Ma Khin Café

Es un restaurante con una imagen importante: toda la cocina a vista y la verdad que ver los cocineros trabajando impacta siempre positivamente. El sitio es bastante frío, poco acogedor.
Los platos están bien presentados y hay sabores muy interesantes. Mucha fusión de cultura gastronómica. Un menú para degustar muchos platos, que te deja más que satisfecho. El servicio no me ha gustado: clásico caso de camareros quemados que te atienden sin ganas.

Estuve aquí con mi pareja el domingo para desayunar y la experiencia fue de esas que pasan sin pena ni gloria.
Pedimos un variado:
–Brunch «inglés» compuesto por huevos a tu gusto (en mi caso revueltos), bacon, tostadas, café y zumo del día (10 €).
Sustituí el bacon por espinacas, la verdad es que la cantidad era muy, muy pequeña, no sé si llegarían a ser 2 huevos, pero si lo eran, desde luego debían ser dos mini huevos… Aparte de eso, el plato estaba saladísimo. Yo no estoy acostumbrada a salar la comida, por lo que inmediatamente pensé que era mi paladar y no un problema del plato. Cuando ya quedaba nada en el plato, se lo di a probar a la otra persona y alucinó con el nivel de sal.
El zumo del día (piña) lo trajeron cuando ya nos habíamos acabado todo, cafés incluidos, por un despiste…
–Tostada con tomate y jamón ibérico (?), por 5 €. Tostada mínima, muy muy pequeña, de hecho, mi pareja se tuvo que tomar las correspondientes a mi brunch porque era de risa su porción.
–Zumo «energía verde». Si en la carta de zumos, ojo, por 4 € cada zumito… Lees «mezcla de verduras, pepino, apio y zanahoria» y encima el zumo se llama «energía verde», te esperarías un zumo VERDE, ¿no? Pues no, naranja, y súper naranja, vamos que solo sabía a zanahoria.
El trato fue muy seco, lo cual no me pega nada con el «espíritu» del restaurante. Tardaron muchísimo en servirnos, cada cosa a destiempo, primero un café, luego los huevos, luego la otra tostada, al cabo del rato las tostadas que pertenecían a los huevos…
En fin, una pena porque creo que un sitio así en Valencia tiene potencial, peeeero…

De las peores experiencias que he tenido en un restaurante en Valencia. Fuí con mis suegros y mi chico, era un día entre semana de junio.
Cualquier buen restaurante (en mi opinión) es una combinación de la comida y el trato que dan, lo que consigue un buen servicio. Pues en este restaurante el trato es horrible, JAMÁS me habían tratado tan mal, no decidí irme pq no dependía de mi y además era un día en que mi suegra había ido al médico… Vamos que no teníamos ganas de líos.
La cuestión es que entramos, esperamos en la entrada a que nos atendiesen, vino un camarero y nos preguntó si teníamos reserva perdonándonos la vida (con un montón de mesas vacías), aquí ya mi suegro me dijo al oído «este sitio no me gusta», menuda razón tenía!!! De repente ese camarero nos dice que esperemos. Hay un montón de camareros, pero sólo el jefe de los camareros toma decisiones y coge las notas en las mesas.
Literalmente le dice el jefe al camarero, esos ahí que son de pueblo (somos de pueblo pq hablamos en Valenciano?) en fin, en el 2015 estas cosas me dan asco… Lo peor fue que nos sentaron en una mesa apartada, sin luz, totalmente oscura, delante de la puerta de la cocina en la parte izquierda… Vamos una porquería de mesa. Pero esto no termina ahí, seguía llegando gente sin reserva, pero o bien eran guiris o bien eran gente «de ciudad» y claro, ellos tenían derecho a mesas decentes.
Me quedé tan alucinada ese día que lo publiqué en las redes sociales y mucha gente de Valencia me confesó lo mismo, que el trato era indecente y que a ellos les habían sucedido cosas similares.
A eso debo sumar la ridiculez del cocinero (el que pone el nombre, pero no se ensucia las manos), que se pasa el rato en la barra de la cocina (abierta e integrada en el comedor) sonriendo y saludando como si fuera la fallera mayor.
La comida estaba rica, pero es un sitio caro. De verdad que no pienso volver, sólo les deseo que su éxito sea proporcional a su estupidez supina.

Bua! Riquísimo! Menú de mediodía espectacular, por 16 euros (pan y bebida aparte, cuidadín, que se sube un poco), comes un montón y los platos son deliciosos, muy especiados, pero si te gustan los sabores fuertes, es tu sitio. Además tienen refrescos orgánicos que están super buenos! El servicio es muy amable y el local es modernete y muy mono. Lo tenéis que probar!

Sitio agradable y de trato muy cordial. Estilo asiático. La comida muy recomendable! Sirven desayunos y meriendas. Las tartas tienen una pinta muy buena.

Situado en la planta baja del Mercado de Colón, encontramos tras unas grandes cristaleras un elegante local con una gran variedad de mesas, al fondo una cocina abierta al público y en el lado izquierdo un mostrador con unas deliciosas tartas para chuparse los dedos.
En mi caso disfrutamos de una merienda compuesta por una ración de tarta de Selva Negra acompañada de café con leche. Sobre el café con leche si he de decir que para mi, era más del tamaño de un cortado largo, y en cuanto a la ración de tarta, era enorme y estaba de vicio «mel de romer» como decimos los valencianos. Por otro lado nos pedimos un Té que preguntamos si podía ser sin teína y sí tenía, y por cierto, muy rico, lo acompañamos con una ración de tarta de Merengue con Limón, para endulzar la tarde, y resultó estar espectacular, deliciosa.
El único pero y es por lo que no le pongo las cinco estrellas, es el precio, 5 € la ración de tarta, pero he de decir que entré sabiendo que no era un lugar barato, pero me encantó comprobar que su precio es proporcional al tamaño de las porciones y su sabor.

Conocí este lugar al visitar el mercado para ver los nuevos negocios que habían abierto y me llamó la atención por lo bonito que es el espacio.
La semana pasada nos animamos y fuimos a catarlo.
El mercado de Colón es un espacio en el que te puedes encontrar con todo el rancio abolengo de la ciudad tomando gin tonics a precios ridículos (de caros), dobles de Ricardo Costa y mujeres a las que parece que los Louis Vuitton se los hayan regalado en cada esquina del Eixample.
En Ma Khin Café el ambiente es un poco así, de hecho en la mesa de al lado teníamos a un par de empresarios hablando de sus plantaciones de bananeros y de las subidas y bajadas de la bolsa. Sin embargo la atención en el local es de lo más cercana, mundana y agradable que se puede esperar (destacar que nos cambiaron los platos y los cubiertos no una, ni dos, sino cuatro veces).
Nos aventuramos a probar el menú degustación: tropecientos platos de cocina fusión surasiática mediterránea que nos dejaron más que llenas y encantadas (25 €).
La cocina está abierta y puedes ver en todo momento como van preparando los platos. Otro detalle que me gustó mucho fue el menaje que gastan, enamorada me quedé de esos platos de cerámica esmaltada. También me gustó el hecho de que cuenten con un refresco de cola ecológico que resultó saber a Pepsi.
Lo único que no me gustó fue que el café fuese nespresso, creo que a un local así le pegaría más un café en condiciones recién molido y hecho en una máquina espreso de verdad.
En definitiva, muy agradable la experiencia y muy recomendable

En la planta baja del mercado de Colón han abierto muchos sitios que merece la pena probar. Pero el Ma Khin Café me gusta especialmente porque lo veo un restaurante para todo. Lo mismo te vale para un menú entre semana que para darte un homenaje.
El ambiente es muy agradable. Amplio, con una decoración muy moderna, nórdica, limpia e informal. Tiene pinta de ser fresco en verano. La cocina está abierta y da al comedor, lo que por un lado hace que los olores se propaguen (una cosa moderda), pero a la vez da confianza.
La comida es muy buena. Hay un poco de todo. Es algo así como comida mediterránea con toques asiáticos: leche de coco, curri y otras especias potentes. Si eres de postres, no te pierdas las tartas. Yo no salgo de allí sin comerme un trozo, aunque reviente por el camino.
La atención es excelente y no tiene problemas en adaptar los menús a necesidades especiales.
Un sitio fantástico al que pienso volver a menudo. Si no le doy las 5 estrellas es porque no tiene aseo, tienes que salir del restaurante e ir a los del mercado.

Ayer probé este restaurante nuevo situado en la parte baja del Mercado Colón, es el mismo dueño del Xeu Xerea (enfrente del café de las Horas).
Tengo que decir que me decepcionó un poco, tomamos el menú de mediodía, 16 por persona sin bebida). Había dos platos para elegir tanto de entrada como de plato principal y postre, estaba todo bueno y bien elaborado, pero lo encontré un poco escaso y la atención de las camareras es buena pero agobiante, te quitan el plato casi antes de acabar. Lo encontré un poco caro, pagas el local que esta muy bonito, tipo sueco, y con grandes ventanales, la verdad es que invita a entrar, no creo que vuelva De este estilo de comida, fusión mediterránea asiática hay muchos en Valencia.
Por cierto, se puede tomar un te o café a media tarde, tienen tes muy buenos a 2,50, es una forma de ver el local y estar un rato relajado.

Localizado en los bajos del Mercado de Colon, llama la atención por ser un espacio amplio totalmente abierto al exterior por una gran cristalera, pero pese a ello han conseguido con una muy acertada decoración, que tenga un ambiente acogedor que te invita a entrar y estar relajado.
Tos el menú de mediodía de 16 €. Cortito en cuanto a platos a elegir, tres o cuatro primeros, segundos y postres.
Los platos de inspiración oriental sencillos pero bien elaborados y presentados. No muy abundantes pero para mi suficiente.
La bebida no estaba incluida.

Aunque está en el sótano el local no sufre nada la falta de calle, al contrario, es un sitio tranquilo que va muy bien con el rollo asiático moderno.
La comida es excelente a un precio asequible, al menos el menú de mediodía, que tiene una buena relación calidad-​precio. Al final sale por unos 20 € con dos platos, bebida, postre y café. El servicio es estupendo. Por cierto, se agradece que los camareros avisen si un plato es especialmente picante.

Modernos no, lo seguíente. Diseño no, lo siguiente. Muy buen gusto, lleno de detalles agradable a los ojos. Vale la pena acercase a recrear los ojos.

Descubriendo sitios nuevos fuí a parar al Mercado de Colón, uno de los sitios mas bonitos de la ciudad de Valencia y cuya remodelación lo ha dejado con un lustre bien bonito para algunos, un asesinato para otros. Convertido ahora en lugar de encuentro para el tapeo y la restauración, ya hablaremos de él en su propio perfil.
Ma Khin Café situado en su sótano es un estilo de restaurante que va entre japonés, asiático y autor. Te recibe toda una cristalera que te descubre su interior, organizado en mesas para grupos, parejas, bancos corridos y mesas grandes a lo sidrería. En un lateral encontramos un mostrador con postres y reposteria, asi como los licores y máquina de café. La cocina al estilo asiático, abierta a la mirada de los comensales. Se situa en el fondo y centro del local, donde podrás observar el ritmo vertiginoso de sus cocineros, pinches y camareros todos bien uniformados.
Degustamos el menú de 16 euros/​pax, pudiendo también elegir otro de 26 euros/​pax. En este primero tenías un entrante, un principal, postre y café. De entrantes escogimos unis Nems con guacamole con una salsa de soja espesita muy buena y una picante agridulce. De principal pollo al curry y calabacín relleno con cuscús, el cual tuvo un pequeño fallo con una salsa color rosa chicle que no acompañaba para nuestro gusto al paladar. Todo esto acompañado de un vino blanco llamado Marieta muy afrutado y seco que entraba muy bien. Postres aceptables y café.
Con el con el vino salimos a unos 24 euros por cabeza y la verdad que muy agusto. Un poco ruidoso el sitio por la cantidad de gente. Si hubiese que poner una pega, sería que no tienen lavabos y tienes que utilizar los del mercado, algo que le ocurre a todos los locales, que por un lado es una manera de ahorrar y ser algo ecológicos. Por las tardes tiene servicio de cafetería. No es un mal sitio para repetir, y si estas de turismo o compras, no es mala zona para hacer un alto en el camino. Buen provecho.