Arreglos y Modas Grassi

Hilvanar… me encanta esta palabra.
Aunque todos creemos que cogerle los bajos (o coger el dobladillo) a unos pantalones es algo que está al alcance de todos, os garantizo que no es cierto.
Siempre me ha gustado la costura y había creído que no se me daba mal. La verdad es que no se me da mal, pero si que es cierto que hay que dejarles a los profesionales que hagan las cosas que saben hacer bien por naturaleza.
Conocí este negocio de costura, porque se rompió una parte de tela de plástico al carro de mi bebé y no sabíamos como meterle mano.
Se lo llevamos y nos aconsejó que quitásemos la tela de plástico y pusiéramos una blanca. Si vierais, de eso hace ya dos años, lo bien que quedó, no se ha vuelto a romper.
Así comenzó nuestra relación. Empecé a llevarles pantalones, chaquetas y un vestido para que me hicieran algún arreglillo.
Llevo bastante tiempo sin ir, pero no porque no sean profesionales, que lo son. Sino porque me han resultado algo careras. Encontré otro negocio de costura mucho más cerca de mi casa y a mejor precio.
Y Grassi, una sonrisita por favor.