El Porvenir

Muy buena calidad en las flores, el reparto es inmediato

No encontraba una floristería en todo el barrio. Me había recorrido toda la manzana sin rastro de floristería alguna. Había hecho una reconstrucción de las calles por las que pasaba todos los días yendo o viniendo del trabajo sin rastro de floristería alguna. Había recorrido otras partes del barrio, había llegado hasta el Porvenir, y nada, no encontraba por ninguna parte una floristería. Al día siguiente era el cumpleaños de Rosa y regalarle unas orquídeas era mi objetivo. Es de las pocas personas que realmente aprecian una flor. De vuelta a casa, tras la infructuosa búsqueda, recordé la planta que nos había regalado Helene cuando nos mudamos. ¿Dónde la habría comprado?. La llame y me indicó que había una floristería entre la Huerta de la Salud y Felipe II. Las indicaciones eran un poco imprecisas, pero eran mejor que nada. Hice el camino y no di con ninguna floristería, probé uno alternativo, y tampoco. A la tercera fue la vencida y bajando la calle Diego de la Barrera, haciendo esquina con la calle Porvenir, di con la floristería. Oculta sin estarlo, esperando el despiste del que pasaba para captar su atención. La tienda era pequeña, pero salían plantas de todos los rincones y paredes y estanterías. Era como un pequeño trozo de jungla amable. Los dueños eran una pareja, muy amables, que me indicaron todas las plantas y flores, sobre todo plantas, que tenían. Y unas orquídeas realmente bonitas. La flor con su enigmática apariencia de abeja. El precio, como en cualquier otra floristería, caro para lo que dura una flor, escaso para lo bella que son.