La Niña Bonita

Ya sabemos que Txema sabe mucho de Sevilla… y ahora podemos decir que recomendando sitios no tiene precio. La carta de la Niña Bonita tiene lo mejor del Bar Antojo y el Nikkei, así que puedes hacer un mix brutal.
Nosotros tiramos de Alhambras y raciones. Montaditos de princá, flamenquines, croquetas y sobre todo, un lugar slow. No estaba especialmente lleno y me atrevo a decir que prefieren rechazar un grupo a tenerles malamente (nosotros éramos muchos y la verdad es que nos estaban muy seguros de sentarnos todos).
Muy recomendable, me lo apunto.

Éste ha sido un gran descubrimiento para tomar tapas en Sevilla. Es de los dueños de Bar Antojo y Nikkei, así que la carta de presentación no podía ser mejor.
Aunque se trata de una pequeña abacería, tienen mucho más que sólo embutidos y quesos. Pero los que tienen están muy ricos!
Te ofrecen pedir de la carta de los vecinos Nikkei y Antojo y eso lo hace estupendo. Probamos unas croquetas impresionantes, unos montaditos de pringá con un toque distinto y unos flamenquines de rechupete. Ah, y no te olvides de probar el plato especial que tienen de rabo de toro con bechamel. Es un must!
Me quedé con ganas de probar los postres así que tendré que volver :-)

Hoy descubrí este sitio y me llevé una grata sorpresa.
La calle Calatrava siempre me recordará a mis años de instituto en la calle Fresa.
Esta abacería, antiguo Ultramarinos de barrio, se sitúa a comienzo de calatrava (un poco más adelante que Antojo, en la acera de enfrente) y es una abacería un poco más modernita de lo que tenemos en mente.
Gran variedad de vinos, aunque a mi no me gusta ninguno. Tiene también variedad de cervezas artesanas, probé la Mayo, sevillana, un poco fuerte para mi gusto pero estaba muy buena.
Soy un fanático de los quesos y de las chacinas (las especialidades de una abacería) así que pedí una tabla de variados. Dentro de la tabla a destacar el chicharrón de Cádiz y sobretodo, un queso al pesto que estaba espectacular.
No sé si es normal ó si era por ser hoy domingo y estar Antojo y Nikkei (bares de la misma familia) llenos, se podía pedir de la carta de ambos bares.
Muy recomendada esta abacería.

HORRIBLE!!! comimos y cuando nos dimos cuenta de uno de los adornos salían gusanos, gusanos k caían desde el techo, cayeron en nuestros platos y en el brazo del bebe que llevaban nuestros amigos… lo dijimos al camarero y la única solución que nos dio fue invitarnos a un sorbete para los cuatro, no montamos mucho jaleo por vergüenza…ningun encargado nos dijo nada… y al pasar de nuevo a las dos horas, seguian los adornos puestos…

Me gusta mucho este sitio, y desde que decidieron ofrecer la comida de sus otros restaurantes, mejor. Tienen una buena oferta de vinos y saben muy bien como recomendarte, además tienen chacinas de gran calidad y variedad, que para una conversación entretenida con un vino bien asesorado, viene genial.
La última vez probé varias tapas, de los distintos restaurantes y ni una fallaba, todas estaban riquísimas, la pena es que para terminar mis compañeros de reunión pidieron unos quesos que me quedé sin saborear, que ya no podía más, pero en la próxima lo soluciono.
Insisto que os dejéis asesorar por los camareros, también hay cosas fuera de carta, y vienen de unos cocineros con mucho recorrido, por lo que está asegurada la calidad y el sabor.
¡ UnilocalCOMENDADO!

De los dueños del Nikkei bar y del bar Antojo, está pequeña abacería con encanto destaca por su variedad de quesos.
En La Niña Bonita lo tengo claro: un buen tinto, chicharrones y queso.
La camarera te orienta y te explica los tipos de quesos que tienen.

La Niña Bonita ocupa una esquina de la calle Calatrava con la calle Reposo, muy cerca de Barqueta. Llevaba años pasando muy a menudo por esa esquina cuando aún era una pequeña tienda de ultramarinos que la verdad, daba penita verla tan vacía y triste.
Ahora en esa esquina hay un local lleno de vida con una decoración muy peculiar y una camarera muy simpática. La variedad de tapas ha aumentado desde su apertura, lo que siempre se agradece, pero el punto fuerte de este local son sus vinos y sus cervezas, por lo que es usual que esté abarrotado, sobre todo si vas a horas punta.
También tienes la opción de que mientras esperas mesa en Antojo, que está enfrente, puedes tomarme algo allí mientras y te avisan cuando tu mesa está lista. Su encanto la ha convertido en el poco tiempo que lleva abierta en una de los imprescindibles de la zona de la Alameda de Hércules.

Siempre me ha resultado muy entrañable escuchar a extranjeros hablando español con un acento propio de la península, así que cuando este italiano se acercó a preguntarnos qué queríamos, me enamoré perdidamente de su español con acento italiano con acento de Sevilla. No me enamoré más, sin embargo, que del sitio en el que trabajaba: una preciosa abacería con una decente carta de vinos en la que además puedes picar algo o, directamente, hacerte con una de las conservas que decoran la estancia, que se complementa con unas preciosas lámparas-​botella y unos enormes bidones que hacen las veces de mesas.

Le tengo mucho cariño a este sitio porque cuando me vine a vivir a la Alameda, y antes de convertirse en La Niña Bonita, este precioso local albergaba una antigua tienda de ultramarinos de las de toda la vida, que me encantaba y cuyo sabor añejo permanece aún entre sus paredes.
Esta pequeña abacería es, sin duda, la «niña bonita» del grupo al que pertenece, propietario de los cercanos Antojo y Nikkei, ambos excelentes opciones por la zona, y ambos a escasos metros de donde nos encontramos.
Te encantará si, como yo, disfrutas de una copa de vino acompañada de quesos o chacinas, a cada variedad más exquisita. Su enorme éxito, del cual me alegro enormemente y que ha provocado la supresión de la vitrina que tenía con productos para la venta directa y su sustitución por más espacio para los comensales, hace que en horas punta y fines de semana se complique conseguir un huequecito. No obstante, si vais sin prisas, no os asustéis si está lleno, entrad y dejaos aconsejar por su encantadora encargada, que os ayudará a disfrutar de una de las experiencias más agradables que se pueden vivir por la zona.
No os arrepentiréis ;)

Sin duda, uno de los grandes descubrimientos de la nueva etapa que está viviendo la Alameda en los últimos años.
Se trata de un local coqueto, pequeño y con decoración «a lo vintage» que casa muy bien con la filosofía de cercanía y amable de sus empleados y camareros.
Para tomar vinos, unos quesitos y, recién incorporadas, unas tapas rápidas es un sitio estupendo. Disponen de una carta de vinos estupenda y de una variedad de quesos siempre nuevos además de la carta habitual.
Sus precios no son elevados y, para compartir un rato en buena compañía en un ambiente calmado, es perfecto.

Una abacería que aún conserva mostrador de aluminio ¡bien limpito! y mueblería-​estantería con ese toque antiguo que tanto me gusta… me recuerda a negocio que mis tío tenían en un pueblecito de Zamora, tan alejado, o a las tradicionales tiendas que habían en las aldeas un poco grandes de Galicia (un poco más lejos aún).
Es un espacio dedicado a la degustación de sus vinos y su chacinería –la carne mechada está requetebuena-​. Un sito en el que el trato es genial, fresquito y de decoración que tira del reciclaje y la nueva ola de lo retro que tan buenos resultados está dando últimamente (supongo que hasta que se pase de moda).

He estado pro primera vez esta Semana Santa en la Niña Bonita, y sinceramente, creo que cuando vuelva a Sevilla volveré a tomarme un vino en este sitio.
El bar/​abacería está bastante bien ambientado, la camarera me comentó que el mobiliario era de 1920, supongo que traído de otro local porque se veía como adaptado!
Pedimos vino, yo del Campo de Borja (aragonés) y mis amigos se decidieron por un dulce y otro blanco tipo moscato. Como ya se acercaba la hora de comer, pedimos una tapa de carne mechada que estaba bien bien buena. La verdad es que me quedé con ganas de una tabla de quesos (tenían bastante variedad, al igual que chcinas), pero al final se nos echó el tiempo encima y cruzamos la calle para ir al Nikkei a volver a disfrutar de su ceviche.
Un local ciertamente agradable

Recomiendo esta abaceria que es acogedora, con una atención cuidada y donde se pueden tomar tapas frias exquisitas y a buen precio.
No dejeis de probar su estupenda carne mechada y el queso con mermelada de naranja.
Fuimos dos y quisimos probar dos tapas distintas porque son grandes y nos propusieron poner mitad y mitad así que con dos tapas pudimos probar cuatro.
Tienen buenos vinos para degustar y acompañar su sugerente carta.

No sabría decir qué me gustó más de este lugar: su ambientación, mobiliario, música, la amabilidad del personal o sus productos. Si un día tienes ganas de tomar unos vinos tranquilamente, acompañados de buenas chacinas… ¡este es tu sitio!

«la niña bonita» completa la lista de abacerias locales con un trato exquisito, ademas, por supuesto, de una buena carta de vinos que podemos acompañar de un estupendo queso de cabra o una muy recomendable carne mechada.