Dulzumat

Dulzumat es la típica pastelería que casi que no sale en los mapas ni consta como un sitio molón del copón, pero que triunfa como la Coca-​Cola.
Después de hacer cola mientras rezas un padrenuestro para que no se terminen las tortas de pasas y nueces pides y sales con tu botín por apenas 7.25 €. Un pan de pueblo, una torta de pasas y nueces y una bolsa con 5 brioches grandecitos. En definitiva bueno, bonito y barato.

Vamos de evez en cuando y la verdad es que en general lo hacen todo bastante bueno, sobre todo una tarta de frutas que nos vuelve locos
Y las chicas muy simpáticas

Süße Sachen, tolle Torten. Eine wundervolle kleine Konditorei! Auch die Kekse schmecken hervorragend, zum Beispiel die Mandelbisquits (almendrados). Eigentlich könnte man bedenkenlos fünf Sterne geben, aber hier fehlt eindeutig ein angeschlossenes Café, in dem man die köstlichen Kuchen direkt essen kann. So bleibt einem nichts anderes übrig, als die Leckereien para llevar zu kaufen.

Desde pequeño he comprado en esta panadería/​pastelería, desde el pan, tartas de cumpleaños, o pasteles que te apetecen un día porque sí. Ya sea desde el escaparate o nada más entrar, veremos cosas que nos harán caer en la tentación xD
Es muy fácil pasar cualquier domingo a medio día y encontrar una cola que llega fuera del local, y la espera está bien fundamentada, todo, absolutamente todo lo que tienen está muy bueno y tiene muy buena pinta.
Desde tartas de cumpleaños por encargo, las trufas heladas, merengues, pasteles crocanti, rollitos de limón, coca,… son cosas que recuerdo de siempre, pero encontrarás cualquier cosa que te apetezca, ya sea para desayunar, almorzar o como postre. Muy buenas también las frutitas de San Dionís.
Recomendado totalmente para alguna ocasión especial en la que quieras tener un detalle y llevar algún dulce y quedar bien. Pero no llegues muy tarde que te habrán dejado sin nada ;)

En mi grupo scout los monitores trabajamos por equipos. Esto hace que el funcionamiento sea más eficaz. Está el equipo de material, limpieza, acampadas y el mejor, el equipo amistad. Este último es el mío y el de las demás chicas monitoras (sólo somos cuatro). Nosotras nos encargamos de preparar juegos para las acampadas y de hacer que los cumpleaños sean guays. Por eso preparamos sorpresitas y hacemos tartas caseras.
Pero, un día hubo mala comunicación. Se atrasó el cumpleaños una semana y quien tenía que hacer la tarta no la hizo. Así que íbamos camino al local de scouts sin tarta para la pobre Gemma (que encima es del equipo amistad).
Pero allí estaba Dulzumat con su letrero llamándonos hacia la luz. Fue dicho y hecho. Parar el coche, bajar e ir a comprar la tarta más barata que tuvieran.
Si la más barata está así de buena cómo estarán las otras…
Dulzumat de por sí es una pastelería con mucha fama. Pero, para mí en ese momento se coronó como la reina de las pastelerías. Quién iba a pensar que a las nueve y media de la noche podríamos encontrar una pastelería abierta y mucho menos que nos vendieran una tarta.
Pero Dulzumat no es sólo un sitio que te saca de apuros en momentos como este sino que te endulza con su bollería y sus pasteles cada día. Todo es artesanal, hecho por ellos. Y su precio no es nada caro. Además, la atención es inigualable.
Aquella noche Gemma sopló sus velas en su preciosa tarta y todo salió perfecto. Y es que sólo costó 6 € pero el momento valió mucho más…

De mi memoria seguramente se marchen muchos recuerdos, pero creo que nunca perderé el recuerdo que tengo de esta pastelería.
Yo siempre he vivido en pueblos de alrededor de Valencia y cuando de pequeño bajábamos a «la capi» era la monda. Además, normalmente era para comprarnos ropa en el Nuevo Centro o ver las exposiciones navideñas que todos los años montan en la plaza.
Imaginaos como nos poníamos de contentos mis hermanas y yo. Era todo un acontecimiento. Además siempre seguíamos los mismos pasos:
— Tres vueltas a la manzana y acabábamos aparcando en la plazoleta de la calle Rompehielos.
— Pasábamos la tarde en el Nuevo Centro, si teníamos suerte caía algo de ropa.
— Tercer paso, para casa. Pero en este paso, obligatoria parada en Dulzumat.
A mi madre le encantaba parar aquí y endulzarnos un poco más aquel maravilloso sábado. Acabábamos la tarde de la mejor manera, la tarde perfecta. Cada uno de los hermanos con su pastelito en la mano y para casa a descansar.
Buenísimos siempre, y no muy caros que también era importante, sobre todo para mi madre.

Irresistible: Dícese de aquello que no se puede resistir o tolerar. De gran atractivo
Yo lo definiría también como «aquello tan poderoso que es capaz de abstraerte de tus pensamientos más profundos». Capaz de arrancarte de todo lo que te hace andar cabizbajo, por la acera, recto y sin mirar más allá de las rayas del suelo, hasta que de repente, un golpe, suave, amable y agradable pero un golpe al fin y al cabo, te sorprende dándote de lleno en plena nariz, y haciendo que se cuele hasta lo más profundo del cerebro un olor a recién hecho. A pan y dulces me refiero, que durante los segundos en que te paras para dejar que tu nariz se deleite en localizarlo, todos los pensamientos, malos o buenos se marchan de tu lado. El estómago y la nariz se hacen un guiño. Miras a tu izquierda, o hacia la derecha si subes, y ahí está la responsable: Dulzumat
Da igual la hora del día a la que pases, siempre huele igual y siempre tiene la misma capacidad de arrancarte de tus elucubraciones y casi, casi hacerte volar. Se me acaba de ocurrir de repente que un castigo para alguien, tan cruel como aquel que sufrió Prometeo, sería colocarle frente a la puerta de esta tienda asegurándole que nunca, jamás por más que lo intente podrá alcanzar y devorar nada de lo que hay dentro. Sólo hay una esperanza para los que pasan por la puerta y que por cualquier motivo no les esté permitido acceder a degustar nada de lo que hay dentro, castigados como pobres Prometeos. Me gustaría decirles para consolarles, que en realidad todo se queda en el olor y que cuando lo pruebas no sabe como esperabas y te llevas una decepción. Me gustaría decirlo pero no puedo, por eso no voy a hacerlo.

En esta panadería podrás encontrar pan y una variedad de pasteles tanto salados como dulces que te hará imposible no llevarte algo más.
Yo soy más de dulce que de salado y en este sitio he encotrado los mejores susus y caracolas de chocalate de Valencia; eso sí os tengo que preveer de las peligrosas explosiones de chocalate, ya que al primer mordisco os va salir el chocolate hasta por las orejas.
La relación calidad precio es muy buena, también hacen tartas por encargo.

A la hora de elegir un horno donde comprar pasteles y productos artesanos y de calidad Dulzumat es uno de ellos sin lugar a dudas, uno de esos sitios donde los domingos hay una larga cola de gente que quiere comprar algo.