Cadena de tabernas vinculada a la fabrica de cervezas Cruzcampo. Recuerdo cuando comer aquí era toda una experiencia, pero cada año que pasa va perdiendo competitividad por las desafortunadas estrategias que cometen en la carta, subiendo precios y eliminando ofertas. Antes era referencia, ahora casi ni entro para echar una birrita. Me da pena de lo mal llevado que está y creo que debería de retomar viejas actitudes porque cada vez que paso está mas vacio. Si ya de por si la comida tampoco es que sea de gourmet y gustaba más por cantidad, ahora y ya ni eso. No le auguro un buen desenlace y supongo que tendrá que acabar cerrando. Una verdadera pena.
Fernando D.
Tu valoración: 3 Sevilla
Poco que decir sobre este establecimiento perteneciente a una franquicia que puede verse en otros centros comerciales de la ciudad. Ocupa un buen espacio junto a la entrada de Zona Este, y suele llenarse los fines de semana. Tiene multitud de mesas tanto dentro de su amplio salón, como a modo de velador en el hall del centro comercial. Las tapas no tienen nada de especial, si bien no están malas y se come razonablemente bien por poco dinero. He probado alguna vez los serranitos, los panes rústicos y alguna tapa de solomillo, así como algún entrante frío: te alimenta y punto. Sí que se agradecería una mejor atención en el local, especialmente en los días de más afluencia. Si ya son un poco lentos cuando no hay nadie, cuando se llena te puedes imaginar…
Rocío L.
Tu valoración: 2 Sevilla
Los fines de semana es una autentica locura comer allí. Solo hay dos camareros para toda la sala y una gran cantidad de publico. ¿Eso en que se traduce? 1. Camareros lentos que tardan su rato en tomar nota para comer. 2. Comida o congelada o poco hecha. 3. La segunda bebida es casi imposible que llegue. En resumidas cuentas la gestión de ese local está mal y hace falta más personal. Ahora… En cuanto a la comida. Cuando hay tal bullicio apenas pueden con las comandas. Nos trajeron unas lagrimitas de pollo que no eran tal, sino pechuga de pollo empanado que tuve que cortar yo misma. Si pido lagrimitas de pollo que este cortado! ¿no? Y otra cosa mas, le faltaba salir corriendo de lo poco cocinado que estaba. Con problemas similares nos encontramos con la tabla rustica de 4 quesos, poco cocinado, uno de nosotros lo dejó en el plato y los demás nos lo comimos por pena. Y por ultimo lo más grande, te puedes morir de sed tranquilo que el camarero te traerá la bebida con la cuenta que es cuando se percata de que le faltaba ponerla. En definitiva, es un sitio que necesita mas personal los fines de semana y dejarse de ahorrarse esas cuatro perras por no contratar a alguien. Ni la comida, ni el servicio son buenos.