Tasquita de arte en plena Alfalfa, escondidita en la estrechez de la calle Huelva, esta pequeña taberna no espera con una carta de montaditos y panes que están de auténtica categoría. No se puede pasar muy para dentro porque las dimensiones del local son reducidas, aunque ahora –Coto, su propietario-, está reformando un saloncito que tiene al fondo donde va a organizar juergas flamencas cuando la situación lo pida. Según avanza la semana el local va cobrando más vida por las noches, y el fin de semana alcanza su clímax cerrando a las tantas y tantas. A mediodía es un excelente rincón para tapear, como ya hemos dicho, sus montaditos y panes de la casa son una delicia, os recomiendo el montadito de chorizo picante y el pan de anchoas con roquefort, buenos de verdad. La decoración del local es muy cuidada, llena de pequeños cuadros y detallitos que llaman la atención, muy curioso es uno de los carteles que lucen sobre la barra y en el que puede leerse«Coto privado de caza», en clara alusión al nombre de su dueño.
Macarena H.
Tu valoración: 4 Sevilla
–Ya con el balcón y las gitanillas colgadas a cada lado del nombre, te gana, ¿a qué sí? ¿Qué hay? Pues… Salmorejo, «montaitos», lomo, bacalao, chorizo, morcilla, jamón, queso, pringá… Jear –señala ella con el dedo índice hacia el suelo– bar español. Andaluz. ANDALUZ –grita, como si el otro en vez de ser guiri, fuese sordo-. Pídete dos o tres tapitas, «miarma», y prueba más de un triste plato. No sé a qué viene esa costumbre de las raciones. ¿En tu país no te enseñan nada? Hazme caso, que me lo agradecerás. Que si algo tenemos aquí es la variedad. Uy, estas migas están buenísimas –mira al camarero y le sonrié-. Ponme otra rubia«pa» mí y otra«pa» éste. Y un platito de jamón. Total, me va a invitar el inglés…