Maíz Bistró

Nos encanto todo! Tanto como la atención, la comida el sitio…
Me esperaba un barucho y el sitio está decorado súper bonito, la comida nos encanto, lo único vi la arepa aceitosa.
Pero todo lo demás nos gustó mucho.

Uno de mis restaurantes favoritos que nos acercan la comida sudamericana con algún toque de fusión en algunos platos.
El sitio suele estar siempre lleno el fin de semana, has de reservar con antelación. También podemos encontrar libros desperdigados por allí, junto a una decoración sobria en las mesas de madera y alguna decoración de la zona al final.
La iluminación en las primeras mesas es mayor que en el resto, además tienen una mayor altura acompañadas con banquetas altas.
La comida está muy buena y la relación calidad precio no está nada mal, las veces que hemos ido hemos picado con el menú degustación. Este menú incluye cuatro salsas, unas frías y otras calientes, junto con arepitas calientes para ir haciendo la mezcla de las salsas al gusto. Luego guacamole con tostones, son como pipas, podría estar comiendo eso hasta que me llenara.
Los dos platos siguientes son elección entre cocina nikkei (fusion con cocina asiática) y ceviches (recomiendo coger el que es con suplemento) y luego entre picaña y parrillada criolla. Las veces que he ido he optado por la parrillada, ya que incluye picaña y mas carnes variadas, además de maíz y plátano.
Los postres no están mal, a excepción de la panacota, que no se parecía a la original italiana en nada.
La última vez que fuimos apreciamos que el servicio y la comida no estaban tan bien como la penúltima, esperemos que no vaya hacia abajo.

Per the recommendation of my Airbnb hosts, I checked out Maiz Bistro on one of my few nights in town. I was NOT disappointed. I had told my hosts I was trying to eat healthy, and I was happy to find out that not only was Maiz healthy, but it was delicious as well.
I wasn’t super hungry, but I could resist the value of their Menu De Noche, which was 15.95 euro for a starter, a main, and a dessert. I had the quinoa salad to start (normally 5.95) and was just blown away by how much flavor it had. It was a nice size, and I could’ve had that be my entire dinner.
For the main, I picked the Cocína níkkeí, which was an Asian/​Peruvison fusion. I had the salmon (normally 9.50) and was treated to a nice light dish. It was a little too much juice for me, but I still enjoyed it. Had a bit of a spicy kick to it, too.
I could not fit dessert, so I opted for a cortado instead, which is part of the menu option. There was no English menu, but the owner walked me through the menu and was a pleasure to chat with after my meal about her journey of starting this restaurant.
This was definitely one of the nicest meals I had in Spain, and I would definitely come back.

Después de dar varias vueltas por la zona, finalmente y siguiendo las reseñas de mis amigos Unilocalers optamos por entrar, y la jugada salió bastante bien.
Con muchas dudas sobre lo q pedir finalmente nos dejamos aconsejar y optamos por dos menús de noche (15,95 sin bebidas).
No podíamos irnos sin probar la especialidad de la casa, las arepas, así que mini arepitas para 2 de primero y de segundo parrillada de verduras.
Las miniarepitas, bien por lo de minis porque son enanas, venían acompañadas de 4 rellenos diferentes para poner a tu gusto. Pollo con guacamole, ternera mechada, crema de queso y frijoles negros.
De segundo la parrillada para las dos, venían una chuleta (lo mejor de la parrilla) algo de ternera (normaliza) 4 trozos de chorizo blancos y dos troZos de plátanos frito y dos rodajitas de mazorca. No estaba mal.
De postre entre las opciones optamos por el postre de chocolate, el q te recomiendo si te gusta el chocolate oscuro. Era una especie de mouse pero casi helado, servido con una crema de leche que se sirve aparte. El otro postre un gran con dulce de leche, una gotita de dulce de leche mejor dicho jeje. Pero por lo visto mucho rico!
En general bastante bueno, me quede con ganas de probar los ceviches y algunos platos recomendados por los Unilocalers, en mi prox visita a Valencia si tengo la oportunidad volveré!

Tenía ganas de probar este sitio y la verdad es que no me ha entusiasmado. No digo con ello que la comida no estuviera buena. De entrada es la primera vez que he probado la mayoría de los platos y no puedo establecer una comparación.
Fuimos con reserva y la mesa y las sillas que nos dispusieron eran tipo terraza y eran incómodas.Creo que eran las únicas en el interior del local. Por otro lado resulta algo caro ya que las raciones son pequeñas.El guacamole de los tostones estaba bueno pero me resultó muy suave. Los tequeños venezolanos no me dijeron mucho, me resultó insípido el relleno. No estaría mal que la salsa que lo acompaña estuviera a temperatura ambiente y no fría.
La arepitas de la degustación cuestan de abrir con los cuchillos del servicio. Mejor sería que vinieran abiertas de cocina. El extra que pedimos de arepitas nos lo trajeron de arepas,(no se por qué), que se manejan mejor la verdad. La carne mechada lo mejor del acompañamiento, el pollo con guacamole bueno pero quizás falto de algo de chispa.
La picañà la pedimos hecha y quizás eso determinó que pareciera algo tiesa, el puré de patata bueno pero también le faltaba un poquito de fuerza al plato.
El postre de la semana, tapioca bañada en un mermelada de toque ácido algo cara para la elaboración que tiene el plato. Finalmente 2,25 por un botella de ½ de agua es aprovecharse un pelín.
El local, una vez lleno, resulta ruidoso con lo que resta disfrute a la velada.

Soy un caso, tenía pendiente reseñar este restaurante venezolano desde hace uffff
Había pasado alguna vez por la puerta pero su diseño minimalista no me llamaba. Fue gracias a mis queridos Unilocalers que tuve la oportunidad de probarlo cuando organizaron una cena para probar platos típicos de venezuela en navidad.
He de decir que las cocinas sudamericanas cada vez me gustan más por las materias primas, adoro los patacones o tostones de platano macho; esas arepas que sustituyen a nuestro pan; y esa cantidad de picantes que tienen.
De todo esto tienen en Maiz Bistró buena, sabrosa y asequible comida.
Y también me gusto lo agusto y bien tratado, y la paciencia que tienen, que te hace sentir el servicio.
Tengo pendiente volver para corroborar todo y darles la quinta estrella.

Cocina Fusión latina, picantes sabrosos, las arenas están brutales
Muy recomendable servicio Perfecto

Hemos ido a cenar y nos gustó el ambiente. Esperaba comida auténtica de Sudamérica y me decepcionó. Estaba loca por un ceviche y el que pusieron era muy original, muy fresquito, pero nada que ver con el ceviche peruano que yo quería, le faltaba sabor y era muy pequeñito para el precio que tenía. Pedimos la picanha — corte de carne brasileño que es muy rico, solo de mirarla ya sé que no era una picanha de verdad, además no pude comérmela pues tenía un trozo grande de queso mezclado a la carne — les había explicado que no puedo comer lácteos, pues tengo alergia y ni caso. Salimos todos con un poco de hambre, pero la noche fue agradable, el vino Albariño estaba muy frío, riquísimo. El tiempo de espera ahí es largo. Recomiendo ir a tomar copas y picotear algo, no recomiendo para cenar.

Bastante rico! Fui dos veces y las dos me pareció un lugar muy agradable y la comida está bastante buena.

El Maíz Bistró es el típico restaurante que nunca has ido, y en un breve tiempo vas dos veces.
Nuestra primera visita fue más familiar, tan solo nosotros 4. Con todo el miedo por delante de que mini Juan no pudiera comer, salí agradecida de ver que cenó sin problemas. En esta ocasión, la camarera se desvivió en atendernos y explicarnos cada uno de los platos. Las raciones no son muy generosas, pero están bien presentadas y son sabrosas. Descarto eso sí, el ceviche que, al menos para mí, sabe mucho a cilantro. El resto me gustó mucho.
La segunda vez fuimos en grupo, con un menú cerrado para poder probar las hallacas. En esta ocasión no fueron tan amables como la primera vez. Bien es cierto que, a última hora, se apuntaron un par más de comensales, pero un buen profesional disimula y pone una sonrisa en la cara, e indica que no hay hallacas nada más que para los que se habían reservado previamente. Total, compartir es de sabios y pudimos cenar muy bien a pesar de todo.
Cuidado con el ruido ambiental, puede ser muy molesto. Bueno, tal vez por ir en grupo, pero recuerdo que salí con un poco de dolor de cabeza.
Y como punto más que negativo, ¿por qué una botella de agua de 0,5L la cobran a 2,25 €? Eso en mi tierra se llama atraco. Quitando esas cositas sin importancia, la comida está buena.

«3 words: Delicious, Affordable and Healthy»
I like this Peruvian restaurant. I was there once and am looking forward to going more!
The food was so good and fresh. The combination between Peruvian and Japanese is simply delicious. There are many healthy vegetable dishes with Peruvian touch. Meat dishes are well done with different sauces. Each dish was beautifully decorated. The atmosphere was nice and calm. The service was decent. Also the price is not so expensive nor cheap. I would say that it is affordable. I ordered their dinner menu last time. There were different choices in the set and the portion was quite big.
I haven’t tried their lunch menu yet but the price is not bad and it looks yummy.
Can’t wait to eat there again! I highly recommend to everyone!

En plena calle Sueca encontramos este restaurante de comida sudamericana bastante acogedor en el que disfrutar de diversos platos de estos países. Nosotros fuimos 8 para cenar y ya que la mayoría era la primera vez que íbamos nos decantamos por uno de los menús degustación para grupos.
Comenzamos por los tostones con guacamole, unas tiras de plátano macho al horno para mojar en esa genial pasta verde con la que no puedo ser objetivo, me encanta en todas partes, y la de Maíz Bistró cumple con creces. Tras ello, el que para mí fue el plato flojo de la cena… Una ensalada de quinoa que no puedo evitar que me recordara demasiado a un tabulé y que a nuestro gusto estaba demasiado ácida, nos sobró casi toda. Después de este plato, estaba un poco decepcionado, pero pronto se me pasó: la degustación de arepitas fue una genialidad, una ración más que generosa para prepararnos al gusto y tras ella la parrilla criolla, con ternera, pollo, chorizo, maiz y platano macho con chimichurri, acompañado de yuca frita. Genial, genial, genial.
Pon 1 botella de vino cada dos personas, postres bastante buenos y un precio de 20 euros por cabeza y tienes una cena excelente en pleno centro de Ruzafa. El servicio, muy amable, rápido y atento. Recomiendo reservar, nosotros lo hicimos y lo agradecimos, ya que estaba muy lleno cuando llegamos.

Menú de noche para dos personas, pedimos:
— tostones y ensalada de quinoa
— arepa rellena y cocina Nikkei
— mousse de chocolate con crema inglesa
El guacamole muy bueno, suavecito… De los mejores que he probado, la ensalada de quinoa tenía una salsa que potenciaba el sabor y le daba cuerpo a la ensalada, la arepa venía acompañada de una salsa (creo que era con aguacate y mostaza… Espectacular) y los postres ambos muy buenos, casi lamo el plato con la salsa inglesa.
Las camareras muy amables.
Conclusión: un sitio para repetir

Hoy ha sido uno de esos días que hemos dicho: «va, vamos a probar algo diferente».
Muchas veces lo pienso pero me acabo echando atrás y yendo a lo seguro, pero esta vez nos arriesgamos.
No pudo haber salido mejor la jugada.
El local, pese a no ser extremadamente grande, sí tiene bastante amplitud.
La decoración bastante original, con las cartas colgadas en la pared.
La música de fondo, acorde al local, ritmos latinos que, pese a no ser el tipo de música que escucho, daba al local un toque agradable.
A destacar sobre todo dos puntos: la comida y la atención.
Las camareras han sido de lo más agradable, siempre sonrientes, con un trato muy cordial y sin ningún tipo de problema a la hora de explicarnos los platos. Hacía mucho tiempo que no me atendían tan bien. Un 10 para ellas.
La comida, pues no puedo decir más que me encantó absolutamente todo. Desde las rodajas de plátano frito con uno de los mejores guacamoles que he probado, hasta la torta de maíz con ternera (que se deshacía en la boca), a la fusión japo-​sudamericana y acabando por los postres, un mousse de chocolate con crema inglesa y una especie de pasta con gelatina (no sé lo que era, tenía una textura muy rara) con sabor a mango. Todo exquisito.
Y todo dentro del menú de 16 € p/​p (íbamos 2)
Tengo ganas de volver a probar el resto de la carta.
Repetiré segurísimo.
Ojo: mejor reservar. Nosotros pillamos la última mesa de chiripa.

Muy buena opción para cenar diferente! Pedimos el menú de degustación (20 €/​persona, no incluye la bebida y el postre es para compartir) y nos encantó!
Empezamos con unos tostones — láminas crujientes de plátano con guacamole;
seguimos con la degustación de arepitas — 8 pancitos a base de harina de maíz, para rellenar con nata criolla, pollo con guacamole, alubias negras o carne mechada, estaban de muerte;
luego el ceviche, que no me gustó, no soy fan del pescado crudo;
y para rematar una deliciosa parrilla criolla (ternera, lomo, dos embutidos, maíz y plátano);
el postre, negro en camisa, una espectacular tarta de chocolate!
El menú de degustación está muy bien pensado y muy rico, la única objeción: el postre es para compartir, y es tan bueno que no quieres compartir!
La carta de vinos no tiene muchas opciones. La carne la acompañamos con un tinto argentino.
El resto de los platos lo acompañamos con cerveza artesana valenciana, probamos la Smoky Porter (negra, achocolatada y ahumada) y la Paqui Brown (tostada, brown ale), ambas pertenecientes a la microcervecería Tyris. Me parece genial que tengan cerveza artesana!
La camarera que nos atendió súper atenta, rapidísima y omnipresente, cada vez que veía algún plato sucio o una servilleta, nos lo cambiaba enseguida.
Tienen WIFI, sólo hay que pedir la contraseña.
Si no hubiera sido por los aseos, le habría dado 5 estrellas. Es inaceptable que un restaurante no tenga jabón en los baños!!! Por la prisa se me olvidó comentarlo al salir, pero a la próxima no olvidaré. Volveremos pronto porque las arepitas y la cerveza artesana me han dejado con ganas de más!

Es una comida diferente que apetece saborear con entrantes que te seducen con la vista. Con una agradable decoracion de hayedos en fotos.
El precio asequible y el servicio atento y agradable. Para repetir y probar otros sabores

Sorpresa super agradable. Me ha encantado!
Personal simpaticos y serviciales, cocina fusión de varios países. Todo muy rico y con una excelente calidad precio. Local minimalista pero con un toque muy moderno.
Vamos un sitio genial para comer y/​o cenar en la zona de Ruzafa.
La primera vez que me han servido unos frijoles negros, que estaban de muerte, después de haber probado muchas infamias al respecto, ha sido una sorpresa estupenda.
Según me dijo la camarera los estofan durante 4 horas, si señor, cariño haciendo las cosas. Estos combinados con la mini arepitas, ummmm que bueno.
Detalles como servirte el picante a parte, aunque a mí me encanta, a mucha gente no entre ellas mi mujer, así todo el mundo puede disfrutar de todos los platos.
Si vais por primera vez, os recomiendo el menú degustación, de esta manera podéis ver una representación de su cocina.
Si, si, una pequeña ventana a la comida de latino américa.
Pienso que deberías hacer una para si estáis en Ruzafa.

Mi primer restaurante latino-​americano. Ha sido una gran experiencia y su cocina me ha sorprendido muy gratamente!
Decidimos pedir el menú, por 15’95 € incluye dos platos a elegir, bebida y postre/​café.
Nuestro pedido:
— Degustación de arepitas (mini panecillos acompañados con 4salsas) Una delicia!
— Parrilla Criolla (ternera, chuleta de cerdo, mazorca, plátano, chorizo y longaniza) con salsa chimichurri. Espectacular!
— Negro en camisa (postre de chocolate)
— Quesito (flan de queso) excelente
Comimos genial, platos sabrosos, y acabas lleno hasta los topes! Un mini fallo, es que todo lo que escogimos era para 2personas, sin embargo las arepitas eran 5…
Servicio amable, te explican cada cosa cómo es y te presentan los platos. No son la rapidez en persona pero… Vale la pena la espera :)
El local es grande, decorado muy descargado y con mucha madera, en general bastante cuidado. El WC no está igual (sucio, descuidado y con un ruido horrible) parece que estés en un bunquer mientras fuera hay un bombardeo. Por suerte apenas pasas tiempo ahí!!
Creo que repetiré más de una vez Xp

Quedamos unos cuantos Unilocalers en ir a cenar un día después de un evento a este local, nos esperaban allí nuestra súper pareja venezolana Nore y Mario.
A diferencia de otros Unilocalers mas asiduos era mi primera vez en este restaurante.
Al llegar me sorprendió gratamente la decoración de madera.
Aprovechamos las fechas para probar el plato típico navideño la Hallaca.
Tenía unos días raros en los que no conseguía comer mucho ni me apetecía nada en especial… pero eso era antes de probar ese suculento plato lleno de sabores que me ha dejado encantada!
La presentación el sabor estaba todo perfecto y equilibrado.
Tengo muchas ganas de volver a probar más platos de este magnifico país que me esta enamorando antes siquiera de haberlo pisado.

En mis primeras semanas por Unilocal,leí acerca de este restaurante y aún no había coincidido con alguien con quien poder ir.
Después de un evento Unilocal,decidieron hacer un post evento allí, y yo acepté sin dudarlo.
Me encanta la decoración del restaurante y la cocina se ve desde el restaurante (cosa que genera más confianza).
Fuimos con la idea de probar un plato típico navideño original de venezuela, las hallacas. Estaban riquísimas y además probamos el «pernil» y el pan de pernil que era como un «panquemao» con pasas y jamón y también ensalada de gallina. Todo muy rico!
Pero esto no acaba aquí, pedimos los postres típicos, entre los que destacó sobre los otros dos el «negro en camisa». Aunque el quesillo no se quedaba muy atrás.
Salimos todos satisfechos y nos resultó muy bien de precio. Cuando vuelva, probaré las famosas arepas!

El sitio está muy bien para probar algo distinto, para salir d la rutina d los bares y restaurantes a los q estamos acostumbrados. Ademas al ser comida sudamericana son sabores muy distintos a los q estamos acostumbrados. Las arepas lo mejor! Las puedes probar d muchas formas distintas. Y la carne mechada muy rica tb. La ensalada d quinoa a mi personalmente no m gustó demasiado… el defecto para mi es q le falta variedad d vinos, pasan d diez euros a 16, creo q debería haber algo intermedio. Nosotras pedimos el Lagrima argentino tinto, espectacular! Y por supuesto no dejéis d pedir el pisco souer, un cocktail peruano d orujo. saldreis mas contentinos

Fui a mediodia a probar el menu que tenian. Constaba de un primero, con una degustacion de tres platos, guacamole con nachos (para mi gusto el guacamole un poco flojo, comparado con el Mejicano) un gazoacho de pimiento del piquillo, realmente bueno, y una croqueta de yuca con queso muy buena tambien.
DE segungo habia chuleta con salsa BBQ, arepitas (escoji la de pollo con guacamole y queso, estaba muy buena me la sirvieron con platano frito, y un pincho de sepia, para mi el mejor de los tres platos, aunqe todo estaba bastante bueno y bien elaborado.
Sitio muy recomendable !

We had dinner here and were very satisfied. The food was really good and authentic Latin American. You can also get great value if you combine dishes of the day. The guacamole was one of the best I’ve ever had and the chocolate dessert was delicious! Service was good and efficient.

A pesar de llevar tres años en Valencia y haber escuchado que habían algunos restaurantes de comida típica venezolana nunca me había puesto en la tarea de buscarlos he ir a probarlos, que después de haber ido creo que encontré el porque, a veces es duro reencontrarte con tus raíces después de tanto tiempo (y no lo digo por mal)
Pero esta vez quisimos hacer una excepción a la regla y después de una excelente recomendación, aunque viniese de españoles, quise aprovechar justamente la época navideña que esta tan llena de comidas tradicionales en Venezuela. Me fui al fan page y al corroborar que ya habían comenzado a sacar este tipo de platillos me dije a mi misma voy a inaugurar la navidad como el buen venezolano lo sabe hace con una hallaca, y a pesar de haber ido el 1ero de diciembre debo decir que ninguno de mis familiares a estas alturas se ha comido una, lo cual me hace sentir mucho mas feliz.
Decidimos revestirnos del tricolor nacional de pie a cabeza, así que muy a pesar de que el restaurante venden también comida peruana y no se cual otra mas no miramos a los lado y solo vimos lo de nuestra tierra.
Para comenzar pedimos una degustación de mini arepitas otra comida muy típica, que venia acompañado de natilla o nata (para que lo entendáis es nuestra mantequilla, la usamos para untar en panes, arepas y demás platos hecho a base de leche) carne mechada (ropa vieja) caraotas negras (alubias) y reina pepiada (una mezcla de pollo esmechado con aguacate), todo acompañado de un delicioso papelón con limón, una deliciosa bebida hecha a base de papelón que es la pasta endurecida de caña de azúcar. Todo perfectamente elaborado con los sabores mas tradicionales, e indiscutiblemete con ingredientes nacionales y si no lo son obviamente la sazón la tienen y es que solo un venezolano las sabe hacer.
Finalmente llego el tan esperado plato principal, mejor conocido como el plato navideño, contiene hallaca, ensalada de gallina, pernil y pan de jamón. Solo el verlo exaltaba sentimientos, y al probarlo no hubo palabras solo miradas y casi lagrimas (perdón si suena cursi) pero es que de por si sentí por un momento que cruzamos el atlántico y me senté en la mesa de mi madre a probar sus hallacas o las de mi abuela, y creo que con esto resumo muy bien mi percepción del plato.
A pesar de estar full, decidí cerrar mi tarde con broche de oro y pedí el mas típico de los postres que tenían ese día ¡el quesillo! y debo decir que esta vez no solo viaje a Venezuela por un instante sino que retorne aquellas tardes de mi infancia donde comía de merienda el delicioso quesillo que todos los domingo hacia mi abuela para que nunca faltara en casa.
Pero resulta que no cerraba la tarde ahí porque como estaban de aniversario estaban regalando un chupito de ron y un chocolatito igual de Venezuela. ¡No podía ser mas perfecto!
Todos tenemos la particular costumbre de decantarnos por la comida de nuestra madre y es que claro nadie puede cocinar mejor que ellas y bien decimos en esta época del año ¡Las mejores hallacas son de mi mamá! a lo que debo decir que mi madre esta del otro lado del charco, pero definitivamente importaron las hallacas de mi casa.

Este lugar es otro de los «descubrimientos de Russafa». Sin pretenderlo acabamos preguntando allí si tenían mesa libre para dos dispuestas a descubrir más de cerca qué comían por Venezuela y esos lares.
El lugar decorado con sencillez, y a la vez algunos puntos divertidos como los troncos de la entrada a modo de jardín, acompaña al planteamiento del menú del mediodía:
una selección de platos que nos pueden resonar pero que se convierten en una propuesta distinta por los ingredientes que intervienen y el modo de cocinarlo y servirlo.
Guardo el sabor de esa arepa tan deliciosa de guacamole y pollo que podría parecerse a otras tantas que pueda haber probado pero que, afortunadamente, supera de largo las expectativas y también el postre de quinoa con leche, tan similar y distinto a la vez de nuestro clásico.
Sin duda, ¡para repetir el viaje!

Lateinamerikanische Küche auf sehr hohem Niveau!
Wer bei Lateinamerika nur an Tacos, Guacamole und Chili con Carne denkt, sollte sich in diesem gemütlichen Restaurant überraschen lassen. Ceviches (marinierter Fisch mit Gemüse in verschiedenen Varianten), Arepas (gefülltes Maisbrot), Yuka, Kochbananen u.v.m., das alles mit sehr modernem Touch und frischen Zutaten. Einfach nur köstlich.
Zusätzlich zur Karte wird ein wöchentlich wechselndes Mittagsmenü angeboten, für 10,50 € bekommt man 3 kleine Vorspeisen, kann eine Hauptspeise wählen, und ein Dessert oder Kaffee.
Generell ist es nicht wirklich billig, aber manchmal lohnt es sich ja, für Qualität ein bisschen mehr auszugeben.
Das Personal ist super-​nett und gern bereit, die Gerichte zu erklären. Die Besitzer arbeiten selbst im Service und hinter der Theke und sind deshalb sehr aufmerksam mit allen Gästen.
Auch Rumliebhaber kommen auf ihre Kosten. Es gibt eine große Auswahl an venezolanischem Rum. Auch die typischen Cocktails dazu. Wer es süß mag, sollte das alkoholfreie Getränk Papelón probieren, welches aus Zuckerrohrmelasse zubereitet wird.