pedí arroz de queso manchego ahumado.
El cordero… bueno, pero tan bueno como el que puede hacer tu madre.
Y el arroz, pues el toque ahumado y la rúcula le dan ese «wow» que sorprende.
De postre, compartimos un postre casero que se titulaba «manzana verde» y era un sorbete de manzana verde con una especie de «crema» de albahaca, BUENISISIMA.
A mí me gustó el lugar, me gustó la comida. Creo que es un lugar sólo apto si te gusta la «mariconada» de las espumitas, porciones pequeñas, emplatados monísimos, sabores nuevos, ingredientes desconocidos y sabores inexplicables. o sea alta cocina.jajaja.
No es un lugar para ir todos los días, porque es bastante caro… pero que les puedo decir. Celebrábamos 5 años de casados.

Una experiencia inmejorable. Bernd es un excelente cocinero que te hace sentir muy cómodo. 100% recomendable.

Amazing… Seems like too small a word to describe the experience at Riff? Maybe if you add «innovative» or «attention to detail» or simply «fresh» & «creative» you’d come close.

Ya veo que aquí hay comentarios de verdaderos forofos de este lugar pero me arriesgaré para dar color a la uniformidad…
El menú degustación de 65,00 euros, bebidas a parte. Consta de siete platos que yo calificaría de sencillos lo cual no es malo pero, comparandolos con otros restaurantes de autor y de precio similar, hace que el precio parezca un poco sobredimensionado.
Entre los entrantes repetiría sin pensar la ensalada de jabugo, excelente.
Y de entre los platos principales el cordero de las 36 horas de cocción.
Hay un inmenso trajin todo el rato ya que te cambian los cubiertos entre cada plato, te limpian las migas de la mesa y te traen pan sin fin. Las camareras no paran y el cheff salió un par de veces para saludar y preguntar que tal todo.
No incomoda mucho y supongo que es necesario…
Ahora bien, mi llamada de atención es para el local: El techo de tela esta sucio y con manchas. Algunos de los fluorescentes no van (no creo que estuvieran apagadas ya que estaban encima de mesas con gente) y las cortinas beige que separan las mesas tienen un tono que no quisiera relacionar con los posibles años que llevan colgadas y parcialmente descolgadas!
En definitiva es un restaurante estupendo pero necesita un lavado de cara en la sala.

Delicado es la palabra.
Desde que entras. La decoración minimalista y elegante, cortinas translúcidas y finas que separan las mesas dando un punto de intimidad muy agradable, trato exquisito… todo muy bien. Sólo pondría una leve pega en los aseos porque no hay cambiador para bebé. Ya se que en este tipo de restaurantes no suele haberlo y también que no es normal ir con un bebé, pero cuando no hay otro remedio, se agradece que te den facilidades :).
También me gustó que no hubiera muchas mesas (unas 10). Y que pudieras adivinar cómo trabajaban en la cocina ya que las puertas estaban delante nuestro y había parte en cristal. Me encanta ver cómo trabajan los platos, es como un baile perfectamente coreografiado.
La carta no tiene desperdicio. Hasta yo que me he negado siempre a probar el pescado crudo LO PROBÉ!!!, que no lo he hecho ni en Kabuki!!! y me encantó, muy rico todo y con unas texturas sorprendentes y buenísimas!!. La carta de vinos era bastante completa, corta, pero completa. Y digo corta en el sentido más positivo. Hay restaurantes que te dan tal libro de vinos que no sabes qué tomar por mucho que te recomienden, te pasas media hora leyendo para acabar pidiendo el que ya conoces, a lo seguro.
Un detalle que no me pareció bien, es que en uno de los platos de la degustación, al decirnos el plato del que se trataba, a la camarera se le olvidaron algunos ingredientes y dijo la fatídica frase de…“pues no me acuerdo con qué va acompañado” y al venir la segunda camarera con más platos le preguntó y ella dijo que tampoco se acordaba… guaguaguaguaguaaaaaa. Si llega a estar el chef delante le da un patatús! No se puede dar esta contestación y menos que ninguna de las dos se acordara del plato.
Pero bueno, es sólo una anécdota. Llevara lo que llevara, estaba exquisito!
En definitiva, un sitio muy recomendable; elegante y delicado, con una comida exquisita, unos postres buenísimos y sorprendentes y un trato excelente (y mi niño se portó muy bien :).
No doy 5 estrellas porque las reservo para los que me hacen llorar :)
IMPORTANTE: No os perdais su web!!! es muy interesante. No sólo habla de su restaurante si no de su experiencia de vivir en Valencia (el chef es Alemán), de otros restaurantes que le gustan, platos que le gustan de otros chefs, hoteles que no hay que perderse… interesante, aporta mucha información para próximos planes y es muy original.
Precio: No me parece caro, sino que vale mucho dinero, así que diría: de alto desembolso :)
Vestimenta: recomiendo ir bien vestido.

Cocina extraordinaria. Menús verticales variados maridados con vinos sugerentes. Trato amable. Decoración sencilla en un local tranquilo y agradable. Precios justos para el nivel de calidad ofertado. Tienda delikatessen anexa.

I’m not sure why but when you try to enter the restaurant the door is locked so you have to buzz to get into the building. Once you get in, the ambiance is simple and clean. The lights could be dimmed a bit as it was very bright inside. The staff struggled a bit with speaking English but they tried very hard and were quite friendly. The chef actually took our orders and also came to say goodbye at the end of our meal.
We tried the…
Prawn Fettuccine
Fried egg with Iberian bacon, herbs and peas
«Dirty» rice with squid ink
Venison with eggplant and cumin
Monkfish with coriander, cinnamon and pea hummus
We also received an abundance of amuse bouches which we devoured. Overall we thought the food was fresh, seasoned well, and cooked to perfection.

–Nos vamos a cenar, dáte prisa en arreglarte.
— Pero, ¿a dónde vamos?, me tengo que arreglar mucho?
Y, vaya si me tenía que arreglar, me llevan nada más y nada menos que al Riff, uno de los mejores restaurantes de Valencia que incluso ha tenido estrella Michelín (Muy malogradas está semana por cierto). Bueno, pero no penseis que fuimos aprovechando el certamen Valencia Cuina Oberta, un lujo al alcance de todos.
Menú exquisito, no podía ser menos en el Riff… Una Currywrust, mágnifica, no en vano el Riff está regentado por un alemán que ha descubierto lo bien que se vive en la «terreta». Con patatas bravas que me sorprendieron enormemente.
El plato principal, un guiso de garbanzos y acelgas, que en principio, me sonaba raro para cenar, pero que me dejó extasiada tanto por la composición, como por el sabor y las texturas logradas en ese plato (No tengo fotos de los platos :(, de la emoción nos dejamos la cámara en casa).
Y, de postre, arroz con leche, una interpretación del arroz con leche que me dejó una sensación muy agradable en boca.
El local me encantó y el servicio me pareció excepcional. Un conjunto que hizo la noche increíble.
Ya he puesto hucha para poder ir a cenar el menú, me muero por probar el arroz brut!

Algunos sabores se pegan tanto a la memoria que ya jamás desaparecen. Yo, por ejemplo, jamás he vuelto a comer arroz al horno como lo hacía mi abuela, o unas aceitunas en salmuera tan ricas como las de mi tía Teresita. Pues lo mismo me pasó con el gazpacho (espuma de gazpacho, para matizar) como la del Riff.
Me acuerdo, a menudo, de esa maravilla culinaria presentada en el centro de un centro de un plato inmenso.
El restaurante tiene una carta casi tan suculenta como interesante, y es que cada plato está más rico que el anterior. En Riff son especialistas en darle una vuelta de tuerca a una receta típica para que se convierta en una prodigio de la hostelería… y lo consiguen! (vaya si lo consiguen)
Un detalle muy gracioso de su decoración es que en la puerta de los baños no hay iconos, ni monigotes de hombre/​mujer, sino una ristra de nombres en varios idiomas para que seas en cual debes entrar.

I enjoyed yesterday a wonderful evening in the Riff. I was looking for a one-​Michelin-​star restaurant in Valencia and first didn’t realize that there is a German chef. It was then a funny surprise when it turned out that Bernd Knöller is also from the northern Black Forest in Germany and once was an apprentice in the Ochsen in Höfen, a typical Black Forest inn well below Michelin star levels. He is now since about 20 years in Valencia and developped himself towards real culinary mastership. I placed the order for the Riff Menu Snacks & Tapas and was very excited. The restaurant is looking elegant all in beige and with some wood and making immediately to feel comfortable. The real agenda started after several amuse-​bouches with tartar with white tuna fish with mustard, mushrooms and trout roe. It was excellent and certainly already one of the best dishes. We continued with Autumn with wild mushrooms, a combination of its very own served in a high bowl. It developped several completely different and rich aromas and textures. After some thoughts where the territorial foundations of this cuisine could have been I tasted the Red dorade with crunchy seeds and tartare of mussels a phantastic fish in the typical style of Valencia bedded on tiny mussels. Then creamy rice with pine nuts and Iberia pork fat was an excellent risotto with filmy slices of fat imprinting their aromas into the rice while dissapearing in glossy transparency. Now I was quite sure about the spanish elements in Bernd Knöllers cuisine which was continued with Iberia pork with sweet onions. The menu culminated in a marvellous dessert hot mousse au chocolate with oil and salt. A tiny breath of olive oil imparted astonishing flavors to the mousse and it was a perfect finale. The service had the best attention. The list of wines is long and includes not only vinos blancos allemane from Germany but also all kinds of spanish tintos with a lot Ribera de Duero and La Rioja and many other proveniences. This restaurant shall be highly recommended. It offers the art of cooking at the highest levels. And for all those who want to learn more about Hotel Ochsen in the Black Forest in Germany they can read my Qype review which I wrote some time ago.

A German chef in Valencia Spain, serving two Americans who just arrived not long ago from Athens. Yes it’s a mixed bag of cultural mashups. However it did no hinder us from trying to get a fantastic meal late in the evening after having just got into town. Chef Bernd Knoller and his wonderful staff were more than happy to welcome us, and it’s that type of hospitality that started off this wonderful meal.
After having been through many find kitchens of his home country, Chef Knoller found himself at Akelarre under Pedro Subijana, one of the forefront of the new Spanish cuisine. This being the gateway to Spain with some other ventures along the way, he opened Riff, which would be our first taste of Valencian food.
From the outside you see a stark foyer with a long white hallway, minimalist art on either side. We’re seated at a two top not that far away form the kitchen. The Riff staff are buzzing around us providing us with all the things we need before our meal. Chef himself comes out, speaks to my friend about his food allergies and we agree that we want Riff’s Menu Degustacion:
–Oysters with frozen seaweed
–Salad from small calamares, aioli,
black trumpets and watercress
–Summer truffels with pine nuts
and Joselito ham
–Langustines, tomato,
eggplant and basil
-«Dirty Rice»
–Monkfish
with humus from fresh peas
–Roast lamb with spices
and dried tomatoes
–Hot mousse au chocolate
with olive oil and salt
–Strawberries, almonds and orange sanguine
If you’ve had enough food in Valencia, you know that the Arroces dishes and their artichokes are very special in this region. As all of the Spanish regions do, Valencia has a character all of its own and Chef Knoller, despite being German brings the Valencian spirit in his cooking. In fact if I didn’t know he was Germain, I wouldn’t known any better! He obviously brings the touches of the Michelin star kitchens he’s been through and it definitely shines. The staff are very professional and more importantly they are very warm and welcoming. Often when you see places of this design and caliber you think that it will be a cold experience but that couldn’t be farther than the truth here. A grand experience all around and a gem of a restaurant.

Restaurante situado en Valencia.
Su cocina es de autor y muy alta cocina.
Lugar amplio, mesas bien distribuidas y todo decorado en tonos claros y elemantos de la naturaleza.
De su carta destacaría el arroz verde con bacalao. Perfecta presentación en sus platos y buenas raciones.
El precio medio son unos 65 – 70 euros sin contar el vino.
Importantísima carta (350 referencias).
El servicio fue agradable y rápido, en todo momento nos informaban de los ingredientes de cada plato y su forma de cocinarlo.