A Tres Bandas

No soy de salir por la noche, pero sí por la tarde y, si hace calor fuera en la calle, pero dentro tienen aire acondicionado, entras a probar sí o sí.
Quizás sea en ese primer momento cuando notas el, hasta ahora, único punto negativo. Ese golpe a tabaco que solo los que no somos fumadores notamos, ese olor que impregna el local aunque al rato ya no se note tanto. Para mí es un punto negativo.
Superado ese momento, la boca se te abre cuando admiras la decoración del local. Destacan principalmente, las dos mesas de billar, su ambiente rockero con las guitarras de decoración, su ambiente de película en blanco y negro con sus Oliver y Hardy, su gramola, sus cuadros eróticos de mujeres años 20, su… todo.
Sé que tienen una buena variedad de cervezas. En mi caso, por el calor del exterior, me pedí un tinto de verano, que agradecí que lo sirvieran en botellín. Por supuesto, los cacaos en corfa nos encantaron.
Como dato curioso, cerca de nuestra mesa había un baúl de los retos, cerrado con candado pero que abría mi vena curiosa. Las casualidades hicieron que, en una mesa cercana, se sentara un grupo de menos jóvenes a jugar al dominó. ¿Adivinad dónde estaba guardado el dominó? Sí, en el baúl de los retos.
Si pones buena música y, una excelente atención, ya tengo una alternativa más.

Conocido bar de la zona de Juan Llorens con ambientación muy americana, en plan ruta 66. Nunca faltan dos o tres Harleys en la puerta. Precisamente la semana que viene cumple 25 años.
Ideal para tomar una cerveza o una copa despues de la cena y echar una partida de billar; y a veces, como ayer, oir música en directo de una buena banda de Rock y R&B.
Si quieres charlar, lo tendrás difícil porque la música suele estar a nivel bastante alto.

Ambiente agradable, música divertida y pop de los ochenta.
Mesitas intimas y villares.
También conciertos en directo

Hay sitios que destacan por suponer un buen punto de partida en las noches de jarana. A éste yo lo catalogaría como lo opuesto, un sitio perfecto para terminarla.
Y eso que abren desde media tarde y tienen varios billares y buena oferta de cervezas para hacer que se te pasen las horas muertas hasta buscar un sitio donde cenar; pero mis mejores experiencias aquí han sido a horas más que intempestivas y es tanto así que ni siquiera sabía que abrían a las 5 de la tarde hasta que lo he leído en Unilocal.
Nada de horas felices: aquí la oferta en Carlsberg es eterna y, cuando menos te lo esperas, ya estás como el Tano. Así cualquiera gana a los dardos. Además, aquí he vivido alguna que otra experiencia absurda como quedarme dormida de pie abrazada a un amigo, discutir a altas horas sobre la corrección ortográfica de los rótulos de respeto al descanso de los vecinos, o que el dueño saque una acústica, se siente en los taburetes de la barra con nosotros y nos marquemos entre todos un «unplugged» así a lo perroflauta repelente.
No hay nada como ir perdido por las calles cuando ya no queda nada abierto, tocar a la persiana del A tres bandas y que te la abran. Nada de bareto fin de noche: la noche empieza aquí.

Tengo una amiga que me obliga a salir por las noches pero es que yo… estoy más que harta de hacer todas las noches lo mismo. Salir de fiesta, pubs con la música a toda leche… no sé, yo soy más de disfrutar de un buen concierto, de tomar algo con los amigos mientras me echo unas risas, pasar un rato agradable sin necesidad de tener que gritar mientras intento comunicarme con ellos.
Conocía el sitio gracias a una amiga que al igual que yo se aburre bastante los sábados por la noche. A tres bandas es un sitio perfecto en el que tomar algo con los amigos, echarte unas risas mientras juegas al billar o a los dardos. Y si no te apetece jugar, pues te quedas allí sentado mientras te relajas. Sencillamente es… otra manera de salir.

He pasado meses en Inglaterra, y yo, que siempre le he guardado demasiado apego a mis raíces, no siento predilección por la cultura anglosajona. He de reconocer, sin embargo, que A tres Bandas reúné su esencia muy acertadamente.
Lo recomiendo para quienes gusten de variar la rutina de fiesta basada en la combinación de pub y discoteca con la música a tope. Con ella a menos volumen, en este local se puede tomar un copa o una buena cerveza en un entorno habilitado para charlar y gozar además de otros entretenimientos. Como dos grandes y perennes clásicos: el billar o los dardos. Nací inútil para practicar ambos, pero me reí a carcajadas jugando con mis amigos.
Según tengo entendido, han importado asimismo una deliciosa costumbre nórdica: la música en directo. Actividad programada para los meses de julio y agosto. Este verano comprobaré cómo suena.

Este pub ha sido para mí parte de la fachada de la finca de enfrente de mi casa durante mis 18 primeros años de vida. Y entonces unos amigos dicen de ir allí a tomar algo. ¿Cómo?¿que ahí hay un pub?
Joder y encima está bastante bien. Tiene un billar dentro, una cosa de esas para lanzar dardos, y dominós, parchís, la oca y demás amigos para estar entretenido mientras tomas algo.
Yo con esas chorradas ya soy feliz, me da igual que el sitio sea cutre de cojones y que la música sea una mierda. Pero es que en este caso, el sitio mola mucho, la decoración está muy conseguida así al estilo americano, y además la música es buena. ¿Qué más se puede pedir? Que sea barato, pues también.
Además los fines de semana, aunque se supone que cierra a las 3.30, bajan la reja y te dejan seguir allí un poco más, perfecto para tomarte la última.