Helados Navellos

Yo, que no soy fan de los helados si no van con un cucurucho muy sabroso, he de decir que este sitio es lo más. Se trata de un sitio donde has de ir a recoger el helado y comértelo por la calle, no hay mesas. Abren en fallas todos los días sin cerrar al mediodía. Si pasas por su calle, que pasas casi seguro, no has de resistirte a probar aunque sea una muestra.
Los helados son artesanales, nada de concentrados baratos que le quitan el sabor a lo tradicional. Tienen de todos los sabores que te puedas imaginar, desde café, avellana, o galletas oreo. Por supuesto, los sabores tradicionales (que son mis favoritos) como el limón, la vainilla, fresa o chocolate.
No sólo se dedican al helado, sino que ofrecen además batidos, «bubble tea», e incluso zumos. Lo mejor, además del buen precio que tienen, el servicio, cercano, atento, familiar. Un diez al negocio.

Ana y Quique llevan toda la vida detrás del mostrador y el cariño que le ponen a su trabajo es indiscutible. Tenía tantas ganas de probar todos los sabores cuando llegué, gracias a los comentarios de los demás Unilocalers, dudaba muchísimo sobre cuál escoger. Al final me pedí helado de limón, que estaba recién salido de su lugar de origen, el limonero. Quique nos dijo que si esperábamos un poco más salía el de mandarina, pero tendré que volver a probarlo otro día porque ya no me dio tiempo.
Todos los sabores son originales y el helado está hecho de manera artesana por ellos mismos en el mismo local, en la trastienda. Menuda currada señores. Lo que más odio son los helados demasiado azucarados y aquí se nota que los hacen con lo que hay que hacerlo: los ingredientes base y amor. Los helados cítricos son deliciosos y un grande de los grandes y que me dio a probar Ana fue el de avellana. Lo máximo, estaba delicioso.
Me queda mucho por delante en este local, tengo que volver mil veces más a probar más sabores, granizados y todo tipo de productos y seguiré actualizando pero ya es mi heladería favorita de Valencia. Por su concepto, su cariño, su calidad y su precio. Lo tenéis todo Navellos, enhorabuena.

Sensacional! Navellos es de esos sitios que cuando vas por primera vez te hace exclamar «y esto lleva aquí toda mi vida???», y sí, lo lleva
Ahora que sí ha llegado el caloret, es una visita obligada para volver a sentirte persona.
Hacen muchas cosas cómo; helados, granizados, batidos, frapés, smoothies… Todo artesanal, hecho con productos de calidad y fruta, fruta. Yo me he decantado por los granizados, tienen muchos sabores aunque he sido bastante tradicional: granizado de limón con fresa ¿Aburrido? Para nada! rico, fresco, ácido y… Con bobas!!! las bobas son bolitas rellenas de zumo, se las añades a tu granizado y se convierte en un experiencia única! Las tienen de mango y frutas del bosque, te dan una pajita enorme y a beber granizado con bobas! es divertidísimo, cada trago que das es diferente en función de si te tocan más o menos bobas y de qué sabor.
Navellos se ha convertido en un imprescindible para este verano, iré innovando y probando más cositas… y contándolas, claro!

Después de 7 meses desde que hice mi primera reseña y unos cuantos granizados a mis espaldas, he decidido actualizar mi reseña por el buen trato y la renovación continua de los productos que nos ofrece. Siempre que he ido ha sido a probar uno de sus variados granizados. Digo variados porque no solo hay de limón también hay de mandarina, de kiwi, de mango y fruta de la pasión, de menta, de fresa. Además si te pides el grande es de un tamaño considerable, perfecto para paliar los calores del verano.
La última vez que fui a tomar un granizado, mango con fruta de la pasión que estaba muy bueno, Ana me dio a probar helado de mandarina y me gustó. Así que decidí que la próxima vez me tomaría un «gelaet» de mandarina.
Cuando fui esa próxima vez decidí que a la mandarina le añadiría helado de limón después de ver que a Maria Q le había gustado. Pero antes de decantarme por esta combinación Ana me estuvo aconsejando sobre que sabores podía combinar con la mandarina. Para ello me dio a probar helado de Nutella, buenísimo, ron con pasas o helado con frutas del bosque. José María A. Eligió mandarina y ron con pasas, que estaba buenísimo. Así que nos fuimos tan contentos con nuestros superhelados saboreandolos lentamente.
Después de probar el helado puedo afirmar que es el helado más bueno que he probado hasta la fecha. La respuesta a Por qué es el mejor? Por su cremosidad, otros helados están literalmente congelados y meter la cuchara para comértelo es, a veces, un ardua tarea. Además no te encontraras pequeños trocitos de hielo en el helado como suele pasar con algunos congelados helados. Una razón más que añadir es que los helados los hacen ellos mismos, o lo que es lo mismo son helados artesanos. Si juntamos todas estas razones explica por qué cuando llega el calor a Valencia siempre encontraras a alguien comprando un «gelaet» en esta heladería.

Hay ciertas zonas de Valencia que tienen un encanto especial, sobre todo las zonas peatonales como la calle Navellos que da a la plaza de la Virgen. No hay nada mejor que ir paseando por una calle sin que te molesten los coches… ¡Ah, no! Sí que hay algo mejor… Lo mejor es ir paseando por una calle sin que te molesten los coches y ver la Heladería Navellos.
¿Has tenido un mal día? Heladería Navellos. ¿Has tenido un buen día? Heladería Navellos. ¿Hace calor? Heladería Navellos. Heladería Navellos tiene todas las respuestas del mundo. ¿El sentido de la vida? No, no es 42, lo has entendido bien, Heladería Navellos.
No he conocido personal más amable que ahí. Te sirven lo que quieras, te dan consejos, te piden tu opinión y te cuentan su historia. ¿Y lo mejor de todo? ¡Todo está buenísimo y bien de precio! ¡Los granizados a 1 €! ¡En pleno centro de Valencia! ¡Los batidos de medio libro a 3! De momento solo he probado los clásicos, los que más se consumen (y no me extraña por qué): oreo, nutella y kinder. Pero tengo pendiente probar todos los helados que tienen y los yogurlados.
Un 10 al local. Si hubiera una terraza, yo acamparía ahí.

Tanto mi familia como yo, llevamos comiendo helados en esta maravillosa y artesanal heladeria. Despues del paso de los años lo sigo haciendo con mi hijo, ahora con una nueva imagen expectacular y con un montón mas de variedades, todas ellas relacionadas con lo mejor k saben hacer, refrescar y dar sabor a la calle Navellos, imposible igualarla.
Sin hablar de la amabilidad del matrimonio k lo regenta, k para vender los regalos tipicos de valencia, da gusto ver como dominan varios idiomas.
Se la recomiendo a todo buen paladar.

Riquisisisisisiismos los heladitos los mejores de la comunidad valenciana jejeje volvere

Los mejores helados de Valencia, sin duda, pero también unos batidos impresionantes! Prueba y me darás la razón ;)

Un lugar para repetir una y mil veces.
Yo artesano es uno de esos lugares a los que si vas seguro que repites. Lo primero que probé de aquí son sus granizados en mi primer evento Unilocal (hace más de un año), despues he vuelto varias v veces atraída por esos granizados y cada vez he descubierto algo que me ha encantado. Por eso puedo decir que soy fan incondicional de los batidos helados de capuccino… están riquísimos. El granizado de mandarina sabe a aquellos caramelos de la infancia de mandarina, el de manzana-​kiwi es muy refrescante y el de fresa sabe a flash (o como se escriba).
Pero en mi última visita nos dieron a probar un helado de avellana que acababan de hacer en un mini cucurucho y… está de vicio! Estoy deseando volver para comérmelo a cucharadas!
Todo es artesanal y hecho con mucho mimo, la atención es excepcional. Y está en una zona de paso, lo que asegura que vuelva again and again!
Lo único malo, aunque no creo que sea tan malo, es que no tiene sillas para sentarte pero según nos han contado es un concepto muy italiano (y ya sabemos cómo son los italianos con esto del helado) para comprártelo y pasear mientras te lo comes.

Passa el temps i Yo Artesano és encara millor.
Ara, a mes de tot el que vaig explicar, teniu:
— Granisats de sabors diversos, amb o sense gelat.
— «bobas», les del «bubble tea», però pensades per als granisats.
— Batuts «normals», però amb sabors originals com el de maduixa estil americà.
— Batuts de iogur artesà… ací pots inventar-​te el sabor per acostar-​se al famós «Fresisuís» dels «Simpson» però prou mes saludable.

Sol ser parada quasi obligatòria quan passem per allí. Bons gelats i granissats amb molt bona atenció. Tot molt natural i si és natural ha de ser bo si o si.
Suele ser parada casi obligatoria cuando pasamos por alli. Buenos helados y granizados con muy buena atención. Todo muy natural y si es natural tiene que ser bueno si o si.

Como en muchos de los casos, llego a este tipo de locales cuando busco algo que no sé exactamente que es o por el contrario cuando salimos de un post evento de Unilocal.Luego de vivir mi primera Mascletá en vivo, evento organizado por Laura V. nos hemos ido a comer tal como lo poníà la agenda, sobre la comida ya en el local donde la hicimos dejare el comentario.
Acá suelto la pregunta ¿A quién no le gusta un buen postre luego de una buena comida?, pues a nosotros los Unilocalers eso nos encanta, y siguiendo recomendaciones entre una cosa y otra terminas dejándote llevar, he ahí donde salió el termino antorcha, que como comento Rocío L y me pliego a su comentario, por primer vez escuchaba antorcha como nombre alternativo para el cono ce helado, y como se hablaba de antorcha yo en mi inocente ignorancia lo asociaba con algo relacionado a las fallas: p
Por comentarios de otros Unilocalers, mucho fue lo que escuche de Yo! Artesano, y para ser una persona muy de helados y que lo que más valoro es la originalidad, pues me he llevado la más grata de las sorpresas, una buena variedad de sabores y tal como lo reza el dicho «en la variedad está el gusto», pues ¡me gusto y mucho! Los precios son excelentes, y más tomando en consideración la calidad.
Es un local que recomendaría con los ojos cerrados, no solo a turistas sino también a los locales que aun no han tenido la oportunidad de degustarlos, la atención de quienes ahí trabajan te hacen sentir bastante especial.

Tras el evento «primera mascletá» organizado por Laura V. decidimos pasear por Valencia buscando un cono de helado. Ellos lo llamaron antorchas, pero yo creo que fue la primera vez que oí ese nombre para denominar ese concepto alimenticio. Tiene sentido, la verdad, pero no se me había ocurrido antes.
Pues nada, que siguiendo a los valencianos conocedores de tan suculento manjar acabamos en este lugar, que tiene fama de ser el que tiene las mejores antorchas de Valencia.
Yo no llegué a probarlas (a mi endocrino no le hubiera hecho mucha gracia) pero decidí arriesgarme con el granizado de limón y kiwi.
Tengo que decir que las antorchas tenían una pintaca de esas con las que empiezas a salivar solo pensando en ellas y de los batidos ya ni hablamos; un batido de Nutella??? el cielo existe??? madre del amor hermoso, el paraíso personificado en ese localito callejero.
Los precios muy razonables, la calidad parecía buena, al menos lo que probé lo estaba y una dueña que si te descuidas te da a probar media producción heladera.
Le pongo cuatro estrellas porque la quinta me la guardo para cuando pruebe el helado.

Gozada de lugar, por la calidad de los helados y por la atención que ofrecen.
Todo, absolutamente todo lo que ofrecen está hecho por ellos y la verdad es que se nota, el helado de yogur de aquí no tiene nada que ver con el que se puede probar en los innumerables locales que han aparecido como champiñones últimamente en la ciudad. Mi preferido es la tarrina mediana de yogur con dos toppings, siempre elijo nutella con cookies, todo muy rico y ligero, hay que compensar de alguna manera ese yogur probiótico.
Además lo que me gusta del sitio es que la señora que atiende siempre se acuerda de mi cuando voy, y no es que sea una loca de los helados y vaya todas las semanas, pero aún así se acuerda de mi. Otra cosa que demuestra que son artesanos de verdad es que si algún día vas y no ves alguno de los sabores que estás buscando, la señora llamará a su marido, que saldrá de dentro donde está preparando los helados, y le preguntará para cuando hará el sabor en cuestión.

Para mí es la mejor heladeria de toda la ciudad. No es una casualidad que lleve tantos años ofreciendo lo mejor.
Yo soy un clásico en cuanto a sabores y no suelo cambiar, por eso siempre me pido una antorcha de vainilla y chocolate. Su característico sabor me hace parar cada vez que paso por la puerta, incluso en invierno.
Me encanta que hayan sabido renovarse y adaptarse a los nuevos tiempos. Antes sólo tenian helado de bola, corte, antorchas y «souvenirs». Ahora tambien puedes combinar tu helado con un gran surtido de «toppings» y siropes.
Yo tenía unos ocho años, cuando uno de tantos domingos en que mi madre me llebava paseando por el centro, me compró una antorcha. Yo no se que hice, pero se me cayó al suelo toda la bola. Mi madre, mosqueada, me volvió a dar 20 duros y volví a por otra. La chica me reconoció y me dijo: «La próxima vez que te ocurra no tires el cucurucho, y te lo relleno». Igualmente no me lo quiso cobrar. Es un pequeño recuerdo de un gran sitio.
No sé cuántos helados me habré comido de este sitio, lo que que sí se, es que me quedan por comer muchos más.

Valencia. 23 de julio. 13:40 del mediodía. Avanzo por la calle Navellos en un intento casi imposible de llegar a la Plaza la Reina. Tengo sed. Hace calor. La humedad hace que me sienta pegajosa pero, de repente… ¡granizados a 1 €! Por un momento creo que es un espejismo. No puede ser cierto ese precio en pleno centro. Pero es verdad, tan verdad como que me pido un granizado de kiwi que me sabe a gloria. Fresco, dulce, con sus pepitas y sus trozos de pulpa. Estuve a un tris de echarme a llorar de la alegría.
El día que descubrí esta heladería fue un día importante. De hecho, ese mismo día volví al cabo de un rato a por otro granizado porque tenía que asegurarme de que lo que había visto era verdad. Y vaya que si lo era. Ya más calmada, menos sudorosa y saciada, pude ver que no solo de granizados se mantienen sino que tienen helados, normales y de yogur, muy baratos y todos caseros. Importante tenerlo en cuenta. Además, de majos son un rato, porque te atienden súper bien y he podido comprobar que tienen una paciencia para/​con los guiris a prueba de bombas.
Luego, comentándole el incidente a mi madre, me dijo que ya conocía esa heladería de sus tiempos mozos, porque sus cortes gigantes (que valen un euro y pico, por cierto) son muy famosos. Me contó que cuando mi abuela las traía a Valencia a visitar a la family el paso por la heladería de la calle Navellos a por uno de sus cortes era sagrado. Me resultó muy curiosa la conexión espacio-​tiempo generacional en la heladería de Navellos y la capacidad de sus helados de traernos buenos recuerdos. Esperemos que nos continúe dando estas alegrías durante muchos años más :)

Este lugar es una de las mejores heladerías de Valencia. No, ahora en serio: este lugar es la maldita mejor heladería de toda la ciudad.
Los helados y granizados caseros han sido siempre su producto estrella y lo que a muchos nos ha tenido veranos y veranos pasando «por casualidad» por esta calle peatonal.
No hay nada como comprar un helado e ir a tomárselo tranquilamente al aire libre. Si sigues andando hacia la derecha, el antiguo cauce del río; si lo haces hacia la izquierda, la insomne plaza de la Virgen. Otra cosa no, pero la calle Navellos tiene unas posibilidades de negocio inmensas. Por ese preciso motivo, son multitud de comercios, y más concretamente en el caso de heladerías, los que se esparcen a lo largo de ella con productos y ofertas prácticamente calcados.
Sin embargo, mis ojos sólo ven una parada posible. Desde que entro por el extremo de la calle, avanzo como si llevara puestas unas antojeras de caballo para no desviar la vista.
Si no fuera porque el sabor de todo lo que venden lo garantiza al primer bocado/​sorbo/​lametón, diría que esta gente no es heladera, sino experta en marketing. Y es que saben aplicar el concepto «valor añadido» en cada aspecto de su negocio.
En primer lugar, la calidad-​precio podría decirse que es casi desequilibrada. Los precios son de risa, lo más caro cuesta apenas 3 € y hay helados de corte gigantes por sólo 1 €. Hace bien poco, con el boom de las tiendas de yogur helado en la ciudad, se han sabido adaptar a esta nueva demanda, haciendo también de forma artesana este manjar y, por descontado, mucho más bueno y mucho más barato que las grandes cadenas que ahora te encuentras cada 100 metros caminando por el centro.
Además, el trato es sobresaliente. Los dueños son una familia y tratan a cada recién llegado como si te acabaran de adoptar. No tienen ningún reparo en darte conversación, explicando detalles sobre la elaboración y ofreciéndote sugerencias sin ni siquiera pedirlas. Teniendo en cuenta que la tienda no cuenta con terraza ni mesas para tomar allí, lo bien que te tratan para los dos minutos que estás es una gozada.
Aparte del yogur helado tienen también cucuruchos y vasitos al uso, para elegir entre más de 40 sabores, granizados de cuatro frutas distintas –recomendación: mixtos limón+fresa– y antorchas al estilo italiano.

Caramelandia is not only my favorite heladeria in Valencia, but in all of Spain… and dare I say it? All of the world.
There is no seating area; just a stand along the street where one can order from about 15 flavors of ice cream or purchase an inexpensive soda or bottle of water.
I’m very honest when I say that this is my favorite heladeria. I could be on the outskirts of town, but I will trek to the center of town (working up quite a sweat!) and stop for a cone. The flavors are very typical of what you may find in Spain — turrón, nata, trufa, Rocher.
I love the intensity of the flavors and how smooth and creamy the ice cream is. It makes even the richest of ice creams in the United States seem as though they were made with skim milk.
My favorite combination is one scoop turrón (the best I’ve had and I’ve eaten A LOT of turrón ice cream — it tastes like biting into a piece of Jijona turrón) and one scoop trufa (a vanilla-​based ice cream that has an abundance of chocolate shavings; you cannot even see the vanilla base. The shavings look as though they were made with a pencil sharpener!)
Although there is no seating, there are plenty of benches near Plaza de La Reina (a short walk away).