La Colchona

Este es uno de mis sitios favoritos en Sevilla para comprar dulces navideños. Es de una de las marcas de polvorones más antiguas y con más tradición de Estepa.
La tienda solo abre en temporada de dulces navideños y se suele llenar sobre todo en los días previos a las celebraciones. Tienen un surtido bastante amplio de productos artesanales que van desde los clásicos surtidos hasta los productos a granel por peso.
Mis favoritos son, sin ninguna duda, los roscos de vino y las hojaldradas aunque ninguna de las cosas que he probado me ha disgustado.
Por ultimo mencionar que los precios son bastante ajustados y que disponen de algunas cajas de regalo muy bien preparadas.

Creo que fui de los primeros en comprarle mantecados en esta tienda, lleva abierta solo algunas semanas, me lleve toda la semana viendo como la montaban, ya cuando pusieron el cartel supe que era la misma tienda que estuvo el año pasado en otro local de la misma calle cuna, no se si esta vez la han abierto solo para las Navidades.
Los mantecados, polvorones y dulces de Navidad, están elaborados en Estepa, me dijo la chica de la tienda que es la marca mas antigua de estepa
La verdad que la imagen de la marca es un cuadro de esta señora vestida de la época, de hace mas de siglo y medio, que da un poco de miedo
Bueno pues compre unos mantecados de almendra, que son junto con el turrón de chocolate lo que mas me gusta de los dulces de Navidad, aunque solo me los como en esta época, en Navidad ni los pruebo.
De todas maneras dentro de unas semanas volveré a comprar una gran variedad para mi padre y mi madre, que les encanta.

Un poquito de historia del mantecado y polvorón navideño. Yo que soy un fan de los polvorones, y en general cualquier dulce navideño os voy a contar un poco quien era La Colchona, mujer gracias a la cual hoy podemos degustar unos de los mejores alfajores que he comido. La Colchona era Micaela Ruiz Téllez, una mujer de principios del XIX de Estepa, que estando casada con un viajante que hacia la ruta Estepa– Córdoba empezó a vender los mantecados que ella elaboraba aprovechando los viajes de su marido.
Creo que es la quinta generación la que lleva ahora el negocio, con una línea artesanal de productos mucho más diversos y un poco alejada de los mantecados de manteca de matanza que hacia su antecesora, y se han instalado en la calle Cuna abriendo un despacho que por lo que tengo entendido estará abierto durante el último trimestre del año.
Me he llegado a comprar unas hojaldradas y unos alfajores que son los productos que mas me gustan de esta casa. El resto de los productos también son de una calidad excelente, pero estos son sencillamente mi perdición.

Yo no soy nada pero que nada de dulces navideños, bueno no lo era hasta conocer La Colchona. El año pasado me hablaron de esta fábrica artesanal estepeña y yo antojada en ir a Estepa y mi marido, «pero ¿estás loca? Eso está muy lejos, ¿ir allí solo para comprar mantecados?, deja, deja…». Y yo triste, pero resignada que me quedé.
Pero mi suerte cambió y un día, paseando por la calle Cuna, encontré un cartel grande, ¿pero qué ven mis ojos?, «La Colchona», me los froté, traté de contener la emoción para que no me fallaran las piernas (bueno esto no es verdad pero ¿a que le da emoción al relato? ;-) y dentro que me colé.
Me sorprendió un negocio decorado con un gusto exquisito (empezábamos bien), tenían a disposición de los clientes unos bidoncitos con un vino dulce buenísimo y vasitos para que te echaras lo que quisieras. Este año han cambiado de local y parece que los recortes también les han llegado, ya que quien se acerque no encontrará ni el vino ni la decoración, aunque lo que sí sigue es que las dependientas son muy amables, te ofrecen los productos para probar y te informan sobre todo lo que necesitas… Y os aseguro que todo está buenísimo, su sabor es muy fino, nada que ver con los industriales. Lo mejor: las hojaldrinas rellenas de chocolate, los roscos de vino, los de aceite de oliva…
Después de conocer estos productos nunca más volveré a decir que no me van los dulces navideños. Ah, y lo más previsible de la historia es que, a pesar de haber localizado esta sede, andaba yo buscando otra fábrica más y mi marido accedió a ir a Estepa… Si al final llevaba razón aquella chirigota «lo que diga mi mujé» ;-)