Nou Port

No soy para nada asidua a los buffets libre, repito: PARA NADA! Pero me tocó ir por elección de una amiga, elección que a día de hoy todavía no entiendo… «Es por los chicos, que comen mucho…» Decía. No sé el tuyo, pero el mío desde luego apenas probó bocado, y con razón… El hecho de ir a un sitio y pagar más de 15 € por un refresco, tres porciones de sushi y postre a día de hoy me parece caro, y me parece caro porque, con toda la supuesta variedad que ofrecen este tipo de buffets, la calidad es ínfima y el producto malo.
Al llegar empezamos a deambular por la mesa central con todo tipo de comida mezclada al tuntún en diferentes bandejas… Algo de sushi procesado, quizás un wok de fideos de sobre saborizado con polvos… Patatas fritas? En fin, otra vuelta más… Me llama la atención una zona en donde hay varios tipos de carne y pescado, algo de marisco también y verduras, todo crudo, para pasarlo por el wok con la salsa elegida, pero me llama la atención porque apesta, huele fatal, y es que puede que el producto lleve expuesto horas sobre una superficie que no desprende frío para un alimento que para su conservación lo necesita constantemente… Definitivamente NO

No tenía muy buenas referencias de este sitio, pero al probarlo por mí misma, no fue una experiencia horrible, aunque tampoco fue excelente.
El local es grande y tiene capacidad para mucha más gente que la media, aunque es comprensible al tratarse de un buffet. Los camareros y el personal en general siempre va con prisas y sin detenerse con ninguno de sus clientes, dificultando más que agilizando el momento de sentarse y pedir las bebidas. Suele estar muy concurrido al mediodía los viernes, pues comienza el fin de semana pero el precio sigue siendo el mismo que los demás mediodías: 8,95. En fin de semana el precio es algo más elevado.
La comida que puedes encontrar, a pesar de tener ambientación asiática, es de todo tipo. Hay sushi y arroz frito, pero también pizzas de microondas, croquetas, patatas, caña de lomo y todo tipo de verduras y carne para hacer al wok. Creo que si se centraran en algún tipo de comida concreto la experiencia sería más satisfactoria, pero entiendo que al encontrarse en un centro comercial frecuentado por todo tipo de personas, ha sido necesario añadir esta variedad de productos. Por ello, me quedé «a medias» con todo lo que probé; el sabor era corriente (y más tirando a lo asiático, incluso cuando probé la carne) en cada comida, nada maravilloso ni inusual.
A su favor diré que son rápidos reponiendo los productos asiáticos, los primeros en gastarse, y que tienen una amplia variedad de postres. En su contra, deja que desear la higiene y limpieza de algunos platos y botes de salsa, y no hay ningún sitio donde encontrar servilletas.
Es una opción barata y cómoda si quieres comer rápido y de todo, así que volveré, pero no con excesivo entusiasmo.

Durante años este fue mi lugar favorito para comer. Era mi época de «el tamaño es lo que más importa». A los veintipocos un sitio así es una gozada, pero cuando empiezas a rozar los 30 ves que ya no puedes sacarle todo su potencial sin acabar mal. Yo la última vez que fui ya llevaba preparada una pastilla de omeprazol. Es un lugar para ir a ponerte hasta la boca, para tener a la ambulancia esperándote en la puerta. Si no vas a eso no merece la pena porque la calidad de la comida es normalita (de la que se compra en cantidades industriales) y el precio (unos 12 euros por el buffet libre, sin contar bebidas) no te sadrá tan rentable. La idea es clara, esto es para lo que es.
La principal baza del Nou Port es su variedad de platos. Es ahí donde ha conseguido superar el buffet libre del Wok, que creo que es el origen de este restaurante. De hecho, en el Wok comenzaron a servir ya otras cositas aparte de comida asiática. Pero aquí no son cositas, aquí es todo. Aquí encuentras carnes de todo tipo, mariscos de todo tipo, chacinas de todo tipo, ensaladas, pastas, paella, croquetas, patatas fritas, pizza, palitos de cangrejo… y por supuesto los habituales sushis, arroces de todos los estilos (3 delicias, cantonés…). Incluso puedes encontrar gazpacho. De postres también hay un poco de todo: flanes, natillas, helados y extras variados como leche condensada, sirope de chocolate, frutos secos, gominolas…
Es ideal para ir con grupos, especialmente si tienes amigos comilones. No es bueno para ir en pareja, sobre todo si tu pareja no es de las que gustan de engullir. Yo he ido con gente que me he preguntado ¿para qué vendrán? Por que pagan 12 euros + bebida por tomarse dos platitos y se acabó. A ver, esto es para dedicarle un buen rato, esto es deglución mayor, tiene algo de ingeniería si me apuras. Tienes que entrar por la puerta con alma de Mamut. Es para ir dispuesto a probarlo todo, 5, 6, 7, 8 platos más postres. Si no vas a darlo todo no vayas. Para una comida «normal» te vas a otro sitio donde te saldrá más rentable económicamente y tendrás mejor materia prima.
Resumiendo: Si disfrutas como un enano poniéndote como Moby Dick con todo tipo de comidas y pagar poco por ello, este es tu restaurante, no lo dudes.

Es el típico buffet. Hay comida china, sushi (que no es de los mejores que he probado), nuggets, patatas fritas, paella, varios postres distintos… y salsas en botes pringosos. La calidad no es estupenda y el precio no incluye la bebida (te traen vasos de agua si los pides), pero se come bien.
Algunos camareros no manejan del todo el español (al menos los que nos atendieron, que se limitaban a asentir ante nuestras preguntas) pero en general te atienden bien.

Este curioso restaurante «asiático» (entre comillas puesto que ofrecen desde carne argentina hasta manjares propios de aquí como la paella). De precio no está mal para ser un buffett libre, pero como siempre digo, si vas a uno y quieres que te sea rentable, más te vale ir con la panza vacía.
Como suele suceder en estos establecimientos, aprovechan para hacerte la del buitre con las bebidas (porque ellos saben y tu también que no vas a poder echar toda esa papa abajo sin algo de líquido). Por otro lado, se ve la peor parte del establecimiento si nos fijamos en la limpieza, por ejemplo si nos fijamos en los baños o en la parrilla del wok (aún recuerdo con nostalgia aquel brocoli con regusto a marisco jajaja).
Empezando a hablar del menú, el sushi dejaba bastante que desear tanto por cantidad (me refiero por unidad, es obvio que puedes comer sushi hasta petar cual patata caliente) como por calidad. El tema arroz y tallarines merece una mención de honor pues están exquisitos, aunque recomiendo no cebarse en ellos y limitarse a poca cosa a fin de probar otros platos (aparte que son lo típico que puedes pedir en cualquier lugar).
La zona de comida nacional presenta clásicos como croquetas, paella, queso semicurado, etc. Pero, a no ser que la comida asiática no sea lo tuyo, es mejor que te concentres en la zona wok y, el punto curioso del lugar, especialmente en las carnes, llenas de sabor y siempre en su punto. También puedes (y en parte debes) degustar los elementos del wok tradicional (mariscos, verduras, etc.). MUCHO OJO con las salsas, en especial las tradicionales alioli y compañía, porque te puedes llevar una desagradable sorpresa tanto con la forma como con el saber. Las salsas usuales de wok como la salsa verde son más pasables, sin pasar del suficiente raspado.
La zona de postres es idónea para los más peques sin nada destacable a excepcion tal vez de los profiteroles helados (de chocolate o nata).
En conclusión, un buen sitio para comer con amigos o en familia pero sin ser un sitio al que volver en poco tiempo. Si buscas una frivolité o simplemente una comida notable, es probable que este no sea el sitio; pero si tienes hambre y dinero en el bolsillo y deseas «ponerte púo/​a», Nou Port es tu sitio

He ido a los dos que creo que hay en Sevilla, el del CC Nervion Plaza y el del CC Los Alcores y sólo puedo decir que por mi experiencia no son recomendables, las dos veces que he ido me ha sentado la comida fatal con lo que eso conlleva… La calidad de la comida es muy baja o el tratamiento que le dan a dicha comida no es el correcto.

Hay algunas cosas ricas pero la higiene… Ay, el día que abrí una copa danone y la nata era moho…

Poca higiene, es lo único que puedo decir. La comida no está mal, sobretodo si comes arroz y carne. Hay un día al mes en que me apetece comer a lo bestia… al día siguiente gym y ya vale.

Psé.
Vaya por delante que darle un «psé» para mí a un chino es toda una odisea. Soy muy fan de la comida asiática y suelo ponerme hasta las cejas siempre que voy a un restaurante de este tipo. No suelo hacerle ascos a nada. Y, todo sea dicho, tampoco es que Nou Port me disguste especialmente (podéis ver que le he dado una calificación media), pero en realidad tampoco se encuentra en mi antología de restaurantes de la ciudad.
En mis primeras visitas me entusiasmó mucho más, todo sea dicho. El hecho de que sea un buffet libre también ayuda: tenemos pocos a buen precio en la ciudad, y éste es uno de ellos. Otro punto a favor es su variedad: toda clase de platos chinos, japoneses… y también occidentales, para que nadie pueda tener excusa (de hecho, es el argumento con el que he arrastrado hasta allí a alguno de mis familiares, poco dados a la comida china). Últimamente esta variedad se ha incrementado con la inclusión de una parrilla argentina (lo cual relega ya a un segundo plano a la categoría «asiática» del restaurante).
El problema está en que te llenas… pero no con sustancia. No tienes la sensación de haber comido ningún plato especialmente bueno. Incluso mis favoritos de siempre, el cerdo agridulce y el pollo con almendras, me cansan pronto. Puede que tenga que ver con el hecho de llenar el plato hasta arriba (la tentación es demasiado grande) o que, realmente, no utilicen recetas demasiado destacables.
Recomiendo Nou Port para alguna ocasión especial, y sobre todo para ir de cachondeo con un grupo de amigos. Pero no es realmente el mejor chino que podéis encontrar por la zona.

No me gustan los chinos. Son muchas las leyendas urbanas que existen en este tipo de establecimientos, que si los gatos, que si los perros, que si la higiene, que ni ya sabía por qué me había prometido nunca entrar en un chino.
Mi compañero de piso no quería cocinar ese día y yo tampoco. Me dijo que un amigo de clase le había dicho que habían abierto un buffet libre dentro de Nervión. Nos gustaba esos sitios, somos de buen comer, de esos que mezclan en el mismo plato patatas fritas, macarrones y carne guisada –más tarde los estábamos haciendo-​.
Entramos muy confiados y cuando ya habíamos soltado las bandoleras en una de las sillas, nos percatamos que los cocineros eran chinos, que los que limpiaban las mesas eran chinos, que los camareros eran chinos y que la chica que cobraba era china. Es decir, estábamos en un chino. Él tenía –y supongo que seguirá teniendo– la misma idea que yo.
No sabíamos si irnos o quedarnos. Finalmente optamos por la segunda opción. Fue todo un acierto. Había cosas como rollitos, salsas, arroces… Pero lo que más destacaba era el resto de comida considerada como «española». Estaba todo riquísimo y por algo menos de diez euros. Ahora ha subido unos euros el precio, pero sinceramente creo que aún así merece la pena.
Al mes y medio volví esta vez con mi hermana y mis padres en una de estas comidas familiares que hacemos muchos domingos; les encantó.

Langosta, ancas de rana, salmorejo y carnes argentinas ¿en un restaurante chino? Fue mi primera pregunta cuando vi el cartel antes de entrar…
Pues sí, señores, este restaurante más bien multicultural en vez de asiático, ha ampliado sus horizontes para adaptarse a todos los paladares, y bien que lo hace.
Ubicado en la última planta del Centro Comercial Nervión, justo al lado de los cines, se puede ver fácilmente el local un poco atípico en su fachada moderna, negra de metal y letras rojas. De entrada impacta por su gran tamaño y la cantidad de mesas en el interior, normalmente abarrotadas de gente en horas punta los fines de semana. Al fondo el asador, las planchas y el buffet libre con toda la variedad de comida que se pueda uno imaginar… ensaladas, paella, arroz y fideos chinos, gambones a la plancha, entrecots de ternera, dumplings, sushi, bogavantes, caracoles. y mucho más. Hay también una parte reservada a productos crudos para ser preparados al wok o a la plancha.
Tardé como quince minutos sólo reconociendo todo lo que había antes de decidirme por algún plato en especial. Al final me serví algunos entrantes chinos, salmorejo y calamares crudos con verduras para que me lo prepararan en el wok.
El resultado… casi salgo rodando del restaurante, pero bastante satisfecha con la comida, aunque se hayan confundido y en lugar de prepararlo en el wok, lo hayan hecho a la plancha… es lo que tiene llegar muy cerca a la hora de cierre cuando todos los cocineros ya están cansados de cocinar.
El precio, realmente sorprende. buffet libre más bebida como por 15 €, habiendo platos tradicionalmente caros como la langosta, el bogavante, entre otros… No te quedarás con hambre, seguro. Por supuesto que merece la pena visitarlo!