Casa Salva

Casa Salva y yo llegamos al barrio casi al mismo tiempo y a pesar de eso sólo he ido en tres ocasiones. Hoy me he arrepentido de no haber ido más veces.
Después de verano han remodelado el local: han puesto una barra de obra y han añadido dos pequeños salones al final. Además, ¡novedades! Ahora tienen desayunos y también abren para cenas los viernes y sábados y vísperas de festivos. Muy feliz.
Lo más típico es pedir el menú del día, que vale 10 € e incluye dos platos, pan, bebida y postre. Nosotros no teníamos hoy mucha hambre así que hemos pedido dos platos de la carta: revuelto de bacalao dorado y surtido de croquetas (de pollo y de jamón). Y de postre un trocito de tarta de naranja. Y de repostre un chupito que nos han regalado. Me encantan los chupitos.
Las croquetas estaban muy suaves, con tropezones de pollo y jamón grandecitos. Y sin ser muy amante del pollo me han gustado más que las de jamón. El revuelto de bacalao estaba rico pero es cierto que soy muy exigente con él y que los he probado mejores.
Las camareras han sido super atentas y siempre sonriendo, el servicio muy rápido y eficiente y la comida como la de tu casa. Mola encontrar sitios en los que la comida es casera y el ambiente tan familiar.
Si vas a comer es mejor que vayas tempranito porque a las 14:00 cuando la gente de las oficinas cercanas sale de trabajar el restaurante se llena.
Volveré, no me cabe duda.

My favourite home-​style restaurant in Sevilla. Homemade Spanish food doesn’t get any better. Salmorejo, Chocos en su tinta, are’ a must’, but everything is great.

Cuando me recomendaron este restaurante agradecí muchísimo el consejo. La zona del Museo, donde se encuentra, no se caracteriza por la abundancia de bares, y mucho menos de restaurantes a buen precio. Pero siempre que intentaba probarlo me lo encontraba cerrado, sólo abren a mediodía y nunca los fines de semana ni festivos. Claro, a esa hora está una enclaustrada en la facultad…
Pero lo conseguí. Lo pillé abierto. Y mereció la pena. Cocina de madre en toda regla, con materia prima de calidad y procesos sencillos que da como resultado zamparte tu buen plato de guiso en dos minutos. El ambiente es familiar y Salva un encanto. No me extraña que lleve abierto tantos años y que puedan permitirse un horario tan ajustado. Los parroquianos ya hacen por acercarse cuando abren esas puertas azules…

Este restaurante abrió hace casi 30 años en una zona privilegiada, entre el Centro Comercial Plaza de Armas y el Museo de Bellas Artes.
Comimos una vez el año pasado y nos encantó su cocina mediterránea, lugar idóneo para comer guisos caseros.
Este año nos hemos planteado hacer el almuerzo de Navidad de las amigas y el precio nos sorprendió gratamente: 25 € incluyendo 6 bebidas.
Lo malo es que no abren el fin de semana, pero admiten reservas para cualquier otro día, incluso vía on-​line.

Es uno de los grandes sitios auténticos para ir a comer que quedan en Sevilla.
Oculto en un exterior poco llamativo se encuentra una casa de comidas confortable y acogedora. Las paredes están decoradas con fotos y dibujos de sus visitantes mas ilustres, que han sido muchos.
Precisamente en mi última visita, en una divertida sobremesa bajo el efecto de su exquisito licor preparado por él mismo, tuvimos una acalorada discusión con Salva y su mujer acerca de quien se quedaría el retrato que había realizado uno de los comensales, gran dibujante, en el mantel de papel mientras degustábamos sus sabrosos platos.
Y es que allí se come comida mediterránea hecha con cariño y con materia prima de calidad. Sino lo tienes claro, deja que Salva te aconseje. Una cosa tan simple como unos tomates «aliñaos», es uno de las cosas mas buenas que te puedes echar a la boca, y es que parecía que estabas comiendo jamón de lo sabroso que estaban.
Un restaurador que abre sólo de lunes a viernes a mediodía, sabes que te va a intentar transmitir la buena vida que lleva a través de su arte… y si se lo puede permitir será por algo