Estanco Pelayo

¡Hey, yo soy ese amigo del que habla María G.
Ay, lo mío con las cachimbas no tiene nombre, la verdad. A mí dame una shisha y un buen libro o unos cuantos capítulos de alguna serie, y me quedo en trance durante horas. Bueno, o durante el tiempo que dure encendido el carbón, claro. El caso es que no recuerdo cómo descubrí este estanco hace ya un par de años, pero sus escaparates, tanto el de fuera como el de dentro, dejan bien claro en qué está especializado el lugar: shishas, narguiles, hookahs y cachimbas, que viene siendo todo lo mismo. Sí, también puedes comprar cigarrillos y puros y chicles y recargar el bonobús, desde luego, pero eso lo puedes hacer en cualquier otro estanco. En cambio, dudo mucho que en ningún otro lugar de Valencia vayan a asesorarte tan bien, ni a ofrecerte tal variedad de modelos, accesorios, carbones y sabores de tabaco para shisha.
Madre e hija regentan el pequeño local: ambas son cachimberas empedernidas, saben una barbaridad sobre el tema y estarán siempre encantadas de aconsejarte y darte conversación. La última vez que estuve por allí (el pasado fin de semana, sin ir más lejos), me resolvieron unas cuantas dudas explicándome las diferencias entre las mangueras que se pueden lavar y las que no, y enseñándome el variado surtido que tienen. También están al tanto de las novedades en cuanto a sabores de tabaco, de los que tienen tal variedad que se cuenta directamente por decenas (desde dulces hasta afrutados, pasando por sabores como chicle, capuccino o Red Bull). Mi favorito, por cierto, es el de naranja y menta, de la marca Al Fakher, un descubrimiento reciente que lleva en el mercado nacional menos de un año.
Y para terminar de redondear mi amor por el Estanco Pelayo, estas pasadas navidades celebraron el centenario del local, organizando un concurso en el que sorteaban entre todos los clientes una enooorme y preciosa cachimba giratoria, valorada en aproximadamente ochenta euros, que yo tuve la increíble suerte de ganar, y que, dicho sea de paso, funciona espectacularmente bien. Por cierto, se dice, se comenta, que para las próximas navidades probablemente repitan concurso. Ahí queda eso.

Descubrí este estanco porque un amigo necesitaba tabaco para cachimba.
Me quedé realmente sorprendida de la cantidad de sabores que tenían: crema catalana, red bull, menta con chocolate, cereza…
Además, la atención al cliente es inmejorable