Stromboli

Siempre que pasaba por delante del local intentaba no pararme. Antes era una panadería-​pastelería y el olorcillo que emanaba en las proximidades hacía que tuviese que luchar contra mi ser interior adicto al dulce. No echaba cuenta a la tienda y pasó desapercibida ante mis ojos durante tiempo, pero mi olfato no falló. Todo indicaba que algo había cambiado. Un nuevo local que hacía que salivases en cantidades industriales.
Es de las pocas creperías que conozco. ¿Tal vez la única en Sevilla? Eso da igual, lo que importa es la comida. Crepes dulces o salados preparados en un momento y listos para comer a la misma velocidad.
El chico que atiende es bastante ‘salao’ y atiende a la perfección al personal. No sólo se encarga de los crepes, también tiene pizzas, baguettes y croasants o cruasanes rellenos (como mejor guste el escribirlo).
El local es pequeño pero tampoco hace mucha falta ya que la comida que sirven en más de recoger y comer en la calle (siempre que apetezca). También preparan comida para llevar tanto dulce como salado; una perfecta elección para las posibles visitas, vagos de la cocina o simplemente algo diferente.

Ah, las creperías. ¡Cómo las echo de menos! Mis cenas a base de crépes son uno de los mejores recuerdos que me traje de París (ya se sabe que el estómago y la memoria están unidos por un cordón de plata).
Me sorprendió mucho encontrarme con este local, por pura casualidad. La primera vez estaba cerrado, pero me picó el gusanillo… ¿volvería a encontrarme con el sabor que dejé allí en Francia? No pude evitarlo: al día siguiente acudí directa, dispuesta a comprobarlo.
Mi veredicto es claro: cumple su objetivo. La masa esponjosa, la variedad de combinaciones… los elementos claves de toda crepería están presentes. Claro está que le falta algo para llegar a considerarse un restaurante clave, pero es muy de agradecer que haya dado el primer paso de abrir en Sevilla, un lugar poco dado a la experimentación en el ámbito culinario. Espero que se vuelva mucho más popular con el tiempo. ¡No dudes en darle una oportunidad!

Casi paso de largo si no es porque mi perro Ruter por poco mea el cartel!.. Malas ideas las que tiene este perro con todas las cosas que se le atraviesan a su paso. Sin embargo, esta vez se lo tuve que agradecer porque fue la respuesta a la pregunta mental que me estaba haciendo de «y ahora qué voy a hacer de comer»…
El local llevará apenas un par de meses abierto, a pocos metros del Centro Comercial Nervión, y es pequeñito, con una barra para dos personas que por supuesto, ya estaba ocupada y la plancha para hacer los crepes justo en frente con el dueño del negocio en plena faena. Crepes de todo tipo para llevar, pizzas, baguettes y pasteles. Yo me decidí por el crêpe de jamón y queso, que cuando lo hizo, me quedé sorprendida por el tamaño. De hecho cuando me lo comí en casa, tuve que guardar la mitad para el día siguiente.
Siendo objetiva, estaba bastante bueno de sabor y de precio, (3,95 €). Tengo pendiente volver por una pizza, que al parecer también están ricas, según mi vecina, y por algunas de esas especialidades que vi en el folleto y hacen por encargo como los quiches de vegetales, las tartaletas o las empanadillitas criollas. También preparan pollo relleno navideño, a quien le interese, para la época que se aproxima…
Definitivamente, una buena y barata solución para esos fines de semana cuando te de pereza cocinar.