Queríamos probar algo diferente en Mataró y nos atrevimos de probar el nuevo Mirinda. Y qué sorpresa nos llevamos: ¡un local abiertamente gay-friendly en medio de Mataró! Aunque todavía no tienen la bandera puesta, basta intercambiar tres palabras con Carlos(que nos atendió de maravilla) para no quedarte ni con la más mínima duda. El ambiente estaba muy acogedor y animado. El Mojitos fue super bueno(aunque dudo puedas tomar dos), mientras la comida más o menos(por lo que le quito una de las cinco estrellas). Repetiremos, aunque la próxima vendremos después de cenar para probar la demás carta de cocteles de arriba abajo.