Este bar lleva muchos años abierto en Triana en la zona de Chapina, aunque antiguamente solo era de copas, actualmente es de copas y de tapas, no se si habrá cambiado de dueño pero esta bien acondicionado y restaurado. Nos sentamos en la terracita que tienen que en verano se agradece. Pedimos unas tapas y la verdad que estaban muy buenas, también tienen raciones. El servicio es amable y cumplen bien. Ideal para grupos, el local por dentro es grande. Así que lo recomiendo!
Augusto G.
Tu valoración: 3 Sevilla
No sé si ha cambiado la gerencia, pero sí le han hecho una reforma que ha conseguido que pierda toda su esencia. Ha quedado como un local más, cuanto antes tenía una decoración que lo dotaba de una personalidad tremenda. Parecía un club de los años 70, todo en rojo. Era idóneo para una escena de una película de Tarantino. Azabache es un bar no muy grande. Aunque lo compensa con una terraza muy agradable No es un lugar al que vaya con asiduidad. Aunque en una época desayunaba de vez en cuando aquí y no estaba mal. Un detalle curioso es que en varias ocasiones he coincidido allí con miembros de las fuerzas del orden tomando café. He visto que sirven comida, pero aparte de las tostadas, no he comido nada más. El servicio y el precio son normales. Buon Appetito.
Beatriz Á.
Tu valoración: 3 La Puebla del Río, Sevilla
Solamente he ido a este lugar una vez. Hay que decir que está muy bien ubicado pero yo fuí por Semana Santa y estaba petadísimo. Concretamente fuí un Viernes Santo para ver salir el Cachorro y ya que estábamos allí y era hora de comer, pues nos animamos a buscar algún bar cercano. Y en Café Bar Azabache que nos plantamos. Eso sí, tuvimos que comer en la barra porque era imposible encontrar una mesa libre ni en el interior ni en la terraza. Los demás bares estaban igual y como había hambre, nos conformamos con apañarnos así. Comí unos rollitos de solomillo con bacon y salsa de mostaza que estaban muy ricos y unas papas que eran al estilo papas bravas… más o menos. Ya no lo recuerdo demasiado bien. Pero también estaban ricas, estas eran para compartir. El bar es bonito y con una decoración modernita. Eso sí, tardaron bastante en servirnos, pero imagino que era por el colapso de aquel día concreto. Si algún día vuelvo, ya comprobaré si fue sólo eso o si es algo habitual. ¿Recomendable? Pues sí. Hombre, no es el mejor bar al que he ido en mi vida, pero está bien.
Meriem M.
Tu valoración: 5 Paris
Très bon! Bön accueil! Pas cher et très bonne cuisine maison, tapas et désert délicieux! Nous recommandons!
Álvaro B.
Tu valoración: 3 Sevilla
Que me gusta una mañana soleada, no os lo podéis imaginar, y en la terraza del Azabache es algo no muy difícil de conseguir con el permiso de las nubes y los días de niebla. Incluso en diciembre se puede disfrutar de los rayos de sol en una de sus mesas, cosa que –como dirían en el anuncio de la Master Card-, no tiene precio. Este local me gusta para tomarme un zumito a mediodía, además, como disponen de wifi puedes llevarte el portátil para teclear un rato o buscar cualquier información en la red, cosa que resulta muy ventajosa, porque resulta muy llamativa, porque tener acceso a wifi por lo que vale un refresco o un café es todo un lujo. Ponen desayunos, y unas tapas muy ricas, yo he probado un rollito de solomillo que tenía muy buena pinta y sabía mejor aún, además, es un buen sitio para ver los partidos de fútbol, ya que tienen una tele en la que emiten los más destacados de la semana tanto a nivel Champions como de liga. El interior del local es amplio, pero la verdad es que como mis visitas a este se limitan al mediodía, ni siquiera he tenido la oportunidad de sentarme en una de sus sillas; yo con lo que me quedo es con su terracita, y con el sol que a las doce de la mañana inunda todo Chapina.
Maria T.
Tu valoración: 1 Sevilla
Una lástima que el mínimo de estrellas solo sea uno, porque le pondría hasta negativos si pudiera. Una noche, mis amigos y yo, decidimos cambiar el lugar donde tomarnos algo y charlar, y fuimos allí. No salimos muy satisfechos porque no nos gustó el ambiente que había, no era de nuestro estilo. Aun así, el local era grande, decorado muy moderno y la música normal, pero no se, no nos entusiasmó. Mi última experiencia fue la noche de fin de año de el año pasado. Tras buscar diferentes locales para alquilar, pensamos en este. El dueño nos indicó precios, nos enseñó el local, nos ofreció un cuarto para que usáramos de guardarropa, nos ponía a los camareros, y el equipo de música, estaba dispuesto a quitar los muebles de en medio y dejar el local casi vacío y no teníamos que encargarnos de limpiar el día 1. No nos gustó que un par de días antes, cambiaran de opinión: ya no teníamos guardarropa con llave y ahora teníamos que buscarnos la vida para guardar los abrigos de todo el mundo. Empieza la noche, y empieza mal. La música se escuchaba muy flojito, de hecho, ni se escuchaba, solo se escuchaba a la gente hablar. Por lo visto tenían limitador de sonido, no nos lo habían dicho antes, no lo podíamos subir más y no se escuchaba nada. Estuvimos toda la noche«intentando» escuchar algo. Cuánta frustración te da pensar que has organizado una fiesta, con el trabajo que cuesta, para que luego no se escuche la música, que es lo más importante. Eso sin contar que nos echaron una hora antes de lo que habíamos acordado. Lo que pasó al día siguiente, fue mucho peor. El dueño, y su amigo, que por lo que se implicaba supongo que sería el socio, nos querían cobrar por todo. Nos hablaban en un tono déspota y desagradable. Encima de lo mal que lo habíamos pasado en la fiesta, más problemas. Una tapa del váter rota, una anilla de un extintor que habían roto. todo comprensible… menos las paredes. Una pared manchada, la cual ni siquiera habían limpiado, y querían que pintáramos todo el local. Nos armamos de valor y con un estropajo nos pusimos manos a la obra y… oh! magia! los churretes casualmente se fueron, cosa que nos fastidió mucho más porque significaba que ni habían intentado limpiarlo y nos querían estafar. Estábamos tan indignadas que recogimos las botellas que nos sobraron y nos fuimos, pero luego haciendo recuento, vimos que encima, se habían quedado con muchas botellas. La experiencia fue lo peor que nos había pasado nunca, y desde entonces, y el malísimo trato que nos dieron, no he vuelto a ir, ni pienso volver.