La Pepona

Buen sitio. La comida está bastante buena y es muy original, en especial la ensaladilla esta buenísima, para mí es una de las mejores que he probado en Sevilla. Desde el primer momento que entramos en la puerta nos atendieron muy amablemente.
El sitio es un poco pequeño, tiene pocas mesas, pero merece la pena intentarlo. La comida no es que sea nada del otro mundo, pero está buena, es original, y los camareros son muy amables.
Sin duda de todo me quedo con el postre… Un coulant de chocolate caliente con helado de vainilla. Delicioso!

La única Pega es que te ponen todos los platos a la vez pero todo esta riquísimo y las croquetas de berza mmmmmm para chutar se los dedos

Estuve hace un tiempo por allí… Un local muy bonito, nos llamó la atención su decoración y ubicación de mesas, nos gustaron mucho las mesas altas. En fin, parecía que pasaría a formar parte de uno de los sitios que visitar con asiduidad. Nos dejamos guiar por el camarero y obviamente probamos las sardinas, su tapa estrella. Sí, unas sardinas increíbles, magníficas, las mejores que he probado, pero eso fue lo único que nos gustó de lo que comimos. No volveremos a ir.

Sevilla, 21 horas del 11 de febrero de 2016. Tres amigos, esperando a otros dos más. Llegamos a La Pepona y la única mesa libre era para 6 comensales. Pues, perfecta para nosotros, pensamos ilusamente. Pedimos educadamente permiso para sentarnos en ella, tomar algo y esperar a nuestros amigos y la camarera, voz en grito y desde detrás de la barra, nos dijo de muy malas maneras que hasta que no estuviera el grupo completo, no podíamos ocupar la mesa, que nos quedáramos de pie en la barra, que ella no podía «perder ese servicio». Es decir, prefirió dejar la mesa para 6 sin ocupar, porque éramos 3 y los otros 2 venían de camino, que prepararnos el servicio y servirnos algo mientras esperábamos. Conclusión: La Pepona no solo se quedó sin 5 servicios anoche, sino que ninguno de los 5 (ni nadie de nuestro entorno cercano ni lejano) volveremos a pisarla jamás. Y, a su vez, cada uno de nosotros contaremos nuestra nefasta experiencia con el personal de la sala, que ni siquiera tuvo la dignidad de salir de detrás de la barra a atendernos. ¿Saben cuál es el efecto que se produce al tirar una piedra al agua? Pues eso, la piedra en el agua es lo que nos ocurrió anoche. Las ondas cada vez mayores son las que se van a producir con nuestra mala experiencia, especialmente en una ciudad tan pequeña como Sevilla y con tantos sitios buenos para ir a comer.

This was our favourite restaurant in Seville. Food was fantastic and the entire restaurant team was warm, welcoming, and knowledgable. So much so, that we went back again a couple days later! The food was great (sardines and a lamb dish first come to mind) and they had a nice wine selection and pairing recommendations as well. We sat at the bar both times and put our toddler in her lobster travel chair that clamped right onto the bar. The food, ambience, prices (could be more given the quality), etc would garner 4 stars hands down, but what pushed it up for me was the fact that the second time we went for dinner, it had started getting very busy toward the end of our meal. As a mom, I’m always paranoid about annoying staff and patrons with a child at a restaurant (we try to be respectful about going to eat when it’s not busy [we were the first people there each time we went], taking her immediately out if she gets fussy or loud, eating quickly, etc.) instinctively I started rushing through and requested the check so we could head out and they could turnover our seats. The staff could tell I was anxious and told me to relax and enjoy the rest of my meal, there was no rush. It seems so small, but I SO appreciated how they didn’t make a big deal of a toddler joining us for dinner and try to rush us through. Definitely recommend this place to anyone and everyone!

De lo mejor en tapas en el centro

He venido en varias ocasiones a este local, pero esta última es de desastre.
Las tapan han cambiado, no es la primera vez que lo hacen, pero en esta ocasión no hay por donde coger la nueva carta.
En atención deja mucho que desear. De estar pendientes de ti, incluso con el local lleno, en esta ocasión ni nos han mirado.
Esto ha cambiado mucho, pero en lugar de mejorar ha empeorado. Si esto sigue así, será otro sitio que para mi pasará a la historia.

Por fin fui a la Pepona!
Animada por las recomendaciones de todos los Unilocalers, el otro día por fin fui con unos amigos a visitar la famosa Pepona.
Y digo por fin porque nunca había conseguido ir con éxito de pillar una mesa en este local tan de moda últimamente. Punto negativo: no aceptan reservas. No, no las aceptan y sinceramente me parece hasta positivo. Es un poco contradictorio pero a pesar de no poder organizarte un poco y quedarte tranquilo de que vas a comer donde quieres y te apetece, también odio los sitios en los que te presionan para que comas más rápido porque tienen que reponer el servicio. Así que bien por los que gusten de comer relajados, mal por los que esperen quedarse tranquilos con el antojo de comer aquí.
La Pepona se encuentra en una zona muy agradable, a espaldas de una de las zonas más transitadas de día de la ciudad, pero donde se respira mucha tranquilidad en su interior.
El local es muy bonito. Solo entrar da muy buen rollo. Local no demasiado grande, pero llevadero. Con espacio entre las mesas para comer cómodamente sin tener que pedir permiso a los de la mesa de atrás. Dispone de mesas bajas y algunas altas al final del local (de cara a la pared…) y también puedes sentarte en la barra. Barra amplia y cómoda, desde donde también se puede ver la cocina y el trasiego de un personal joven y divertido sin parar de sonreir. El secreto del éxito debe ser hacer lo que te gusta… sobre todo en un sector como el de la hostelería… (y llevar esos uniformes tan molones!)
Al haber ido entre semana, el local estaba tranquilo y había muchas mesas libres, pero de buen ambiente. Todas las edades, todos los estilos… variedad de público.
Tengo que señalar que una de las cosas que más me gustó fue la atención recibida por todos los camareros que nos atendieron. Al llegar, el camarero nos pregunta si es nuestra primera vez en el bar, nos explica que han cambiado la carta hace escasas dos semanas, y que si conocemos ya sus plato estrella. Nos hace unas recomendaciones sobre lo que no debemos perdernos, nos comenta lo que tienen fuera de carta y nos orienta en cantidad (me gusta.)
Bebidas.
Solo tienen tirador de Alhambra. Toda la carta de vinos la ofrecen también por copa. Refrescos en botellín de los grandes.
Carta.
Carta amplia, para empezar. Mucha variedad, y bastantes cositas fuera de carta. No disponen de tapas y platos, sino únicamente de platos. Digamos que es una versión nueva de platos tradicionales. Me gustó especialmente que le dieran mucho énfasis a todos los productos andaluces al explicarnos la carta. Tenemos productos maravillosos por el sur!
Pedimos todo para compartir. Todo llegó a una temperatura maravillosa, en una presentación sublime. Me encantó toda la vajilla y la forma de presentar cada uno de los platos, sobre todo el tartar de salchichón.
Las alcachofas al cubo muy ricas, el arroz buenísimo, y las patatas asadas con presa también. Repetiré las alcachofas seguro.
Exceptuando los postres, que a todos nos parecieron un poco cargantes de sabor… Todo muy bueno, aunque he de decir que a mí todo me gustó pero no me maravilló. Me quedé con las ganas de probar muchas cosas, he de decirlo. Así que espero volver y sacar una segunda opinión del local.
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Me gusta repetir porque es un acierto seguro. Tanto la comida, como el servicio y la relación calidad-​precio son excelentes, pero me parece que han cometido un error obligando a todo aquel que se sienta en mesa a pedir platos y no dar la opción de pedir tapas, ya que esto te permite probar una mayor variedad de platos. En mi opinión, es mejor sentarse en barra y así poder degustar más variedad.

This was my favorite tapas place we tired while on a trip through Andalusia. The seafood tastes super fresh and is expertly prepared. The sardines, while a specialty, weren’t my favorite. If you’re not already a sardine lover I would not recommend. The salmonejo more than makes up for the sardine disappointment. They also have a pretty nice list of local and international wines — and many by the glass choices.

La Pepona was our favorite tapas bar in Sevilla, so much that while I dont like doing this, we came back twice! If you take the time to be friendly to the management, you will have a way better experience (what you put in is what you get out!). There are four guys who appear to run the show, and they are very knowledgable, enthusiastic and patient (they speak a little english). I am very picky about staying away for tourist traps (i listen to the language being spoken, avoid popular piazzas, go slightly off the beaten path) and this place went beyond meeting my expectations. We stumbled upon this place, and highly recommend the tapas as they were very reasonable! While I am sure their menu is excellent, we wanted to try everything so did we went with tapas! Did I mention presentation was on point? :)
Here is what we HIGHLY recommend as fans of seafood (not as easy to find in Sevilla as one would think!):
Sardinas maceradas sobre tosta de pande semilla y compota de tomate
(Macerated sardines over toasted bread and tomato compote) 3 €
Tatar de salmon ahumado
Smoked salmon tatar 3.50 €k
Vieira a la gallega
Scallop with potatoes cream and paprika 3.50 €
Salmorejo con pez espada y aceite de sesamo
Salmorejo with swordfish and sesame oil 2.90 €
Enjoy!
Brianna
New jersey

I don’t go back to a restaurant two days in a row, but (as the other diners concur) this is some of the best Tapas in Seville. The famous sardines lived up to their reputation on both occasions, as did the tuna tataki, but for me the standout was pork shoulder seasoned and cured to the appearance of lump charcoal, and served with tiny roasted potatoes — a genuinely good dish. Very excellent wine selection and the most professional service we had in Sevillle, with the staff and owner making sure we understood the nature of the dishes. Nicely mixed clientele and a great location.

Sólo he estado dos veces en La Pepona, y la segunda no debería haber ocurrido. La tercera jamás sucederá. La primera vez salí con hambre, la segunda con fatiga.
La primera vez fui con unos amigos a probar el sitio tras una quedada de twitteros. No voy a negar que la hamburguesa de lubina estuviese buena, estaba de rechupete, pero
excesivamente cara para lo que parecía más un aperitivo que cualquier otro cosa. De hecho el resto de platos eran igual de opíparos (irónico). Nos fuimos de allí tras ese aperitivo a cenar a otro sitio. Comida buena, si, pero excesivamente cara y escasa.
Por uno de estos avatares del destino otro grupo de amigos sugirió meses más tarde cenar allí. No estaba muy de acuerdo pero por desgracia soy de los que dan segundas oportunidades. Pedimos prácticamente casi todo lo que había en la carta en aquel entonces. Demasiado verde y demasiada decoración en los platos, es decir, mucho ruido y pocas nueces. Encima tuve que aguantar las bromas del camarero de que no quisiera beber nada. No bebo cuando no tengo sed y por supuesto no tengo porqué aguantar las impertinencias de nadie. Al final la mezcla de piscolabis varios, la clavada de la cuenta y el toqueteo de gónadas por parte del camarero hizo efecto en mi estómago y aún no sé cómo no acabé vomitando aquella noche.
Sinceramente, el sitio no vale la pena. En la misma zona, en el centro de Sevilla, hay tranquilamente un centenar de sitios que lo superan ampliamente en calidad, en precio y en trato al público.

Excellent, attentive service. English menu available, but server and proprietor (?) both worked to ensure we understood preparations of food choices. The olives were best in Spain, and the artisan bread wonderful. House recommendation of Sardines maceradas were the best we’ve had. So yummy, presented on toasted artisan bread soldiers with a secret layer of flavor under each sardine. The mushrooms were amazing (setas a la cream), very good flavors– even the sprigs of green added both individual and composed flavor to the dish. Definitely creamy, and we made good use of the bread to sop up remains in the serving dish. The Salmorejo was the eclectic version of an Andalusian cold tomato soup with incredible pieces of swordfish on top (husbands top pick of the week) each dish was very different, lightly spiced and flavors that complimented the course. The special of the evening was the Corvina, a delicately cooked best piece of the freshest fish, served over a lightly whipped potato purée with squid ink on a raft of snow peas. I wanted to lick the plate clean. The restaurant filled up fast with a mix of locals and others who made the right choice to try it out this evening. The wine options were obviously a part of the meal for many tables, and they were attended to with humble flourish. Each dish was presented, and genuinely checked on to ensure that we had enjoyed our selections. Great pride of food, honoring the ingredients was apparent. The house digestive was a lovely surprise to end our meal, light with a hint of a lemony Crème de menth flavor. Please make your way to this corner restaurant that stands out in food, flavors and service while you are in Sevilla.

Dos veces he ido, y dos veces que me han convencido. La primera fue en una época complicada como son las Navidades, y la otra hoy.
Resultado: Atención de diez y comida fantástica.
La situación de este bar es envidiable, en pleno centro, cerca de La Campana. En este tiempo se ha convertido en referente en la zona.
1.- El local es amplio y aprovechan al máximo las posibilidades del local, sin llegar a ser agobiante. Cuenta con bastantes mesas y una barra amplia.
2.- El servicio es excelente, con un conocimiento muy bueno del producto y de la carta de vinos.
3.- En cuanto a la comida, por mis gustos, a lo mejor la veo poco variada pero por sabor y contraste es exquisita. Una de las especialidades es las sardinas ahumadas (no dejes de pedirlas). Yo he probado desde migas hasta una coca de carne mechada pasando por unas croquetas de «berza» y un salmorejo con pez espada.
4.- Los postres están muy ricos, el arroz con leche y el ganache.
Buen sitio, buen trato. Seguiremos viniendo.

De menos a más. Es mi experiencia en este local que se ha convertido, por derecho propio, en uno de los gastrobares de referencia de toda Sevilla. Reconozco que las primeras veces no estuve muy convencido, pero a base de repetir, probar y degustar, he acabado cayendo en los encantos de Juanlu y su espectacular cocina.
Normalmente he venido a probar productos del mar: sardinas ahumadas, navajas al curry, croquetas de ortiguillas y atún. Especialmente atún. Qué delicia, en mil maneras: parpatana, tataki, sashimi, tartar… cualquiera de las opciones es recomendable.
Siempre tratan de tener el producto más fresco, renovando la carta constantemente, ofreciendo una gran bodega de vinos y un trato cercano y sin agobios. Sin duda, es un must en toda la ciudad tanto para propios como extraños.

Producto
Las señas de identidad de este negocio creo que son el producto de calidad y la carta muy variada, puedes encontrar un poco de todo en formato tapa, desde unas magníficas sardinas (¿las mejores de la ciudad?) hasta cola de toro pasando por tartar de presa ibérica con manteca colorá o ensaladilla de langostinos y espárragos. Todo exquisito. Es una apuesta segura que lo coloca para mi en el Top 5 de mejores bares de Sevilla.
Precio
El precio medio de la tapa son 4 euros, algunas un poco menos, otras un poco más. En mi opinión vale cada céntimo que pagas, precio muy justo. Alta calidad y buena cantidad (para que coman bien dos personas de cada tapa).
Local
Bien situado en pleno centro, en la calle Orfila ya haciendo esquina con la Plaza de San Andrés. Está decorado mezclando con gusto el estilo clásico de las tabernas con los detalles de un local del siglo XXI. Suele estar lleno de guiris.
Servicio
Te atienden rápido y con atención, explicándote las tapas, sacan los pedidos de la cocina con velocidad, con sentido (en el orden que deben ir) y sin cometer errores.

This place is wonderful. Huge selection of Spanish wine, and incredible knowledge to match. My girlfriend and I missed out on a bodega tour in Jerez, but the man at the bar (owner, I believe) gave us an incredible introduction to Spanish sherry. Despite being total foreigners, we felt completely at home. Tapas were inventive and delicious — the house specials include macerated sardines and mushroom-​stuffed artichoke — and the atmosphere was intimate and refined. Highly recommended!

Claroscuro. Quizás un poco pretencioso lo que hace que algunos platos resulten sorprendentes y exquisitos y otros decepcionen.
Las mesas tenían caquita acumulada en las rendijas y ese pequeño detalle le hace perder muchos puntos. No todo es la comida.
El ambiente es también un poco agobiante. Las mesas están demasiado cerca.

Uno de los gastrobares que tenía muchas ganas de visitar, tras las buenas críticas leídas, entre ellas las del gran Juan B., era la Pepona, y ciertamente cumplió las expectativas
Localización y ambiente
El local, situado en pleno centro de Sevilla tiene una decoración muy interesante, con madera y pizarra. Dispone de unas ocho o diez mesas, así como algunas mesas altas, casi siempre abarrotadas. En esta ocasión llegué sobre las 9 de la noche de un viernes y ya estaba casi lleno, estando solo libres algunas mesas altas. Desconozco si puede reservarse mesa, pero sería muy recomendable. Un aspecto a mejorar es que, dada la gran afluencia de público y que no existe una zona de espera confortable para los clientes que esperan mesas, en ocasiones se torna algo incómodo para los camareros, así como resulta difícil el poder contactarlos por parte de los clientes. Puntuación 4.0
Cocina
La carta es relativamente pequeña, pero variada, y con muchas cosas interesantes, lo que hará, sin duda, que vuelva a este lugar ya que solo tuve ocasión de probar algunos de los platos. Los dividen en categorías: empezar, degustar, disfrutar y el mejor final… original. Asimismo disponen de diversas sugerencias fuera de carta.
Como no podía ser de otro modo tras los comentarios leídos, empecé probando las famosas sardinas maceradas con compota de tomate que, debo decir, hacen honor a la fama que les preceden, pues están riquísimas… nadie debería perdérselas… es un gran MUST de este lugar. Continuamos con el Ragout de toro de lidia, servido en un cuenco con una salsa a base de setas y espuma de patata… un sabor potente que me encantó… estaba delicioso. Y para finalizar tomamos el Cuello de cabrito malagueño con cous cous, yogur y yerbabuena… aquí la aceptación no fue tan alta… la carne de cabrito es muy intensa y quizás le hubiera venido mejor un acompañamiento más ligero que el cous cous.
Asimismo, gracias a la amabilidad de mis compañeros, también pude probar el Bacalao frito con pil pil y alcachofa, que aun estando bueno carecía algo de sabor y un lomo de vaca gallega a la plancha (se había acabado el lomo de retinto que era nuestro objetivo), que no estaba todo lo tierno que hubiera deseado.
En esta ocasión no pude acabar con «el mejor final» porque estaba ciertamente lleno, pero quedará para otra ocasión, así como otros platos de la carta que me hubiera gustado probar como la coca de atún mechado y huevas de pez volador, el steak tartar de presa ibérica, la crema de queso payoyo con oloroso o la codorniz escabechada.
Por otra parte, en todos los casos la presentación de los platos fue excelente. Lo que unido a la gran cocina, hace que la puntuación sea 5.0
Bebidas
La cerveza que sirven no es cruzcampo, creo recordar que era Estrella de Galicia. No obstante, si te gusta el vino, no será algo que recuerdes ya que disponen de una amplísima selección de vinos por copas o medias copas (un acierto para poder probar más), que harán la delicia de todo amante del vino. Entre ellos, muchos andaluces, lo cual me parece todo un acierto, ya que existen grandísimos vinos en la región, muchas veces muy poco conocidos. Otro punto a favor es que sabes exactamente la cantidad que van a servirte. Puntuación 5.0
Servicio
Del servicio hay que destacar en primer lugar que nos sirvieron un pequeño aperitivo de bienvenida, muy rico, a base de espuma de bacalao y pimiento rojo, con el que ya me ganaron. Eso hizo que no me molestase tanto el tiempo que por lo general tardaron en traer las cosas, sobre todo las bebidas, dado que estaban algo desbordados por la alta ocupación. Si bien la comida no me importa que pueda tardar un poco más en venir, me gusta que no tarden mucho en servir la bebida, y en este caso el tiempo fue excesivo. Otro punto a su favor, y también compensa la puntuación, es que para terminar nos sirvieron unos chupitos de orujo que según nos comentaron traían de Galicia y terminaban de aderezar ellos que estaba muy rico, dejándonos la botella para servirnos cuanto quisiéramos. Por todo ello, puntúo con 3.5
Precio
Los precios de las tapas, si bien son variados, casi todos están entre 3,60 y 4,90 euros. Me parece un precio adecuado para la cantidad y calidad que tenían en general las mismas. En cambio, el precio de los vinos sí me pareció un poco elevado para el precio de venta que tienen muchos de ellos. Puntuación 4.0
En definitiva, desde mi punto de vista, un sitio excelente para compartir una buena mesa y al que espero volver pronto. Puntuación global, 4.5.

Sleek modern open bar with delicious and innovative tapas. I fell in love with the very lightly grilled, barely cooked giant prawns which were just luscious and perfectly seasoned. The pork tartare with crispy chicaronnes and a fried egg was fresh, tender, and delicious. Tuna toasts with roe were well flavored and a great starter. The stewed bull was tender and served with a creamy sauce. This place was great. I’d highly recommend it for a nice lunch or dinner.

#LunesDeReseña
Llevaba tiempo queriendo reseñar este… iba a decir bar o restaurante pero realmente debería decir este paraíso de la tapa. Un local que ha autoimpuesto su ley en la zona, una ley basada en la calidad y el sabor por bandera, un claro ejemplo de la alta cocina al alcance de todos o casi todos, el apellido gourmet se le queda chico. Innovación y un exquisito trato a la materia prima son las señas de identidad de La Pepona.
Basándome en un pequeño juego de preguntas y respuestas voy a intentar sacarle todo el jugo posible a esta complejo espacio gastronómico a través de esta reseña.
¿Dónde se encuentra?
Para mí la ubicación de un local es bastante importante, aunque por supuesto no tanto como la calidad de su cocina. La Pepona tiene una ubicación privilegiada, en pleno centro de Sevilla, en la calle Orfila, a un paso de La Campana y a medio paso de la Plaza del Duque. Un lugar perfecto para acudir a pie, dando un cómodo paseo por el centro o al que acudir tras una dura jornada de compras, quizá por ponerle un pero es que aparcamiento hay más bien poquito pero bueno, siempre puede dejar el coche en cualquier parking de los alrededores como el de lo grandes almacenes de la plaza.
¿Con quién ir?
Hay restaurantes algo snobs, otros se muestran su encanto típico tabernero, los hay donde la elegancia ha de ser imprescindible y donde te mirarían mal si vas con camisa. Nada de esto te pasará en La Pepona, es un lugar cool, sí, lo es, pero no tiene una estética claramente diferenciadora, todos los públicos se sentirán cómodos. Ideal para ir con tu pareja a disfrutar de una buena comida, tan ideal como ir con un grupo de amigos y charla animosamente mientras se degustan algunas delicias gastronómicas.
¿Cómo es el local?
Es un local pequeñito en el que habitan las mesitas altas y bajas. Siempre suelo preferir mesas bajas pero lo cierto es que las altas de La Pepona son bastante cómodas. La estética es bastante elaborada sin pretender serlo, tiene un estilo que se asemeja al de una fábrica, o al de un loft que bien podría estar ubicado en Manhattan. Muy agradable a la vista sin distraer de lo realmente importante, la comida.
¿Qué comer?
Llegamos a la verdadera pregunta, y tan solo hay una respuesta válida: TODO. En La Pepona debes comer absolutamente todo ya que dudo que haya algo que no esté bueno, estoy seguro que elijas lo que elijas acertarás. Son los típicos platos en los que puedes demostrar tus dotes como fotógrafo gastronómico ya que su presentación es muy cuidada, parecen auténticos cuadros. Pero si la presentación alimenta, cuando pruebas estas delicias comprendes que ir a La Pepona ha sido una buena opción. La variedad de sabores es bastante amplia, realizan mezclas curiosas y muy elaboradas con el objetivo de despertar en el cliente una sensación gustativa sorprendente.
Difícilmente se pueda recomendar tan solo un plato, pero creo que por encima de todo están sus famosas sardinas maceradas sobre una tosta y coronadas con tomate cherry, en serio, no tienen rival. También merece especial mención su ragout de toro de lidia y su atún marinado, simplemente excepcional.
Las sardinas tenéis que probarlas sí o sí, el resto simplemente podéis dejar que os recomiende el servicio o elegir en función de lo atractivo que os parezca el nombre.
¿Cuánto dinero llevar?
Esto es una pregunta ciertamente compleja. Lo correcto sería decir que La Pepona no es un sitio barato, no, no lo es, pero tampoco ofrecen comida barata. Soy de los que piensan que la calidad se paga, ojo! no es especialmente caro y tampoco es un sitio al que ir para llenarte el estómago, es un sitio al que ir para disfrutar de la comida y no echarte en la boca lo primero que pilles. No os asustéis, son precios muy razonables para lo que ofrecen, al alcance de casi todos los bolsillos que salgan a comer de forma más o menos habitual por los bares.
¿Qué tal tu experiencia?
Creo que esta es una de las mejores preguntas, fotos podrás encontrarte en varios sitios, y su carta es posible que la tengas al alcance pero te ofrezco mi experiencia como cliente y eso solo lo encontrarás aquí. Desde que entras en el local hasta que sales del mismo la experiencia es plenamente satisfactoria, con una nota de sobresaliente tanto por el trato recibido como por la comida. Superó mis expectativas, y me generó ganas de regresar. Era justo lo que andaba buscando, no llegaba con excesiva hambre y quería una carta que me sorprendiera, original y con una comida de calidad, todo esto me lo dio La Pepona con un servicio de camareros magnífico y un local muy agradable.
¿Algún consejo?
Por supuesto, no soy quién para darlos pero me permito el lujo de decirte que no te vayas sin probar las sardinas y que si te gusta experimentar nuevos sabores y disfrutar con la gastronomía, La Pepona es uno de los lugares a los que debes ir.

The best tapas we’ve had in Seville! The restaurant is intimate, with about 15 tables and a bar where you can also sit and eat. We were here on a Thursday night and it became crowded after 22h. The kitchen is open and it is great entertainment to watch the two chefs prepare the wonderful tasting and innovative tapas. Prices are more then reasonable. Despite the great food we’ve had here, the maximum they get is 4 stars. This is because the staff is not very good in English and after the place get crowded, there attention tends to be more towards the locals then guests who are not fluent in Spanish. All in all a great little place in the center of Seville.

Volver a la Pepona y darme cuenta que han quitado algunas de las mejores tapas que hicieron famoso al establecimiento en su inauguración (solo han mantenido las sardinas gracias a dios, pero el maravilloso ajoblanco con ceviche ha sido eliminado) me da muy mala espina… Veo el mismo proceso que tuvo lugar con el antiguo Pacatar, situado en el mismo local y regentado por alguno de los socios actuales de la Pepona. No sé, yo la carta la vi más pobre, con menos contenido, menos original. Espero que solo sean mis temores y que no sea una realidad cercana ver el ocaso de este establecimiento tal como ocurrió con Pacatar.
De la nueva carta probé dos tapas que no me arrebataron, eso sí las sardinas siguen estando muy buenas.
Estaré pendiente de su evolución.

He iniciado mi experiencia en La Pepona de manera privilegiada, es decir, con 4 Unilocalers de renombre, y no me pudo ir mejor. Como nos comentó el encargado, hace poco han renovado la carta, en un intento de desmarcarse de la «moda» de la competencia (minihamburguesas, risotto, etc) y han optado por una cocina más mediterranea y tradicional. No probé la comida que ofrecían antes, pero tengo que decir que, la de ahora, es francamente excelente. Pero no olvidemos el contexto, el cual valoro casi de la misma forma que la comida.
La Pepona abre sus puertas en una zona que me encanta, la de la Encarnación, concretamente en la calle Orfila. Tiene muy cerca a Lupulópolis, la Cacharrería… ofrece combinaciones muy numerosas e interesantes y, por qué no decirlo, muy « Unilocal».
La atención es lo que más me ha llamado de este bar, correcta pero cercana. Como ejemplo, la tapa de atún mechado con huevas de pez volador (que, por cierto, fue una invitación del encargado) nos explicaron que el plato estaba inspirado en un bocata que le hacía su madre de pequeño. Parecen detalles pequeños pero son las cosas que hacen que se venga abajo la barrera entre el camarero y el cliente, sin entrar en un colegueo exagerado. Todas las tapas venían con su correspondiente explicación.
Al ir con tantos comensales, tuve ocasión de probar muchos platos, así que solo destacaré algunos. Por supuesto las sardinas maceradas, que vienen 3 unidades por tapa, es un auténtico bocado al mar, es la especialidad de la casa y lo recomiendo a todo el que lea esta reseña y no lo haya probado. El atún mechado que he comentado antes, también me sorprendió de lo bueno que estaba, pero bajo mi criterio, el primer premio se lo llevó el ragout de toro de lidia, una tapa de carne de toro deshuesada, tierna y con una salsa increíble que incluía queso, simplemente excepcional.

#LunesdeReseña
Animada por la obsesión casi enfermiza ;) que algunos de los Unilocalers con más experiencia de Sevilla mostraban por las sardinas de este sitio, me animé a probar este bar para una cena con amigos y… vaya acierto! Desde aquel día, lo he vuelto a visitar un par de veces por lo que creo que ya tengo suficiente experiencia como para poder hacer una reseña en condiciones. :)
Empecemos por el principio… el local se encuentra en la Calle Orfila esquina con Javier Lasso de la Vega y tiene una decoración rústico-​moderna de la que a mí me gusta. La mayor parte del bar está ocupada por mesas aunque también tiene algunas mesas altas y espacio en la barra en la que se puede comer si no has tenido suerte de encontrar una mesa libre.
Respecto a la comida, en su carta ofrecen una versión renovada de la cocina tradicional. Además de las ya mencionadas sardinas maceradas (muy recomendables), ofrecen platos clásicos con un toque moderno como las croquetas de puchero, que me encantaron, y los huevos pa’ romper que vienen presentados en una pequeña sartén. También podemos encontrar otros platos más innovadores como la hamburguesa de lubina con pan de algas o el salmorejo de remolacha servido en copa de cóctel !!. Una de las veces que he ido he podido probar también el chuletón de Ávila (fuera de carta) y tengo que decir que me encantó tanto el chuletón (muy blandito y en su punto) como la salsa de mojo que le ponen de acompañamiento (super sabrosa!).
Además de la buena calidad de la comida, el bar tiene otra ventaja y es que se puede copear en toda su carta de vinos (muy interesante, por cierto) permitiendo así tener mayor elección que en otros restaurantes.
Por último, me gustaría destacar también la calidad del servicio ya que los camareros siempre están atentos para ver si te hace falta algo o te pueden retirar platos vacios de la mesa.
Como nota negativa, señalar que desgraciadamente no es posible hacer reservas por lo que si quieres coger mesa te aconsejo llegar tempranito o ser muy paciente!

He optado por editar mi comentario de Febrero y hablar ya como todo un adepto, fiel de sus sardinas maceradas y alguno de sus más de cincuenta vinos en copa, pocos locales pueden ofrecer lo mismo.
La primera impresión, muy positiva, por su ambientación y distribución de espacios. En segundo lugar, esa sonrisa acompañada de un hola nada más cruzar la puerta, señal de profesionalidad/​formación hostelera. De aquí, comentar que tras varias averiguaciones, es extraordinario su servicio, ya que la parte creativa en la cocina y quien regenta, Juanlu, trabajaban en el restaurante Binomio, que tan buenas críticas de diferentes medios premiaban en su hacer. Cambiaron ubicación y modelo, todo un éxito.
Momento de recrearse en sus tapas. Hablar de las sardinas maceradas como el lechón asado a baja temperatura con migas de pastor, unos clásicos siempre que vamos; rico también el steak tartar de buey, canelones ibéricos y chipirones encebollados. Introducen nuevas tapas como nachos de camarones a las tres salsas (chipotle, muselina de ajos y guacamole) y algunas muy tradicionales, pendientes de probar mejor en mediodía, como el tatín de patata con morcilla y pulpo, o un ajoblanco.
En cuanto a sus postres, de elaboración propia, decir que son el fin de fiesta perfecto, tanto en ejecución como en sabor y medida. Probamos un arroz con leche muy logrado, similar al auténtico asturiano, al igual que el chocolate con picatostes y aceite de oliva.
El pan de hogaza, espectacular.

La Pepona es un rinconcito agradable, siempre lleno y con un servicio muy educado y profesional. Alguien me comentó que parecían recién salidos de la escuela de hostelería y la verdad es que tanto por la comida elaborada, como por el servicio de camareros, podría ser cierto.
La carta es algo extensa, con precios y platos para todos los gustos. Sin embargo, en mi elección no tuve suerte del todo, pues el timbal de pulpo con patata estaba algo soso, el pulpo algo duro y no me entusiasmó. Lo compensó los huevos pá romper, que merecián mucho la pena.
De todas formas, habrá que repetir y seguir probando la carta para ver si son tan buenos como parecen.