El Submarino

El ambiente es bueno con Jazz, mucho Diana Krall de música de ambiente, buena luz, sitio coqueto y ya está. No es un acuario submarino, es una especie de pecera con los peces dando vueltas.
En cuanto al restaurante, es lamentable que te hagan esperar dos horas en cenar, con más de una hora de espera entre entrantes y plato principal (al final acabas comiendo pan)
El precio alto para lo que se ofrece y el servicio pésimo. El plato es muy grande pero la comida es escasa. El camarero con las comandas anotadas se le olvidan los platos, después de esperar casi una hora
El restaurante sobrevive del turismo, clientes que van una vez porque están de vacaciones en Valencia.
No perdáis ni el tiempo ni el dinero.

The restaurant has a beautiful atmosphere. Would rate the atmosphere 4 stars and the food 2. Fancy looking dishes, but doesn’t taste of anything special. Very pricey compared to the quality. But fun experience eating with the fish.

The place is absolutely amazing. Located at the heart of the oceanographic museum of Valencia (one of the most spectacular in Europe), the restaurant room is underground with a giant and circular aquarium as walls. Two menus allow to discover a very creative and refined cooking mainly based on seafood. Do not hesitate to go there for a romantic diner, you will be 100% successful.

Un sitio muy agradable para comer y un servicio muy amable. El lugar y la decoración son muy exclusivas. La comida de autor. Sabrosa y accesible. El único problema es que tardan en servir. Para ir sin prisas

«Para mi uno de los „must see“ de Valencia»
No me atrevo a decir que este restaurante es unico en España y tampoco conozco lo suficiente Valencia para afirmar que es unico aquí, pero desde luego es un sitio en el que hay que cenar al menos una vez en la vida. Es una de esas experiencias que hace que estés con cara de niño de principio a fin y que te preguntes si de verdad esta pasando, si de verdad estas cenando rodeado de un banco enorme de peces dando vueltas alrededro tuyo. A pesar del precio algo elevado me decidí a sorprender a mi chica llevandola a cenar aqui, pues conozco su aficion por la biologia marina y tambien conozco, y muy bien, su lado «niña pequeña»:p. Nos acercamos al oceanografico sin saber lo que nos depararía el sitio, con cierto temor porque no veiamos a nadie en los alrededores y preguntandonos si de verdad ahí había un restaurante. Al asomar la cabeza por la entrada del oceanografico oimos una voz con acento extranjero que nos dijo «señores! por aquí!» y ahí respiramos aliviados, efectivamente, existe un restaurante y efectivamente, estabamos en el libro de reservas. Comenzar a bajar las escaleras que acceden al restaurante fué un verdadero placer para los sentidos. Te da la bienvenida una enorme lámpara que imita a un banco de medusas y que es una de las obras de iluminación mas bonitas que he visto nunca. Ya bajando las escaleras empiezas a sorprenderte al ver que las mesas estan junto a un cristal circular enorme dentro del cual hay un precioso banco de peces pasando de lado a lado. Al llegar abajo descubres que ese cristal da la vuelta completamente al restaurante, el cual además está decorado de una manera exquisita. El siguiente temor que te inunda es, ¿será solo fachada? ¿será muy bonito pero tendre que ir después a la «hamburguesería del payaso» para matar mi hambre? La respuesta es no, considerando que seas una persona normal y no un culturista en fase de volumen, claro. No te quedas con hambre y no tienes que recurrir a la fast food. El menu es fijo, es un menu degustacion compuesto por varios entrantes y dos platos principales y, si bien todos ellos son de escaso tamaño, el conjunto hace que no te quedes con hambre en absoluto. La calidad de los productos es muy alta, la presentación sublime, el sabor indescriptible y el trato insuperable. Por cada tres o cuatro mesas hay un camarero que explica cual va a ser el siguiente plato y que está pendiente de cualquier necesidad en todo momento. Todo ello, junto con un ambiente exclusivo y una tranquilidad hipnotizante, gracias a la continua visión del agua y de los peces, hace que no sea una cena más y que casi se te olvide que podrías ir a ver diez peliculas al cine con lo que te ha costado la cena. Personalemente no tengo dudas; merece la pena.

El restaurante es precioso, simula estar bajo el mar rodeado de peces, rayas y tiburones. La decoración y ambiente son exquisitos, así como el trato del camarero personal que te atiende durante toda la cena. Actualmente no tienen carta sino un menú degustación, compuesto por una serie de entrantes, dos platos principales de pescado y de carne, y el postre delicioso también. Si bien son raciones «pequeñas pero preciosas», son varios platos y muy ricos, no te quedas con la sensación de querer pasar por el McAuto luego (que suele pasar en muchas bodas y restaurantes pijos!!!) ideal para una cena romántica y/​o impresionar a alguien… Sobre todo al pagar la cuenta!!! Pero la calidad de la cena y el lugar lo valen para una ocasión especial :-)

Beautiful restaurant with two large aquariums designed to mimic being ‘underwater,’ the Submarino is in the middle of the Oceanografic but can be accessed independently. It’s very much over priced, but the food is good. We had the sea bass, the hake, and the noodle paella. Service was fair and sporadically attentive. Despite being fairly quiet, the food took an exceedingly long time to prepare, but, to be fair, we entered soon after it opened at 8:30 PM.

Eh, no. Fake, pretentious and not worth the money in every sense. For some reason we thought the experience would be more than fish, mostly the same species, swimming around the restaurant walls. We dropped over 100 $ and that was with only two glasses of wine, one appetizer and two entrees with no desserts. The food was unremarkable, my wife’s cod was so salty it was barely edible, and the portions were minuscule for the amount of money. This was by far our most expensive meal in Valencia/​Barcelona and the worst regarding cost and quality of food. If you are going to Oceanographic go to one of the smaller snack bars and save your Euros. There is no need to visit this place.

Not worth the albeit fun and unique experience to eat among the fish. The restaurant is beautiful but is just too much money for the tiny portions. What we ate was decent but we left with a bill of over 100 euro and room to spare in our tummies. Would not return.

Realmente una sorpresa agradable. Menú degustación muy equilibrado y realmente agradable. Con el nivel de este menú lo de los peces a tu alrededor pasa a un segundo plano. No es barato pero merece la pena.

Fantastico, es la palabra que mejor describe al restaurante. El servicio, es esmerado, a la altura de las expectativas. La cocina, o no supe elegir adecuadamente, o no fue acertada mi elección, la cuestión fue que el cabrito lechal estaba duro e insulso. El entrante, unas deliciosas croquetas y el postre compensaron el frustrante plato principal del almuerzo.

El restaurante de los restaurantes… uno de los más bonitos lugares para tener una cena romántica como la que tuve yo hace unos meses.
No puedes dejar de mirar a los pececitos dando vueltas mientras estás comiendo, es algo espectacular que recomiendo a todo el mundo; es más, creo que deberían regalar una cena a todo el mundo en este lugar, para que todos disfruten de lo que se siente.
A todo esto, le añades la decoración del local, tan apropiada, tan elegante que te dan ganas de ir a cenar allí cada vez que sales, aunque al final te arruinarías, porque barato no es, pero a mí me valió la pena (un detalle en el precio es que los postres no eran más caros que en un restaurante mucho más normal).
La lámpara central simula un banco de medusas, con una luz amarilla; el suelo de madera oscura y los baños con un diseño tan bien espectacular.
El personal tiene un trato al cliente excelente, muy profesionales y atentos.
Para los golosos: no os perdáis la degustación de helados y sorbetes.

La idea de comer o cenar rodeado de animales acuáticos es muy sugerente y atractiva, pero este restaurante no ha cumplido del todo mis expectativas. En primer lugar, porque el acuario, que rodea en forma de elipse toda la pared del restaurante, se ve algo pobre de fauna, tal vez porque sólo cierto tipo de especies pueden tener calidad de vida en esas condiciones concretas para convivir en la gran pecera, con lo cual tienes que estar pendiente de cuándo pasa el banco de peces para ver algo.
En segundo lugar, no creo que el atractivo visual, que es el reclamo principal de este establecimiento, deba estar reñido con comer bien. Las mesas son pequeñas, las sillas algo incómodas, y están demasiado juntas, sobre todo para cenar en pareja, algo que contrasta con el ambiente de luz tenue y música suave.
Los camareros parecían un poco saturados de faena, y aunque el trato fue correcto, nos hicieron esperar demasiado entre plato y plato.
Además, las raciones son muy escuetas, y la carta ofrecía entrantes, carnes y pescados de lo más normalitos, exceptuando sus nombres.
De primero pedimos ensalada y un plato de jamón ibérico y queso curado para compartir, y de segundo una carne y un pescado, pero nada destacaba ni por su calidad, su originalidad o su presentación, para ser un sitio de cierto nivel. Al menos por su precio, ya que sin postre nos cobraron unos 100 euros. La carta de vinos, sin embargo, es amplia y se ajusta a todos los bolsillos.
Eso sí, la lámpara que preside el salón y que simula un banco de medusas es impresionante, y también llama la atención la distribución de la barra central, donde puedes tomar algo mientras esperas mesa, y la escalera de caracol que divide el piso de arriba, por donde se entra, del de abajo, donde se encuentra el salón principal y el acuario.

El precio que pagué por comer rodeado de peces aquí me pareció excesivo. O al menos si la pecera circular que envuelve el comedor del restaurante es lo que ha de diferenciar al local y justifica parte de la factura.
El del Oceanográfico es un restaurante creado para darse un capricho con la ambientación y los animales nadando a tu alrededor, pero en realidad no va más alla de ser un lugar en el que probar la alta cocina a costa de la salud de tu bolsillo. La pecera no es para tanto.
Aun así, si te es posible financiarte un menú de unos 60 euros, adelante: no tengo mucha experiencia en restaurantes de este calibre, pero mejor degustarlo bajo el agua y con el aura de misterio que ello conlleva.
En lo que respecta a lo estrictamente culinario, todos los platos me satisficieron. Especialmente en el caso de los entrantes, las raciones eran pequeñas, pero deliciosas. El plato principal y el postre, algo más abundantes, también.
Para acceder no se requiere pagar la entrada al Oceanográfico. Cuando yo estuve incluso me permitieron dar una vuelta por el complejo tras la comida, pero no estoy seguro de que eso siga siendo posible.

This is my second time at Submarino now and I have to say that I am truely impressed. The interior design and admosphere is superb. One truely has the feeling to sit within a tank of fish circuling around you watching you jow you have a first class dinner. Strange situation to eat fish but there is alway the alternative to eat meet :-) My favourite restaurant of the town.

El principal atractivo de este restaurante, ubicado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, es poder comer ‘bajo el agua’, rodeado de enormes acuarios llenos de peces multicolores. Por desgracia, si te toca una mesa que no esté pegada a los acuarios, el efecto se pierde bastante.
Por lo demás, el restaurante tiene una bonita decoración, con mobiliario moderno de color oscuro y una barra ovalada. Se trata de un restaurante de cierto nivel, por lo que la limpieza, la calidad de la cocina y el buen servicio son cosas que se dan por hechas.
También hay que dar por hecho el precio que, sin bien no es exagerado, tampoco es como para ir todos los días. Cenar allí puede salir a aproximadamente 40 – 50 euros por cabeza.
En definitiva, merece la pena ir al menos una vez para disfrutar de la experiencia. Imprescindible reserva, por cierto.

very nice place with good food and agreable prices for it.
need of reservation. parking spaces around.