Sindrome Clown

Vi actuar a esta Compañía en el Lope de Vega hará unos 2 meses, la obra Cineclown 3D.
Nos reimos bastante, al entrar nos dieron una gafas 3D, bueno, eso ponía en las gafas… Querían dar a entender que el teatro se asemeja al 3D porque los personajes bajan del escenario, te pueden tocar, incluso puedes oler. Una ironía de cómo las nuevas tecnologías en el cine están desplazando la realidad del teatro hasta hacerla casi desaparecer.
Los 3 actores eran buenos, yo no soy de las que se ríe fácilmente en un espectáculo y solté más de una carcajada. Anabella Hernández es miembro del grupo a truá y se incorpora con ellos por primera vez.
Esta obra pertenece a una trilogía de las Artes: «Este circo no es normal» (el Circo dentro del Teatro), «La prematura muerte de un viajante» y «Cinco horas sin „marío“» (el Teatro dentro del Teatro) y «Cineclown 3D» (el Cine dentro del Teatro).
Estaremos atentos a su próximo estreno.

Ellos venden sonrisas y no son dentistas. Su instrumento es la nariz roja y con ella pueden iluminar el rostro de cualquiera. Sí, hablamos de Síndrome Clown, dos grandes actores que llevan subiéndose al escenario el tiempo suficiente como para que tú y yo reconozcamos su labor.
Trabajan como empresa de Producción de Espectáculos. Lo mismo hacen Galas, Congresos, Entregas de premios, Conferencias sobre el humor, Cursos de Clown, y un largo etc. Igualmente pueden realizar espectáculos a la carta, adaptando sus contenidos a la empresa en cuestión, personalizando el espectáculo.
He tenido la suerte de ver varias de sus puestas en escena y aún resuena el eco de las carcajadas en la Sala Cero (de la que son bastante asiduos). Concretamente en «La prematura muerte de un viajante» mi compañero y yo salimos de allí desternillados de risa, mientras rememorábamos después cada uno de los sckets.
Seguramente te acordarás de ellos porque han invadido la pantalla con sus narices en «Las mil y una noches». Actualmente los puedes ver con otra propuesta teatral «La confesión» en Sala Cero. ¡Estos payasos no paran!
Ojalá todos los síndromes fuesen igual.