En una ataque de ansia por azúcar y tras el impulso de mis ojos golosos me tiré literalmente a devorar alguno de los pasteles que me miraban desde el escaparate pidiéndome a gritos que me los comiera. Sería por el paseo, sería por no sé qué, el caso, es que no soy mucho de estos ataques y allá que me dejé llevar. Estuve un rato mirando y preguntando de qué eran 3 o 4 pasteles. Me decidí por una«medialuna» y la persona con la que iba se pidió una«leche frita» Pues, sintiéndolo mucho por nuestras papilas gustativas, he de suspender a esta pastelería porque, a pesar de tener una gran presencia y unos pasteles que a la vista son maravillosos, en realidad, tanto la «medialuna» como la «leche frita» que nos pedimos estaban tristemente insípidos.
Óscar H.
Tu valoración: 4 Madrid
Esta pastelería, es la «hermana» de la de Los Ángeles. Su origen es en los años cincuenta en lo que fue el Hotel Madrid, y ha sufrido bastantes transformaciones y modernizaciones, yo recuerdo la que realizaron en la época de la Expo, y la última en 2007, en la que casi todo se transformó en aluminio. Me encanta esta reforma porque le da luz y sensación de higiene a la pastelería. La oferta de dulces y salados y bombones de esta pastelería es muy amplia. Tanto los salados como los dulces están buenísimos, bombones nunca he probado. Para mí los más destacables son los dulces más tradicionales, que tienen ese sabor que sólo dan los años de perfeccionamiento de las recetas de las masas. Sus especialidades son: las empanadillas de cidra, alfajores, carquiñones, tejas, pestiños de azúcar de miel, leche frita, torrijas, etc., además de frutas escarchadas y especialidades navideñas entre los mil productos que ofrecen. Las dependientas son muy amables.