Es un sitio de los de toda la vida, sin florituras y práctico. Para el pastelito y el café de la tarde, estupendo, además está en una zona bastante buena. El camarero es bastante agradable y, como me pilla cerquita de casa, si me apetece una torrija en Semana Santa o un café cualquier tarde, me acerco y me lo tomo.
Fausto R.
Tu valoración: 3 Sevilla
Cafetería-confiteria de rancio abolengo donde los lugareños del barrio echan su cafelito o la copita de media tarde. Este local lleva allí desde tiempos inmemoriales. El café esta bien y tiene dulces para acompañar. Las tostadas son bastante económicas teniendo en cuenta el precio medio en la ciudad. Aunque la situación es bastante privilegiada, a efectos de normativa legal no puede disfrutar de veladores.
Cristina S.
Tu valoración: 5 Sevilla
Coincido en los demas comentarios de que por fuera es una pasteleria demasiado tradicional para mi gusto, pero la calidad de los pasteles de toda la vida lo compensa con creces. La palmera de chocolate esta brutal, comp han dicho tambien lleva huevo debajo del chocolate, pero aunq sabe como tal y tiene un toque, para los que no les guste el huevo, solo decir que en realidad no lo es, solo azucar glase con aroma. Las tartas tambien son geniales, y no soy nada dulcera.
Ana C.
Tu valoración: 4 Sevilla
La Pradera es una confitería en peligro de extinción. Más allá de sus exquisitas palmeras de huevos y sus pasteles de crema tostada, sus tartas son las más ricas de la zona. Claro, también son las de mi infancia, así que no soy objetiva.
Enrique H.
Tu valoración: 3 Sevilla
Como no soy muy dulcero, yo voy a la Pradera a comer churros, que me encantan y aquí los ponen muy buenos, con mucha masa, justo como a mí me gustan. La verdad es que no tenía ni idea de que los tenían. Sí sabía que era una cafetería de las de siempre y en alguna ocasión había entrado, a media tarde, a tomar un colacao calentito con un pastel. Por eso, una de mis mañanas de estudio en la biblioteca de San Julián, recordé su existencia y fui con la intención de comerme una buena tostada. La cosa cambió cuando vi el cartel anunciando los calentitos, no lo dudé… De la cocina, entre espejos y participaciones de loterías navideñas, salían bandejas de aluminio bien servidas, acompañadas de humeantes tazones de chocolate. ¡Qué cosa más rica! A partir de aquel día y durante el tiempo que frecuenté la biblio, los viernes tocaba desayunar churros en La Pradera.
Felipe r.
Tu valoración: 4 Sevilla
Cuando uno se baja del autobús en la ronda cae de morros en La Pradera, esta pastelería no tiene los mejores pasteles de Sevilla, no, no. Ni el mejor café, no no. Pero siempre se ha dicho que al supermercado se va a comprar con la barriga llena porque si no compras muchas cosas que no necesitas, pues eso pasa en este caso también, llegas del trabajo cansado y muerto de hambre, te bajas del autobús y ves la pradera que tiene unas empanadas gallegas estupendas y que haces, pues que a casa llegas comido. La parte de confitería tiene los pasteles de toda la vida y la bollería también, nada de pastelería nueva y creativa, palmeras, cuñas y caracolas… de mas lujo el palo de nata. Los helados están buenos, no es que tengan gran variedad de sabores pero para que quieren 50 sabores si no consiguen tener un buen chocolate? Eso ocurre en muchos sitios, aquí no. Es un sitio muy recurrido para comprar bombones y pequeños regalos cuando tienes que ir a hacer una visita al hospital o domiciliaria y no sabes que llevar, ellos abren en domingo y festivos. Hace mucho que no entro porque la operación biquini me lo impide, ya tendré un cuerpo 10, ya.
Cristina B.
Tu valoración: 4 Sevilla
La Pradera es una cafetería-pastelería de toda la vida. Cuando era pequeña y me volvían loca las palmeras de chocolate que, maravillosamente, también tiene crema de huevo por dentro, iba siempre a esta pastelería antes de pasarme por casa de mi abuela a que nos contáramos que tal la semana y a comer pastelitos como dos tontas. Cada vez que paso por la puerta compruebo que está exactamente igual que siempre. Yo diría que hasta el que atiende es el de cuando yo era pequeña, pero que no ha cambiado. Como la cafetería. Las paredes de espejos, la pizarra binguera con los precios y el horario de la pastelería y, sobre todo, los muñequitos pequeñitos de personajes de dibujos animados, tipo muñeco del Huevo Kinder en las estanterías de los escaparates.