Salazón

Nos sentamos en la terraza del Salazón porque mi amiga Celia se empeñó en que era la más «mona» de la plaza… Pero ya lo dice el dicho que no es oro todo lo que reluce… Vayamos por partes.
Para empezar tardaron una eternidad en salir a preguntar qué queríamos tomar. Bueno no, recordando bien, uno de los 4 que íbamos tuvo que ir dentro a avisar ya en plan desesperado. Preguntamos si tenían varios refrescos (muy comunes) y no tenían nada (ni Nestea, ni fanta, no coca coca light…). Pedimos unas olivas para picar y la verdad, no gustaron demasiado…
Entonces entendí porque era la terraza más vacía de la plaza aún siendo la más «mona».

Domingo soleado, plaza concurrida, terrazas llenas, ¿todas?, noooo, la más bonita de toda la plaza curiosamente esta vacía! Pues de cabeza!
Aaaaaamigo! Después de diez minutos de espera, ya ibamos entendiendo el porque de su poca afluencia. Total, que después de ir a buscar a la chica para que nos cogiese nota… solo tenían una de las cuatro bebidas que pedimos… y tampoco fue que pidieramos cosas muy raras (cocacola light, fanta naranja y nestea), con lo que el mosqueo generalizado iba en aumento, rematado finalmente con unas olivas sabor a nada!!!
Como punto positivo, el local es muy chulo y nuevo, la terraza muy amplia con muchas mesas de madera, si arreglasen un poco, ya no digo el servicio, que fue correcto (eran 2 chicas solo) sino los pequeños detalles de fijarse si alguien se sienta en la terraza y amplian la carta de refrescos, ganaría bastante.
Repetiré un día para comer/​cenar, a ver si podemos mejorar la experencia!