La Albariza

Restaurante donde el servicio es normal, no así los productos, que son excelentes de calidad, en la puerta se pone el dueño y es el que por decirlo de alguna manera te selecciona, para entrar o no, yo suelo ir por feria y esta siempre llenó.
Eso si los precios caros, los productos son excelentes, precio calidad excesivo

Un insulto a la inteligencia, un fraude. Platos escasos y caros, sin una calidad destacable. El camarero con una «malagrasia» sevillana que echa para atrás. Nunca volveré y no recomiendo a nadie que vaya.

Calidad alta a precios altos, por eso no recomiendo frecuentar este sitio a menudo, eso sí, para un «de vez en cuando», acercarte por la Albariza es acertar de pleno, por su ubicación, por el trato que te dan, y por la extrema calidad de sus productos. Aunque todo hay que decirlo, sus precios elevados se deben a que en este local no sirven tapas, únicamente raciones y en algunos casos –los menos-​, medias raciones.
Parece una casa de campo en plena ribera del Guadalquivir, y esa mezcla me gusta porque me recuerda a mi tierra sanluqueña que tan bien sabe conjugar ambas cosas: el campo y el mar. Su interior está lleno de barriles sobre los que podemos apoyarnos, y si queremos algo más formal, tienen una zona habilitada con mesas y sillas.
Tiene grandes ventanales desde los que podemos observar el río –precioso cuando se ilumina de noche– y a todos los paseantes de la zona que no son pocos. De su menú destacar las coquinas al Jerez, sus guisos caseros y sus huevas a la plancha que están de auténtica categoría.
Si quieren pasar un rato especial porque la ocasión así lo merezca, no lo duden, La Albariza es un sitio indicado para ello.

Si buscas un sitio con clase tu elección es La Albariza.
Bar-​Restaurante donde en Semana Santa, Feria de Sevilla y otros eventos, puedes encontrar a grandes personajes del «papel cuché»: toreros, modelos, escritores, artistas en general. No se pierden una comida o una cena en este negocio.
Pero no creas que no está a nuestro alcance, ni mucho menos. No es un sitio económico pero te puedo asegurar que la calidad de los productos valen lo que cuestan.
El servicio es espléndido ya que en ninguna de las veces que he estado se han retrasado los platos. Están pendientes de tí y lo más curioso de todo, es que no parecen camareros. Se acercan a ti como si te conocieran de toda la vida, con muchísimo respeto y te dan un trato super especial.
Para degustar sus platos puedes o bien quedarte en la primera parte del bar, decorada con barriles, que se usan como mesas o bien pasar al salón interior donde puedes sentarte a comer o cenar.
Es curioso, que cuando el local se llena lo justo, encajan la puerta y no dejan entrar a más personas para que el local no se llene con tanta gente que no puedas disfrutar de tu cerveza, vino y tus raciones.
Y ahora me toca hablar de su comida. Yo me pirro por sus tortillas de camarones, las coquinas (con su salsita «pá mojá sopones de pan»), los langostinos (siempre frescos) y el jamón (de la más alta calidad).
Enhorabuena Sergio! sigues manteniendo el espíritu que tu padre le dió al bar!

Maltrantan a las personas, especialmente a los Trianeros