Calentería

7.45am. Camino de casa despues de una noche larga… Se me antoja desayunar churros con chocolate! Menos mal q vivo al lado…
Compro una racion de churros con chocolate… 5 € bien cobrao ahí!!!
Tienen churros de toda la vida y tb churros de patata… Ademas tb tienen almendritas, patatas… y piedras de esas de la suerte. Yo siempre me he quedado totalmente LOCA mirando el cacharro lleno de piedras… no le encuentro el sentido.
En fin, que el sitio tiene mucha fama, mucha historia… pero aunque estén riquísimos yo los veo caros a más no poder.

Tal vez me equivoque –y eso espero– pero me da que el sencillo negocio de «Churrero» se está perdiendo. Si, puedes encontrar churros en muchos bares y en muchos rincones de la geografía española, pero lo churros buenos, esos que crujen y no se viene abajo a las primeras de cambio, firmes y de justa masa, pocos quedan y uno de esos lugares que puede presumir de churros ricos, ricos, ricos, es La Calentería. Pocos placeres hay como comprar los churros y sentarte en el bar de al lado (mejor en el «3 de Oro» que en el «Modesto» los camareros son demasiados estirados y parece que esperaran que les sirva tu a ellos) en una de esas mesas en las que da el sol que se cuela por la «Puerta de la Carne», con o sin periódico –otra raza en peligro de extinción-​, y el placer se torna sublime si la degustación es en primavera… luces, olores y sabores para disfrutar. Ya se sabe que Sevilla es especial en primavera

Ya os he hablado anteriormente de mi madre (todo un personaje vamos), así que cuando voy a verla al trabajo o tengo que hacer una gestión por allí, aprovechamos y desayunamos por aquí. Bueno especifico, compramos los churros aquí, y tomamos café en el bar de al lado. Es lo que tiene que lleve muchos años trabajando por allí y que la conozcan ya los camareros, así que ella sin pudor les pide el café y les dice que va un momentito a comprar los churros a la calentería.
Merece la pena cambiar la tostada por estos churros calentitos que están para chuparse los dedos (bueno mejor no te los chupes que luego te dará fatiguita el aceite).
Los churreros son también muy simpáticos y muestra de ello es que el miércoles cuando preguntamos hasta que hora tenían abierto (nosotras vamos por la mañana, así que la tarde para mi es esa gran desconocida), nos dijeron que estaban abiertos «hasta que se cansaban».
Si un día vas por la tarde y han cerrado, es que ese día estaban muy cansados.

Es la churrería por excelencia de esta zona de la ciudad.
Yo, que como alguno ya sabéis soy de una familia de cinco hermanos, crecí con el pan frito con azúcar y los churros congelados en el mejor de los domingos, hecho con mucho amor, eso si. Los churros es una de esas cosas que al recordarte a la infancia se convierten en una máquina del tiempo que te transportan a ella a través de sabores y olores… Y es que no hay mejor plan para una mañana de fin de semana lluviosa.
Los de este establecimiento pasan por ser de los mejores que he probado, de rueda o de papa, siempre que puedo me acerco a tomarme una ración. Además puedes tomártelos acompañados de un café en alguna de las terrazas de los bares que lo rodean.
Como curiosidad es una churrería que tiene un amplio expositor de bonitos minerales. Para que digan que esto de los espacios multidisciplinares es una tendencia nueva.

Pocas cosas son mejor que levantarte y que te hayan traído churros con chocolate. ¿Es o no?.
De niña, cada vez que venía a Sevilla (soy extremeña pero de padre sevillano), y me quedaba en casa de mi abuela, mi padre, o cuando él se escaqueaba, mi madre, nos traían churros para desayunar. Todo era un ritual, y éste era el sitio elegido.
Es cierto que por su situación estaba relativamente próximo, pero la verdad es que mi abuela no daba más opción. O era ahí, o era ahí, y no se hable más. Yo crecí pensando que eran los «únicos churros que había en la ciudad».
Cuando llegué a cierta edad, ya me tocaba a mí ir a por los churros, y descubrí que había una churrería más cercana. Un buen día decidí comprarlos allí e intentar colársela a mi abuela. El resultado: me pilló nada más entrar en casa.
Probablemente no es el sitio donde poder comprar los churros más baratos, de hecho con total seguridad no lo es, pero quizás si es de los sitios que lo hacen mas buenos, o con un toque especial (o al menos eso creo).
Ahora si voy los compro y me los llevo a un banquito de los Jardines de Murillo.
Las colas que se forman no son ninguna broma.
La dueña siempre dice que cuando va a abrir ya hay gente esperando (muy de churrería).
Está lleno de jubilados que quieren disfrutar de un buen desayuno.
No es raro ver a guiris a las 7 de la tarde comprando un cartucho y un vasito de chocolate.
también venden unas patatas fritas ¡muy muy buenas!