La Oca Gourmet

Esta tienda la única pega que tiene es su dependiente que es un pelín sieso.
Esta justo en frente de una de las puertas del Mercado de Triana, por lo que algunos sábados cuando voy a la compra aprovecho para darme algún pequeño capricho. La tienda es de delicatessen y puedes encontrar desde repostería y quiches a quesos e incluso foie. Foie es principalmente lo que he comprado en esta tienda para tomarlo con mermelada de arándanos que me gusta mucho y que también puedes adquirir allí.
Como son productos de distribución restringida y algunos son difíciles de encontrar los precios son acordes a lo que compras.
La tienda no es demasiado grande, pero está llena de pequeños placeres por descubrir. Tiene dos mesitas para que te tomes allí los «petiscos» fríos, o el dulce. Yo como el tío no me entró por el ojo, compro lo que necesito y me piro.

mmmmmm!!! A todo!!! es que «mesease» la boca agua nada más pensar en este sitio.
Qué maravilla de despensa!!! de Todo, patés de diferente tipo, sabores y países. Quesos, bebidas… Su bollería.ains esos «cruasanes»!!. Fríos, calientes, solos o con mermelada.
No se puede considerar ni un bar ni una tienda, es una especie de híbrido. Ya que puedes ir allí y hacer la pequeña compra que necesites para esa comida/​cena especial o incluso comprar lo que te apetezca y consumirlo allí mismo. Puedes quedarte dentro o fuera hay dos mesitas altas.
Yo he ido dos veces y las dos veces a merendar, jarl!! que rico que rico!
Por favor, a los amantes de la mermelada y las confituras, comprad/​probad la de cebolla, no se puede describir, pero es toda una experiencia de sabor.

Conocí este negocio por casualidad.
Un día con mi madre, de compras por la plaza de Abastos de Triana divisé un pequeño negocio con unas vitrinas con patés y cruasanes… «Ummmm ¡Que interesante!!» pensé. Tengo que probar. Entonces fue cuando me aficcioné a sus productos.
Luego, al tiempo, se trasladaron a la calle san Jorge, a un local fuera del mercado, lógico, el mercado tiene un horario limitado y cierra los domingos… y, a mi parecer el cambio fue a mejor.
Pusieron unas mesitas altas con taburetes a modo de velador y ofrecen los patés, vinos y botellines, junto con café y bollería francesa para tomarlos allí si así lo deseas.
Es un gustazo parar al solito a tomar un buen vinito junto con un buen paté justo cuando vas de vuelta a casa después de comprar en el mercado, o cualquier domingo mientras ves la gente pasar y el ambiente del barrio.
En otras ocasiones (la mayoría) he comprado los patés para llevar a casa. A mi padre y mis herman@s les encanta, y la bollería no hace ni falta decirlo. Solo he podido encontrar esos cruasanes allí.
Se que si quieres puedes llamar por teléfono y encargárselos para el día y hora que quieras, porque es frecuente llegar y que ya no quede ni una migajita. Mi hermana lo hace con cierta frecuencia y lo lleva a las reuniones del trabajo.
Lo definiría como «Un rinconcito francés en el barrio de Triana».

Me gusta que existan sitios como este en mi barrio. Una apuesta por el buen gusto, por la calidad, por ciertos productos exquisitos que no se encuentran en todos lados.
«Allí venden los mejores „croisán“ (cruasanes para la RAE) que puedas probar», me dijeron un día. Y allí que fui yo, como es obvio, quien me conoce sabe que pocas recomendaciones de este tipo me salto a la torera.
La verdad es que los «tíos» están buenos, auténtica bollería francesa. ¡Qué finura! ¡Qué delicia! Pero lo peor no es tener localizado el lugar donde comprar estos destructores de la línea, lo peor es que también venden otros productos delicatessen como quesos, patés (os recomiendo el de setas, ¡es que tenéis que probarlo!) a los que es difícil resistirse. Y mientras decides qué te vas a llevar, te puedes tomar un vino francés sentado en la barra de este encantador local, será como hacer una pequeña escapada a París… sin moverte de Triana. ¿Tienes un plan mejor?