No es un simple bar o café es un foco cultural y un punto de encuentro de gente nuy interesante. Dentro no es muy grande pero si muy acogedor con sus silloncitos y sus asientos corridos de pared pero tiene una terraza enorme en una zona estupenda. Hacen mil y una actividades desde recitales de poesía, musica en directo, subastas, meetings semanales de asociaciones,… Yo soy muy fan de sus tes ya sea te verde con hierbabuena o el de manzana. Y aunque no he ido nunca sé que los domingos por la mañana hacerse un vermut es genial.
Sabine H.
Tu valoración: 4 Valencia, Spanien
Das Café Museu ist ein absoluter Klassiker in der Altstadt. Es lockt mit einer entspannten Atmosphäre unweit der Plaza del Carmen und einer wunderbar ruhigen Terrasse an einer Fußgängerstraße, die bei gutem Wetter zum Beisammensein bis in den späten Abend einlädt. Genau diese Terrasse ist für mich der größte Pluspunkt dieses Lokals — hier kann frühstücken, vor dem Mittagessen einen Apéritif nehmen, nachmittags Kaffee trinken oder auch bis in die Nacht bei einem oder meist mehreren Gläsern Wein oder Bier plaudern. Es gibt auch ein paar Kleinigkeiten zu Essen, doch darüber kann ich nicht berichten. Ideal zu jeder Tageszeit und perfekt für einen Drink vor dem Abendessen im Barrio del Carmen.
Valerio D.
Tu valoración: 3 Valencia
El pincho de tortilla me gustó. La paella malilla. La terraza muy agradable y la atención también. Buena opción si estas por el barrio y quieres algo barato que no sea el típico sitio para guiris, pero no esperes mucho.
Alberto S.
Tu valoración: 4 Valencia
És un clàssic i… com és un clàssic, no passa de moda. Cerveses artesanes, Turia de barril i sempre, sempre, una atenció genial. I un aspecte molt important: la terrassa al costat de la Plaça del Carme, en un carrer peatonal i que sol ser molt tranquil. Perfecte per fer un vermut, una cervesa, de les ràpides o de les que s’allarguen fins la nit. Perfecte quan ixes del Museu del Carme –que sempre sol tindre alguna cosa interessant– o per a quan fas temps fins a sopar pel barri. Es un clásico y… como es un clásico, no pasa de moda. Cervezas artesanas, Turia de barril y siempre, siempre, una atención genial. Y un aspecto muy importante: la terraza junto a la Plaza del Carmen, en una calle peatonal y que suele ser bastante tranquila. Perfecto para un vermú, una cerveza, de las rápidas o de las que se alargan hasta la noche. Perfecto cuando sales del Museo del Carmen –que siempre suele tener algo interesante– o para cuando haces tiempo hasta cenar por el barrio.
María P.
Tu valoración: 4 Valencia
Añado aquí una estrella extra de mitiquismo, y es que no sabría decir los años que lleva abierta esta cafetería que toma su nombre de la calle que a su vez lo coge del pedazo de museo, antes convento, que se levanta desde la casa de los gatos –punto de referencia básico en el callejero valenciano– hasta la mismísima Plaza del Carmen. Precisamente gran parte de su fama viene dada por la interminable terraza que apura esta misma esquina peatonal hasta la plaza que en su día fue la madre de todos los«carmeleros», locales y de adopción. Terraza que puede ser bien un remanso de paz a media tarde, bien una algarabía ya caída la noche o las mañanas de domingo. «Bohemio» es una buena forma de describir el lugar, pues tiene ventanales como muy parisinos, remates de madera, buena variedad de cafeses, servilleteros recubiertos de pegatinas y collages bien chulos, la mistela guardada en una botella de cristal de ésas donde antiguamente ser guardaba la gaseosa… y muchos artistas(o intentos de) llenan siempre sus mesas, mezclados con gente de todo estilo y procedencia. La ubicación y la solera se pagan, pero por poco más de 3 euros te metes entre pecho y espalda un desayuno completo a primera hora y tampoco han cometido el desastre de subir los dobles de cerveza de los euros máximo que marcan los cánones(míos). En cuanto a comidas, no puedo hablar, porque siempre vine a café, birra o vermú, pero su pizarra anuncia buena variedad en tostas y bocatas. Volviendo al vermú: sirven hasta el Martini con rodaja de NARANJA, muerte al limón, ¡viva! Pero, por qué perderse en un vaso del licor internacional, cuando por sólo 2,50 puedes probar el auténtico vermú casero que está es-pec-ta-cu-lar. En palabras de la camarera: «Cuidadín con éste, que es fuertote». Esta mujer, que al principio parece bastante seca, es otro de los encantos del Museu.
Manolo L.
Tu valoración: 4 Valencia
Por las calles de esta generación he venido a caer a este rincón donde café y té son vida y la cerveza está bien servida. La tortilla viene como tapa aquí donde te pierdes con mapa Yo me embriagué de pollo frito pero me pareció algo«carito». El té que pedí fue de regaliz y me enamoró su matiz pero no me creas a mi, que yo sólo soy un aprendiz. Siéntate en las sombras tranquilas en esta terraza llena de vida. Muy cerca te llevarás un buen retrato pues ahí está la casa de los gatos. El interior es bonito y cuidado, a una antigua bodega lo han asemejado. Y si no te crees lo que digo, vas, te sientas y te lees un libro. No sé por qué he escrito en verso si la verdad es que no tengo ni idea de eso. Sólo quería decir que es un lugar muy bohémico pero viendo lo que he escrito, caótico he sido.
Javier R.
Tu valoración: 4 Valencia
La terraza cuenta con la ventaja de instalarse en la amplia calle peatonal de tránsito moderado, ya en las postrimerías del Carmen, y recogiendo lo que queda de barrio bohemio, inclinado por la cultura alternativa. Se está sencillamente cómodo en medio del batiburrillo informal de la clientela, con un buen servicio de infusiones y mucho cervecismo a última hora de la tarde. Son emblemáticas las tardes(20 h, los lunes) con subasta de antigüedades(o utilería sencillamente freak: desde vinilos de los 60 hasta estampitas de alguna virgen o cromos), en las que se monta un simpático espectáculo(o rifirrafe) en el interior con mucha carcajada y puja divertida. Completan la oferta vespertina con tapas en el mostrador, indudablemente caseras, un poco escuetas pero perfectamente acordes con la tentación de alargar la estancia en la terraza más allá de la cena y bien entrada la noche. Los domingo a mediodía es una opción perfecta para comer paella(las raciones son limitadas) por cuatro duros. Con tiempo menos clemente, puedes recogerte en el interior: música rock, un par de rincones confortables, y la peculiar cristalera oval con vistas a la calle.
Javier V.
Tu valoración: 4 Burjassot, Valencia
Uno de los lugares míticos de Valencia, cuya terraza situada en la calle peatonal que da al museu del Carme es toda una referencia. Uno de mis lugares preferidos para tomar las cervezas de la tarde o incluso unas copas un poco más entrada la noche pero en plan tranquilo y relajado que uno ya va teniendo una edad. Dentro es un poco más pequeño, pero su decoración ecléctica y la buena música que suelen poner también lo hacen un lugar muy recomendable. Me he enterado que últimamente hacen conciertos de modo que ya es lo único que les faltaba.
Jaime B.
Tu valoración: 4 Valencia
Destacable, el buen ambiente que allí se respira y la cantidad de gente distinta que por allí se dejan ver. Terraza más que interesante, para disfrutarla bien entrado el otoño y donde las tardes de verano parecen no pasar. Baños un poco enanos y una barra muy divertida con botes de cristal incrustados, formando un mosaico. Mobiliario cada uno de su padre y de su madre con aires vintage. Interesante su panel de corcho, donde los amigos de los dueños, camareros o gente del barrio, manda sobres sus viajes más aventureros. Infusiones de lo más extrañas, pero ricas, como es tea de roca, que no sé lo que lleva pero está de lujo. De los más económicos y sin escatimar en calidad, con lo cual siempre consumes más que en otros sitios.
Nacho D.
Tu valoración: 4 Valencia
Este pequeño café, con una terraza amplia, está en una de las calles más silenciosas de Valencia, si entendemos que está enmarcada dentro de la zona centro. Es agradable la sensación de tranquilidad que allí se respira. Lo tienes enfrente del convento del Carmen; espacio museo donde hay interesantes muestras que ver. Este café Museu me trae recuerdos de los descansos de cuando fui estudiante de una universidad cercana. El pequeño oasis de desahogo y charloteo que nos brindaba el momento se materializaba aquí, y nos resultaba agradable y simpático. Son de esos lugares que sin ser especialmente modernos o sin estar en boca de todo el mundo, es conocido, respetado y te hace sentir bien. Puedes tomar refrescos, cervezas, en verano creo que hasta horchata y es ideal si quieres distraerte, aunque sea por un rato, del jaleo más guerrero que tan sólo empieza a un par de calles de este café.