Una cafetería/churrería típica de barrio sencillo, en mi opinión, muy competente. Está situado en el Cerro del Águila, un barrio que frecuento bastante por amistades. Hay veces que me gusta venir aquí a sitios normales con mayúsculas, y es por locales como este. Las personas a cargo de la barra son muy amables y simpáticas, son un hombre y una mujer. Las dos o tres veces que he ido siempre estaba bastante lleno de los vecinos del barrio, un ambiente muy familiar. Mesas hablando entre sí, alguna que otra persona hablando con los dueños… todo muy cercano. El local cuenta con mesas exteriores y con un espacio interior bastante amplio. Es autoservicio, pides en la barra y te lo llevas a la mesa. En mi caso siempre que he ido ha sido para comer churros, y están muy buenos. Las raciones son bastante completitas, al menos los churros de rueda, y la taza de chocolate tampoco se queda atrás de cantidad. El precio es bastante bueno, ración de churros y taza de chocolate caliente, 2,50 €. Volveré seguro cuando deambule por la zona en cualquier tarde de invierno y me apetezca algo calentito en las manos y el estómago.