Yebra

#GreatPlaceToEat
Siempre había querido venir a este sitio. Desde muchos meses he intentado venir y siempre estaba lleno. Hoy por fin conseguí una mesa libre para ver si Yebra es lo que realmente se dice que es.
Pues bien, realmente así fue. Vino el camarero cantando la carta, de esa enorme lista recitada de memoria, me decanté por un risotto con corvina (primera vez en mi vida que pido pescado en un restaurante) y la carrillada al vino tinto. Pero desde de luego te deja con ganas de probar más. Porque la variedad de platos es impresionante.
El servicio fue rapidísimo, en menos de 10 minutos ya tenían nuestros platos listos para degustar. ¡Y qué platos! Riquisimos!
Hay que decir que son tapitas a 3,5 € cada una. Algo caro para la cantidad, pero curiosamente son cantidades que pueden parecer precisas desde un punto de vista. Con dos tapas y una bebida te sientes satisfecho sabiendo que has comido poco y con mesura, sin hartarte.
Y de postre, la milhojas de nata y chocolate caliente que tanto recomiendan, si bien estaba bueno, tampoco lo encontré muy exquisito.
El local es pequeño, normal que siempre haya gente sin sitio, la decoración es normal, sin resaltar, con un cierto toque a antigüedad por los retoques de madera y el tamaño del sitio. En general, el sitio es bonito y agradable. Aunque también fui una noche con poca gente, los días que este lleno a lo mejor te agpbia un poco, pero intentaré experimentarlo la próxima vez que vaya, pues hay que volver al yebra siempre que se pueda.

He llegado a él gracias a Unilocal y a estar cerca de la zona, y la verdad, está en un sitio tan recóndito que precisamente eso es lo que lo hace especial.
Con un trato tan bueno y con tan buena comida, se hace imposible decir nada mal.

Un bar de tapas recomendable, en principio una vez que el camarero nos cantara la carta, a pie de barra, nos decidimos por pedir un par de tapas de pescado, una de ellas fue corvina sobre risotto, la cual estaba muy buena, y también pedimos atún, también bueno. Pues como vimos que en cuanto a pescado, lo que habíamos probado estaba rico, decidimos probar también la carne, pedimos jabalí en salsa de vinagre de frambuesa y presa en salsa de Pedro Ximenez con piñones, y para nuestra sorpresa, las dos salsas de las diferentes tapas sabían igual, sorprendente pero cierto.
Como postre un coulant de chocolate sobre natilla, muy rico.

Excelente trato y comida… ¡ay, la comida!
Es un sitio donde trabajan unicamente con raciones/​platos, que aunque pueden parecer algo caros, lo merecen, pues todo lo que probamos estaba buenísimo, especialmente recuerdo la pierna de cordero.
Lo recomiendo para comidas en grupo, para poder probar más cosas ya que con uno-​dos platos va una pareja comida de sobra.

Everything at Yebra is delicious. You Cannot go wrong. My favorites are the white beans (alubias) with pancetta, clams (almejas) in white sauce, rice with red prawns (carabineros) and any meat dish is fantastic. The wines are great. You cant go wrong. You have to go early bc this place is small and fills up fast. Its a local place so it helps if you speak spanish.

¡Este sitio no es normal! He ido dos veces y me parecen muy pocas. Te encuentras con un sitio muy «típico sevillano» incluso en la apariencia de algunas de sus camareros, pero los estereotipos están hechos para romperse y ¡los rompen por completo! Las dos veces que he ido me ha atendido el camarero con la estética más típica ¡pues mejor me ha tratado! Todo el rato atento a que no faltara nada, explicando todo y aconsejando, ahí ya tenemos bastantes estrellas.
Pero es que el resto de estrellas que harían salirse del contador este lugar es la comida, no te ponen límites, te dicen que tanto la carne como el pescado lo puedes pedir como quieras, si ves en la pizarra algún plato hecho de alguna manera lo pides y te pueden hacer otro tipo de pescado o de carne igual a la que aparezca, para los platos el precio es un poco elevado, pero la calidad de los productos es altísima. Lo que en muchos sitios sería un problema, aquí no, tener una carta muy extensa, pero responden perfectamente a todo lo que ofrecen.
No esperes tener un papel en el que mirar lo que quieres, en las pizarras del local está indicado lo que puedes comer de pescado y carne, pero las tapas te las cantará el camarero y son bastantes y todas muy llamativas, te costará elegir, además volviendo a romper con todo los esquemas, son tapas muy elaboradas, propias de un restaurante muy moderno y con otra decoración.
Nada más sentarte y ponerte la bebida te ponen una tapita de papas aliñas que como el resto de cosas, están de gran categoría.
En frente del local tienen un salón en el que sólo se pueden tomar los platos, pero si ya en la zona habitual te tratan como en un restaurante de lujo, de verdad, un trato a la altura de los mejores de Sevilla me atrevería a decir, allí ya deben de ser para grandes sibaritas y seguro que estará genial.
Los postres también son caseros y son una pasada, yo suelo dejar el postre para otro sitio en muchas ocasiones, pero aquí, estaríamos cometiendo un gran error, y referido al trato, para muestra un botón, nos sirvieron un brownie y estaba un poco duro, el camarero al momento se acercó y nos dijo, eso no debería estar así, lo recogió y nos trajo uno nuevo pidiendo disculpas.
Como se puede observar en mis palabras el sitio me enamoró y escribo con pasión, porque realmente lo disfruté.
¡ UnilocalCOMENDADO! ¡ UnilocalCOMENDADO!

Hacía ya muchos años desde la última vez que salí del colegio y mi padre me trajo a Yebra a tomar una tapita de jamón y otra de carrillá (a compartir, que no era plan de llegar a casa sin hambre…).
Pues bien, volví a ir hace un par de días con unos años más, pero el sitio sigue siendo el mismo. Los periódicos enmarcados acerca de los cuales mi padre siempre decía «Mira, todo eso son premios que han ganado y gente famosa que ha venido aquí…», comentario que he hecho mío.
Llegamos un poco entrada la noche ya y nos avisaron de que la cocina cerraba en quince minutos, pero que nos sentásemos sin problemas y pidiésemos lo que quisiésemos.
Así hicimos, pedimos carrillá y taquitos de adobo para empezar; justo cuando íbamos a seguir pidiendo (ya sabéis, por pedirlo todo de un tirón, porque la cocina cerraba…) nos dijo el camarero que mientras nos lo pensábamos nos traía las tapitas y que le dijésemos las demás sin prisas.
Seguimos pidiendo:
Crêpe de bacalao con salsa holandesa.
Taquitos de buey a la mostaza.
Tiramisú.
Tarta tres chocolates: me llamó mucho la atención, pues esperaba encontrar la típica (no por eso deja de estar bastante buena), pero no… Digamos que la han «reinventado» y el chocolate blanco lo ponen como base líquida muy fresquito.
En fin, el camarero se sabía todas, absolutamente todas las tapas de memoria; las recitaba como si del Padrenuestro se tratase. Nos trataron muy bien y nos fuimos llenos y contentos.
En torno a 15 € por persona, que no está mal… Ni muy caro ni muy barato.
Volveré, sin duda, para reafirmar las cinco estrellas.

Yebra ha sido todo un descubrimiento; un sitio que me queda cerca de casa y que está en una zona por la que habré pasado mil veces, pero es de esos sitios a los que alguien te tiene que llevar y llamar tu atención por no haberlo visitado antes.
Están especializados tanto en carnes como en pescados; es un sitio en el que se come bien y al que hay que llegar temprano para poder pillar mesa. Optamos por arrancar por una fritura variada para ir abriendo el apetito, luego seguimos con lagrimitas de cazón en adobo y un arroz con presa y verduras que era para darle un Óscar :D
¿Recomendable? Ya te digo, es un sitio para volver y seguir explorando la carta

Pues creo que me atrevería a decir que es, por ahora, uno de los mejores sitios para comer en Sevilla. Lo tiene todo: variedad, calidad y profesionalidad total por parte de todos los camareros…
No está en pleno centro de Sevilla, pero no importa, porque con solo cruzar la avenida lo estarás a unos 5 – 10 minutos.
En la misma calle veras que puedes elegir entre entrar en el Bar o en el Restaurante, justo frente por frente uno del otro; ¿la diferencia entre ambos? los dos cuentan en su carta con los mismos «platos» pero solo en el bar tendrás posibilidad de poder pedir algunas tapas. Como «carta» tienes que echar una visual a las paredes, donde cuentan con pizarras con diferentes opciones, ordenadas por pescados, carnes, arroces… Aunque, el camarero que nos atendió nos aclaró que si se quiere alguna combinación que no aparezca, puedes preguntar por ella sin problema.
No sé decir por cuál de las miles de opciones me inclino más; todo tiene una pinta estupenda y todo lo que he probado por ahora está de 10 pero, sí os aconsejaría que no dejéis de preguntar por las tapas que tienen en el día antes de decidiros por los platos; es lo mejor para probar muchas opciones variadas y de manera muy económica (las tapas rondan los 3 € y los platos 15 €), nada caro para la calidad de la que se trata, tanto en los productos como en el trato y atención de los camareros quienes tienes detalles como el cambio de cubiertos con cada cambio de tapa/​plato para no mezclar sabores (gente muy profesional y con gran simpatía).
Y bueno, si puedes y quieres poner la guinda a la visita, pide cualquier postre porque entonces será cuando confirmes que tendrás que volver más pronto que tarde… sin duda, ¡recomendadísimo!

¡Sorprendente descubrimiento! No conocía para nada este local y, si no llega a ser porque me llevaron, no hubiese ido jamás. Afortunadamente, unos amigos ya habían estado en Yebra y les sorprendió tanto que decidieron repetir. En esta segunda ocasión pude acompañarles y la verdad es que me sorprendió el sitio.
Yebra es un sitio para comer bien. Tiene platos tradicionales, pero con un toque de cocina moderna y elaborada que va más allá. Lo mismo te comes un chuletón que te encuentras una tapa de diseño. Sin embargo, cuando entras en el local te llevas una impresión contradictoria. Por un lado, tiene sillas de plástico y mesas de las que te encuentras en la típica cafetería española. Pero la cocina te da buena impresión y los camareros te tratan como en un bar cercano y, al mismo tiempo, con clase.
Enfrente del pequeño Yebra tienen un restaurante en el que trabajan por reservas y sólo platos. De momento, yo me quedo con el auténtico Yebra. Aunque seguro que las raciones son una apuesta sabrosa y estupenda, las tapas son deliciosas y, con ellas, puedes probar de todo un poco. Tienen mucha variedad en tapas, lo único es que tendrás que quedarte con lo que más te llame la atención de la lista que te cuenta el camarero. Si vas con un grupito mejor que cada uno pida lo que más le atraiga y que acabéis compartiéndolo todo, porque al final te gustará más lo de los demás que lo tuyo propio.
Sin duda, un descubrimiento en sabor, calidad/​precio y servicio. ¿Volver? Seguro…

«¿Nunca has estado en el Yebra?» No, y mira que lo tenía cerca de casa… Pero bueno, nunca es tarde para descubrir sitios tan magníficos como éste. Sabía que me iba a gustar porque venía con un amigo «especialito» para comer y nos quería traer aquí desde hacía tiempo lo que, unido a las magníficas reseñas que veía aquí, hicieran que supiera que iba a ser éxito asegurado.
De primeras el local llama la atención por lo «simplón» que es. Nada de decoración ostentosa ni mesas con manteles de tela. Todo lo contrario: mesas y sillas de plástico. Quizá por eso el punto fuerte es la cocina, donde destacan de manera sobresaliente, con un repertorio de tapas y raciones de auténtica categoría.
Comimos varias tapas, todas deliciosas, y una ración de arroz con carne y verduras entre cuatro, con vino y refrescos, y la cuenta salió por 15 euros por persona. Para redondear la experiencia, la atención de los camareros es de 10: atentos sin ser cargantes, simpáticos sin ser payasos, honestos sin venderte la burra…
Absolutamente recomendable. Como dijo aquél… «Volveré» :)

Un sitio de 5 estrellas. Buen vino, buen pescado. La zona de tapeo es más asequible. La zona de restaurante es mas cara, como suele ocurrir, pero la calidad es muy buena en ambos. Nosotros estuvimos en el restaurante donde con platos-​raciones para compartir comimos muy bien. Todo riquísimo, destacando los chanquetes con huevo y pimientos asados y la merluza con fetuccinis. El trato muy agradable. La relación calidad-​precio adecuada.

Aunqur parezca mentira y todo el mundo conozca este bar yo he tardado lo mio en conocerlo. Me lo empezó a recomendar todo el mundo y esta semana me decidí por fin a ir.
Qué decir que no se haya dicho ya? Espectacular, fantástico todo, el bar, el ambiente, el precio, el servicio y especialmente la comida.
Tienes opción de pedir tapas o platos, recomiendo las tapas. Y dejad hueco para los postres que son caseros y espectaculares!!! Puedo decir con bastante certeza que se va a convertir en uno de mis lugares de referencia. 100% recomendado.

Comida buena, aunque la última vez que fui no estaba tan rica. Varias veces he ido y nunca me ha gustado el trato recibido, he intentado darle otra oportunidad por la calidad. Escuece gastarse 100 pavos cada vez que vas y cómo eres joven no te traten con la profesionalidad que debe la situación.

Es de los sitios a los que me gustaría acudir más a menudo pero es carillo.
La cerveza la ponen bien fría, buena atención al cliente y lo mejor: sus tapas.
Todo lo que he probado está riquísimo. Pregunta a los camareros para que te aconsejen y puedas probar sus mejores platos.

#LunesdeReseña
«¿Que no habías ido nunca al Yebra? ¡Pero si es un clásico!»
Así, más o menos, han sido las reacciones de todos con quienes he compartido mi primera visita al Yebra (este pasado sábado).
La verdad es que hacía mucho tiempo que tenía ganas de probar este auténtico templo del tapeo en Sevilla, del que mucho y bien había escuchado hablar. Y la experiencia no decepciona: está a la altura de su merecida fama.
En Yebra se da una curiosa mezcla del estilo de hostelería sevillano de los de toda la vida, con sus camareros bien uniformados atentos al menor detalle desde una barra que domina toda la estancia principal, una cocina tradicional y de producto (espectaculares las bandejas de mariscos y los guisos y arroces), junto con una orientación un poco más novedosa (lo que entenderíamos como «gastrobar») de sus tapas, entre las que encontramos algunas tan atractivas como los tacos de solomillo de buey a la mostaza antigua o la presa ibérica al vino dulce con piñones.
En nuestra visita tuvimos ocasión de probar las dos mencionadas anteriormente, junto con una generosa media ración de lagrimitas de cazón en adobo, riquísimas, y el cochinillo, una auténtica delicia. Ojo: el «gastrobarismo» de Yebra no alcanza a las cantidades, así que cuidadito con lo que pides si no quieres salir rodando ;)
Obviamente, no hubo lugar (literalmente) para probar los postres, pero por el aspecto que tenían estaban a similar altura que sus platos.
No es un sitio barato pero, de no haber sido por el cochinillo, que subió notablemente la factura final, un estupendo almuerzo para dos hubiera salido perfectamente por alrededor de 35 – 40 euros, una cantidad más que aceptable para la calidad y cantidad de lo que comes.
No termino de darle las cinco estrellas porque, la verdad, comer a las tres de la tarde en Yebra puede ser bastante incómodo aunque estés sentado, debido a la aglomeración de personas en barra o esperando a ser sentados. Y porque, ya que estamos, las incómodas sillas de plástico no están a la altura de un sitio por lo demás magnífico ;)

Recuerdo este local, cuando se encontraba en un cuchitril de la Calle Fernandez de Guadalupe. Donde tenias que entrar a base de codos y pedir las cervezas desde la puerta de entrada. Con el cambio de ubicación, mejoro la decoración, el servicio y las tapas. El lugar también es pequeño, disponiendo de unas 8 mesas, quizás un poco apretadas. A la hora de comer, te encuentras con el lleno absoluto y solo te queda recurrir a la barra.
Hacia varios años que no venia, así que tenia la duda de que me iba a encontrar. La verdad es que sigue todo tal cual lo deje. Han variado las tapas como es normal, encontrando en pizarras repartidas por todo el local, las raciones que puedes pedir. No tienen ni una carta, ni un menú de degustación con varias de ellas por ningún lado. Ahora si quieres, las tapas te las recita el camarero y las cambian por semanas.
El precio de las raciones ronda entre los 10 € y los 20 €, las tapas unos 3,50 € cada una y de muy buena calidad. El servicio es rápido y atento, así como la cocina, que pese al lleno que tenían, las tapas salían muy rápido.
Probé el ajoblanco con chocos y boletus y taquitos de buey a la mostaza antigua de dijon, no se cual de las 2 estaba mejor. Mis acompañantes probaron los calamares con cama de risoto, bacalao confitado, pez espada y un guiso de papas con carne, donde el trozo más grande de papa era de 2 cm.
Creo que no pasara tanto tiempo, como la última vez, para repetir aquí.

Excelentes tapas, variedad y munchisima calidad en todos sus productos, el vino manzanilla lo tienen en rama, a temperatura excelente, los licores también excelentes, el ron Zacapa y el whisky Macallan son muestra de ello, eso si la calidad también tiene su precio, para mi unos de los mejores bares de tapas donde he disfrutado de sus excelencias

Supremo… No se que más decir ante un establecimiento como este…
Cultura, delicadeza, calidad, sabor, variedad, entre otras son algunas de las palabras en las que pienso al entrar por la puerta, a bueno… y dinero, puesto que no es precisamente barato este local, pero merece la pena.
Urta a la roteña, codillo, montaito rondeño, presa ibérica, arroz negro, etc… Pidáis lo que pidáis os sabrá a gloria

Cuando te hablan mucho de un sitio corres el peligro de que al ir te decepcione, pero no fue esto lo que me pasó con el famoso Yebra.
Se trata de un bar de barrio con cocina mucho más elaborada de lo que te puedes esperar de un sitio así. La carta es enorme y el camarero te la canta de memoria. Con lo bien que suena todo lo normal es que te hayas quedado con más de una en la cabeza y muy probablemente te gustará. La hamburguesa de cola de toro está muy muy rica y los canelones de hueva de erizo también.

EXQUISITO. Así es como podríamos definir en una palabra a Yebra.
Su cerveza bien fria y bien tirada, acompañada de unas patitas aliñadas riquísimas, que te ponen sin coste, es lo primero que deberíais degustar. De vinos no entiendo mucho pero la lista también es extensa. Tiene una amplia «carta», y pongo entre comillas por que esta está en las pizarras de sus paredes, donde podremos encontrar carnes y pescados, ademas de arroces, con un toque especial que los hacen platos de gourmet. Si no sabes bien que pedir por ser tu primera vez, recomiendo el surtido de tapas en el que vienen 4, normalmente 2 de pescado y 2 de carne, para que vayáis viendo la calidad de las mismas. Ademas no os olvidéis de preguntar a la camarera los platos especiales del día que siempre los hay.
En cuanto al sitio, hay que ir tempranito por que se llena enseguida y las mesas no son abundantes, aunque si eso no os importa también podéis estar en la barra o en una de las 2 o 3 mesitas altas que tienen. Además, desde hace poco, tienen justo enfrente, un local con mesas y estética más elegante para comidas o cenas más formales, en el que el bullicio del otro local (cosa que me gusta y da solera) están ausentes.
En cuanto el precio hay que decir que es algo elevado, también depende de lo que nos pidamos. Tanto se puede ir para tomar unas tapas y que nos salga más económico, como pedir un arroz con bogavantes, un solomillo de buey con foie (EXQUISITO) o unos chanquetes con huevo y pimientos; pero el que quiere calidad tiene que pagarla, y en este caso la relación calidad/​precio esta bien.

Les meilleures tapas du séjour. Jambon & calamars frits tops (fins et non gras), super qualité globalement et fréquenté par les locaux, loin des rues touristiques. Cadre basique sans grand intérêt, on y va pour bien manger du local simple et bon.

Eh… Good wine. But we went late (not by Spain standards) and got more than our share of attitude from the waitress. She obviously could have used some of the Spanish wine to unclench.