Panrallao

Panrallao es de esos sitios de Sevilla a los que hay que ir al menos una vez (o dos, o tres, o cuatro…) a comer o cenar: D
En la zona de Nervión, el local no es muy grande, por lo que suele llenarse con facilidad (¡ve pronto o te quedarás sin sitio!). Las mesas son las típicas de las taperías: altas y con taburetes, aunque cómodas.
Pero vamos a lo que interesa: la comiiiiida: D Siempre que he ido a Panrallao he salido encantadísima con sus tapas, que además cambian de vez en cuando, salvo las clásicas, como las patatas con mahonesa de cilantro (que ñam). Te recomiendo que pruebes su salmorejo de mango (el mango se nota en el puntito dulce que queda al final, muy rico), sus berenjenas con salsa de queso y miel de caña, el queso de oveja templado con picadillo de manzana (recomendado si te gustan los quesos fuertes), la sardina ahumada con migas y remolacha o la ventresca de atún. Todo en su punto, rico y bien presentado, y no muy caro (una cena puede salir por 10 – 15 € por cabeza).
Ah, y tienen Impresiones, un vino blanco dulce que está delicioso y que deberías pedir: D

Genial sitio para ir a tapar/​comer. Llevado por un grupo excepcional de gente joven y con talento. Muy atentos de que no te falte nada. El sitio está decorado con gusto mintiendo un ambiente simple. Las patatas con salsa de cilantro buenísimas, igual que la fideua o las berenjenas fritas. La carta no es muy amplia, pero lejos de ser un problema, casi lo veo como una ventaja. No hay posibilidad de fallar y garantiza la frescura de lo que comes.

¡Qué rico está todo aquí!
Pan rallao es a día de hoy uno de mis sitios favoritos para comer en Sevilla, tanto por la calidad de sus tapas, como por sus ajustados precios.
Se nota que le ponen mucho mimo a todo lo que hacen, y el personal ha sido muy agradable siempre que he ido. Antes tenían la carta en una pizarra, pero ahora han puesto todo en cartas de papel, y recientemente han añadido nuevas tapas. La parte más negativa para mí es que sólo tienen mesas altas, aunque no son muy incómodas.
También tiene variedad de vino, a mí me encanta el Impresiones, desde la primera vez que lo probé, es una de mis debilidades. Lástima que no se pueda encontrar fácilmente en tiendas.
Entre sus tapas más destacadas están los bastones de berenjenas o las patatas con mahonesa de cilantro. Los salmorejos que he probado (naranja antes, y ajora mango) también están muy ricos. Y los postres… ¡El tiramisú de mostachón y el coulant son de 10!
El precio medio puede rondar los 15 €, o incluso menos, aunque depende de lo que pidas, especialmente en cuanto a bebidas se refiere.
Y por cierto, suele llenarse bastante, así que ¡ve pronto a coger sitio!
#Yelpcomendado ;)

Pocas veces me he visto traicionado por las recomendaciones a un local en concreto. Esta es una.
Panrallao es un local de esos a los que se suele adjudicar el apelativo de gastrobar. En un principio la carta es apetecible, es más creo que ofrece una carta imaginativa que invita a pensar en lo sabroso de los platos. Pero no, los colores que se crean en el paladar tras leer los platos de la casa no llegan a consolidarse con la llegadas de los platos.
En primer lugar las tapas son escasas, y eso que el día que fui no tenía mucha hambre. En los casos que se ofrece poca cantidad de comida en el plato espero que cada bocado despierte en cada una de mis pupilas gustativas una pequeña fiesta.
Pero no, esta vez no ocurrrió. Entre todas las tapas: patatas con mayonesa de cilantro, el queso fundido con picadillo, alitas y el Steak Tartar, me quedo unica y exclusivamente con el pulpo braseado. Un plato que esta en su punto, el pulpo mantiene la textura y el acompañamiento de la salsa de ostras es maravillosa.
El local en su decoración es agradable pero bastante neutro y normal y, el servicio correcto.

Fuimos el viernes después del trabajo con el tiempo muy justito para pedir, ya que cerraban cocina a las 15:45. Quedamos allí con unos amigos después de desechar comer por el centro y lo que me alegré. De momento el camarero, pese a llegar justitos, no nos metió prisa a la hora de pedir.
El local situado en pleno barrio de Nervión es algo pequeño y con mesas altas, a la vez que cómodas y amplias. La carta escrita en la pared es variada y para pedirla de cabo a rabo. Qué difícil se hace elegir!!!
Pedimos todo para compartir, aunque al llegar nosotros un poco más tarde ya se habían comido la ensaladilla (con muy buena cara) y quedaba un poco de patatas con mahonesa de cilantro que si le pudimos meter mano, la salsa estaba buena. Casi sin pensar, aunque ya había mirado algunas recomendaciones vuestras en algunas reseñas, pedimos hamburguesas, berenjenas fritas con salsa de queso y miel de caña, salmorejo de mango, ventresca de atún y lasaña de cola de toro. De todo lo pedido no se con cual quedarme. La salsa de las berenjenas estaba pa mojar un bollo, el salmorejo tenía una muy buena textura y la mezcla con la granada y las gambas crudas espectacular; la ventresca parecía que estabas en una playa gaditana por su frescura y quizá lo que menos me impresionó fue la lasaña de cola de toro, pero que estaba muy buena vamos.
El consejo que les doy es que dejen sitio para los postres, a cual mejor, pedimos un tiramisú de mostachones (muy fan de este dulce utrerano), un coulant de nocilla y la mousse de chocolate y galleta.
Pero para rematar la faena salió bajo mi punto de vista económico, doce euros por persona. Muy recomendable, así que si están por la zona…

Yo creo que la cuidad corre el peligro de colapsar por culpa de los gastrobares. Aunque es cierto que nos encontramos varios locales como La Azotea, Zarabanda o La Brunilda que ofrecen esa gastronomía más actual, mezcla de innovación y productos de mercado, en este local quizás nos encontramos con la salida fácil. Ninguna de las recetas es especialmente imaginativa, es cierto que están ricas y se dejan comer, pero palidecen enormemente cuando tenemos en cuenta la relación entre calidad, precio y sobre todo cantidad. Soy el primero al que a veces le apetece gastarse algo más de la media y probar cosas interesantes, apuestas personales, lo cual no es el caso de este local. Quizás si no queda más remedio vuelva, pero lo cierto es que cuando voy a un sitio así lo organizo, así que posiblemente no vuelva.
Al margen de la comida en sí, lo más importante, la decoración es agradable, así como el servicio, atento y rápido.

Ayer mismo pude comprobar lo que ya algunas personas me habían adelantado. Un sitio para tener muy en cuenta a la hora de tapear por la zona de Nervión. Está muy cerquita de Eduardo Dato, en una zona con comercios y pequeños parques para niños, donde si te das una vueltecilla se puede encontrar aparcamiento.
Desde fuera no parece el típico gastrobar de tapas, pero en el momento que cruzas la puerta y ves ese suelo hidraúlico, ya puedes intuir que lo que vas a comer allí te va a encantar.
Llegamos un poco tarde para comer, pero aun así nos atendieron super bien y sin meternos prisa (algo que no soporto), teniendo en cuenta que llegamos prácticamente 20 min antes de que cerraran (15:45 h.). Todo lo que tienen son mesitas altas, pero bastante cómodas porque son grandes. Los baños pequeños pero cómodos, con todos los detalles, espejo, cuelga bolso… etc…
A la hora de la comida, probamos las berenjenas con salsa de queso y miel (ESPECTACULARES a destacar la salsa, para mojar después en modo glotón), patatas fritas con mayonesa de cilantro, la ventresca, el salmorejo de mango con granadas y pequeñas gambas, la hamburguesa de presa y salchichón o algo así y lasaña de cola de toro. Lo que más me gustó la hamburguesa, ventresca y berenjenas. El salmorejo también, pero el toque da las gambas no me hacía mucha chispa…
Merece una mención especial el coulant de nutella, maravilloso en todos los sentidos, no os vayáis sin probarlo. También muy ricos el tiramisú de mostachones, aunque para mi gusto sabía demasiado a café y la mousse de chocolate y galleta.
De precio, más que recomendable. nos salió unos 12 € por cabeza.
Volveré a ir seguro.

El dia que visite Panrallao tengo que reconocer que sali bastante desconcertado al no poder sacar una conclusion clara del sitio. Digo esto porque de las tapas que pedimos variaban mucho de calidad entre unas y otras, es decir, unas muy bien elaboradas y otras no tanto. El local es pequeño pero agradable y el personal amable y atento en todo momento. Deciros que debido a mi duda he decidido darles una segunda oportunidad en cuanto pueda volver. Referente a la Calidad-​Precio y mi recomendacion definitiva del sitio lo dejare pendiente para mi segunda visita.

_​acabé en este lugar porque había oído hablar a mis amigos Unilocalers de él en numerosas ocasiones, incluso una vez estuve con algunos de ellos aquí, pero no pude pararme a probar lo que ofrecían, cosa que me dejó con la sensación de que, en cuanto tuviese ocasión, tenía que volver.
Y así lo hice hace muy poco tiempo: acierto total. Aunque no me sorprende, porque previamente había leído varias de reseñas de Unilocalers referentes para mí.
He de reconocer que soy muy delicada para las comidas y que, al leer la carta, hay numerosos platos que no me atrevería a probar, pero lo que pedimos me encantó, y sé que esto me daría el empujoncito a pedir muchas de las tapas y platos que a priori no me atrevería a degustar.
Me encantaron las berenjenas fritas con salsa de queso y miel de caña de igual forma que las patatas (naturales, nada de precocinadas) con mahonesa de cilantro, he incluso recomiendo ir combinando o intercambiando las salsas entre las berenjenas y las patatas. Me sorprendió la gran cantidad de salsa que te ponen en ambos platos, algo poco habitual en otros establecimientos. Pero lo que me flipó fue el tataki de ternera con chutney de tomate, albahaca y fresas, creo que fue el sabor de las fresas lo que le daba el toque sublime al plato, una gozada de sabor, sin duda un plato que repetiré cada vez que tenga ocasión de volver.
No nos dio tiempo de probar sus postres porque ya era muy tarde y estaban recogiendo, y por no entretenerlos más los aplazamos para la próxima visita, pero sin duda tenían una pinta exquisita.
El local es pequeñito pero muy agradable, los camareros muy amables y serviciales y los precios económicos para la calidad que ofrecen.
Sin duda, un lugar muy recomendable para repetir una y otra vez.

Fuimos exclusivamente a probar los postres, pero nos sorprendió gratamente el resto de la carta.
Nos encantó y volveremos.

Podrás encontrar «Panrallao» en Nervión, algo escondido y sutil. Me costó encontrar este negocio. La búsqueda mereció la pena.
«Panrallao» es un local pequeño pero agradable, decorado con mucho gusto. Las paredes están llenas de fotos de famosos y personajes de ficción de la cultura popular cocinando. Transmitiendo que la cocina es un arte y un ritual que todos disfrutan sea cocinando o disfrutando de la comida. Destaca el color blanco encaja bien con las fotos. Y la barra cuenta con estanterías con libros, haciendo que parezca una biblioteca.
Pero pasemos a hablar de lo interesante: el menú es corto pero intenso. Habrá unos 10 platos solamente pero la carta cambia cada x tiempo. La comida aquí es un verdadero tesoro gastronómico, TODO estaba delicioso.
— Lasaña de rabo de toro
— patatas con mayonesa de cilantro
— berenjena frita con salsa de queso y mostaza dulce.
— tataki de ternera
Las patatas estaban perfecta, en su punto. Las berenjena estaban riquisimas. Hacia tiempo que no probaba algo tan bueno. La lasaña de rabo de toro era algo escasa, me esperaba mas cantidad pero aun así estaba muy bueno, y lo mismo con el tataki de ternera.
El precio oscila entre los 8 – 12 € por persona. El servicio era excelente.
A Panrallao hay que ir si te encanta comer fuera de casa. Hay que ir si tapeas por Nervion. Hay que ir si quieres probar platos únicos y exquisitos. Hay que volver si ya has ido. Muchas veces.

Vine a Panrallao porque sólo había escuchado cosas buenas de este negocio, y ya tenía muchas ganas de conocerlo.
Panrallao es un bar, situado en el barrio de Nervión, en una zona amplia y con bastantes comercios. Muy sencillo por fuera, pero cuando entras y pruebas esas tapas, no podrías imaginar que ahí se cocinen semejantes manjares. Tienen una carta bastante amplia (por cierto, pintada en la pared) de muchas tapas variadas, así que seguro encuentras lo que te guste.
Para comer dentro, podrás sentarte en unas mesitas altas, y yo te recomiendo mis favoritas, las más próxima a las ventanas. La atención fue muy buena, cordial y rápida. Nos trajeron todo pronto, sin tener que hacer largas esperas.
Tomamos una ensalada de couscous con salmón ahumado que estaba deliciosa. A mi me encanta el couscous, así queh siempre que lo tomo intento probarlo de diferentes formas. Te recomiendo que pruebes esta tapa, porque está muy rica. También pedimos unos bastoncitos de berenjena en tempura que estaban deliciosos. Si te gustan las berenjenas tienes que probar esta tapa, pero sobre todo por la salsa. Mezclaba una cantidad de sabores que era una perdición: dulce, picante, salado… ¡Una delicia!
El sitio me gustó mucho y la experiencia más. Ahora sólo me gustaría repetir de noche, por saber si la experiencia también puede ser tan satisfactoria. Por mi, ¡muy recomendable!

Fui por recomendación de una amiga y el sitio es todo un acierto.
Ante mi indecisión entre tantas exquisiteces le pedí opinión al camarero y no pudo dar más en el clavo.
El salmorejo de naranja estaba de lujo y el atún delicioso.
La decoración me encanta.
Seguro que repetiré

A fantastic restaurant! The tuna & watermelon salad was delicious. The eggplants with honey mustard was heavenly. The service was friendly and helpful despite our lack of Spanish.
We were worried when we didn’t see a big crowd but it’s probably due to the restaurant not being on the main drag.
For a family of 5, we paid under 50 € and that included deserts and drinks.

Hoy he ido a comer con un amigo a Panrallao ya que había leído sobre él y tenía ganas de visitarlo. Hemos comido Queso fundido con picadillo panrallao (muy rico, con sémola de trigo, pipas,.), steak tartar, lasaña de cola de toro (la mejor de las tapas que hemos probado) y patatas con mahonesa de cilantro (muuuy ricas). Para terminar hemos tomado un par de postres: Tiramisú (lo que mas me ha gustado de todo, MUY RECOMENDABLE) y lo no tan nuevo (muy original, rico y fresquito… bizcocho de té verde, helado de cereza y sopa de chocolate blanco y lima). En general, todo rico.
La atención muy buena, siempre pendientes. Un detalle muy tonto pero que lo demuestra: al poner los postres, pusieron un par de vasos de agua.
En su contra: no tienen terraza para comer, sólo un par de barriles junto a la puerta.

¿Sabes lo único malo que tiene Panrallao? Que está en Nervión, lejos de mi casa. Por ese motivo, no voy todo lo que me gustaría. Estoy seguro de que si vivo cerca, sería uno de mis bares de tapas de cabecera, sin duda.
Descubrí Panrallao en una fiesta de Unilocal Sevilla, desde entonces he ido en 5 ó 6 ocasiones. Alguna vez he repetido comida, pero la mayoría de veces he probado cosas nuevas. ¿Por qué? Sencillo, son capaces de sorprenderte a diario. Lo gestionan dos chicos jóvenes, a mí me da la sensación de que son hermanos pero qué se yo. El local está algo escondido, o lo conoces o no es fácil encontrarlo por casualidad ya que está ubicado en una calle de no demasiado tránsito. Su interior es coqueto, decorado con gusto. Taburetes y mesas altas y la carta en pizarra. El espacio no es muy extenso, pero suficiente como para estar bien.
Tienen una gran variedad de vinos. Distribuidos por zonas geográfica. Es recomendable dejarte aconsejar por el personal si eres de los indecisos o simplemente eres Libra como yo. En cuanto a la carta, mamma mia. Todo está delicioso. Te voy a recomendar tan solamente unas pildoritas. En primer lugar las patatas fritas con mayonesa de cilantro, espectacular. En segundo, las berenjenas con salsa de miel de caña y queso, brutales. La tercera te la doy a elegir entre una mini hamburguesa o el steak tartar. Y para terminar, los postres. Tienen un brownie que te especifican tarda 15 min en hacerse, merece la pena. Es habitual encontrarte con nuevos platos. No paran de innovar.
Me parece un sitio muy recomendable. De precio no es barato, aunque tampoco caro, más o menos en la media de otros bares del estilo. Con la calidad que tiene, está razonablemente bien.

El Panrallao sigue siento uno de los referentes en la zona de nervión. No ha bajado su calidad durante estos años y sigue manteniendo su identidad de gastrobar, para deleitarte con unas buenas tapas y una gran variedad de vinos para copear.
Como puntos en los que me gustaría mencionar en esta segunda reseña son los postres, que estan a la altura del resto de tapas, dandole la importancia que se merecen. El tiramisu o las galletas recien hechas, toda una exquisitez.
Aunque como a mi me gusta mas lo salado, suelo terminar con queso y una copa de tinto.

Después de tanto oír hablar de este sitio, me voy a envalentonar y hacer una reseña.
He ido dos veces, y la verdad que me ha confirmado las expectativas.
Es un local pequeño, con 5 mesas altas pero bien distribuidas. No tiene veladores, lo cual, está bien, así no hay tanto trasiego.
El trato del servicio es muy agradable, sin llegar a ser un coñazo. El número de camareros es el justo.
Vamos al lío! En cuanto a los vinos, tienen una bodega bastante aceptable, teniendo entre ellos bastantes vinos de la tierra, lo cual, es de agradecer.
En cuanto a la comida, es un sitio para probarlo todo. Para mi gusto, el mejor steak tartar que he probado. Destacan también sus patatas con mayonesa de cilantro y las berenjenas con salsa de miel y queso. El otro día probé una cosa tan simple como un cuenco de salchichón a taquitos y me pareció extraordinario.
Le pongo 4 estrellas porque no he probado los postres.
Así voy otra vez!

El otro día que quede con mi amigo Txema, decidimos ir a tapear algo y el eligió el sitio al que ir, puesto que conoce mejor la zona que yo, resulto que acabamos aquí, en el Panrallao.
El sitio me gusto mucho, la verdad. Este pequeño bar que nos encontramos en un rinconcillo del barrio de Nervión, es un lugar acogedor en el que puedes disfrutar de unas tapas exquisitas y buenos vinos, de los postres lamentablemente hoy por hoy no puedo decir nada, pero mi amigo que si ha ido en mas ocasiones y los ha probado, me ha dicho que están muy buenos.
Lo primero que nos encontramos al entrar son mesas y sillas altas para 2 o 4 personas y unas pizarras de distintos tamaños en distintas partes de las paredes, donde podemos ver las tapas o los vinos que podemos pedir. La decoración en general es bonita.
Pedimos berenjenas fritas con queso y miel de caña, patatas con mayonesa de cilantro y mini hamburguesa ibérica, estaba todo buenísimo. Pero por destacar una, las berenjenas, sublimes.
También tengo que destacar el trato profesional que te brindan los empleados del Panrallao, han sido rápidos y amabilísimos.
Respecto a los precios, yo los veo bien, teniendo en cuenta el tamaño y la calidad de las tapas. Estoy deseando volver.
Un sitio rico, rico.

Para mi, decir Panrallao es acierto seguro. Este local, escondido en el barrio de Nervion, se ha convertido en poco tiempo en uno de mis favoritos.
El local está compuesto por mesas altas con bancos altos, una barra y una decoración moderna que desprende positivismo nada más entrar en el local.
En su carta, escrita en pizarra en las paredes del local, se pueden encontrar tapas variadas con nombres sugerentes y muy apetecibles.
Uno de los fijos cada vez que voy son las patatas fritas con mayonesa de cilantro y eso que no soy yo muy de patatas fritas pero es que esas patatas tostaditas con mojo y acompañadas de esa suave salsa estan deliciosas! Además de las patatas, también recomiendo la hamburguesita de buey, un bombón de carne delicioso, la lasaña de cola de toro y la carrillera con puré de patatas especiado, muy sabroso y delicioso! Estos son solo algunos ejemplos, pero no dejes de visitar el bar si quieres saber mas!
Los postres también merecen ya de por si lq visita asi que no te olvides de dejar sitio para ellos. Te sorprenderán!
Por ultimo, me gustaría destacar también la presentación de los platos y la amabilidad de los camareros.

Excellent Tapas bar! We had oxtail lasagna, papas, and sausage burger, beer & wine $ 20.

A la hora de valorar @PanrallaoTapas, lo he tenido muy fácil, pues la premisa que he tenido es, simplemente, que no tengo ninguna razón para quitarle una estrella. Entré en este local con expectativas razonables, ni muy altas ni muy bajas, y salí agradecido de tener en Nervión a este bar.
En pleno barrio, al lado del Polvillo de toda la vida. A 10 minutos del Nervión Plaza encontramos este bar de estética risueña. Ni muy grande, ni muy pequeño. No sé si admiten reservas, pero en cuestión de, como máximo, media hora desde que yo llegué, a la hora del almuerzo, se llegaron a ocupar casi todas las mesas. Buena señal.
La plantilla, al menos la parte de ella que yo vi, está formada por personas jóvenes y que le ponen ganas y energía a su trabajo. Sin embargo, en este caso la juventud no se transforma en inexperiencia, y la atención que recibí fue excelente, por muchos detalles. Por ejemplo, no te atosigan hasta que decides qué quieres comer. Miras la carta, hablas con tus compañeros, avisas al camarero o a la camarera y entonces te toma nota. Otro detalle, las tapas nos la sirvieron una a una. Cuando terminábamos una, servían la siguiente. Otro detalle, me parece que siguen un orden lógico a la hora de servir las tapas. Por ejemplo, si pusieran una tapa de bravas al final, me rechinaría un poco. Pero no es el caso.
La comida, genial, sin más. La salsa de las berenjenas, con miel de caña y queso, simplemente es imposible dejarla ahí. La rebañé con picos de pan hasta que no quedó ni una gota. El salmorejo a la naranja tenía un amargor que, al principio me chocó un poco, pero en cuanto el paladar se me acostumbró, incluso lo agradecí. El steak tartar me pareció inesperadamente bueno, sinceramente es la primera vez que lo pruebo y me dejó mu contento. Para terminar, las papas con mahonesa de cilantro, bien. Sobre todo la salsa. Las patatas excesivamente especiadas para mi gusto, pero nada serio.
Me quedé con ganas de postre, pero puedo prometer y prometo, que la próxima vez que venga, probaré uno. De hecho, ya que estaba allí, le pregunté sobre la cantidad que traía cada postre y sobre en qué consistían en sí. La chica me respondió muy amable y profesionalmente (había un postre con 8 o 9 ingredientes por lo menos, para aprenderse eso…).
De precio, me pareció bastante barato. 4 tapas y 2 bebidas por persona, unos 16 € (entre los dos). Recomiendo 100% la experiencia, yo tripitiré.

This is a nice find from the Melia Hotel. An off the beaten path type of restaurant that was a delight. I had steak tartar, patatas, tuna ceviche, and Gazpacho. All were very good along with a nice glass of vino and olives. The servers also spoke English and had an English menu. They were very eager to help and I had wonderful service. Please try this place out!