Vegaviana

Vegetariano de los de «toda la vida». Cocina y platos básicos, desde hummus a croquetas vegetarianas o burritos. Recomendable para comer o cenar con menú del día si estás por la zona, tienes hambre y no quieres gastar mucho dinero. Por menos de 12 € habrás salido con el «corazón contento».

My partner and I found our experience at this restaurant really unfriendly. There was an English menu but when we asked to see it we felt like we had done something wrong!
The food was tasty but the portions were odd. Stir fry but without any rice or noodles for example.
By the time we left, the restaurant was really busy so it’s obviously popular however up until the point we left we found staff inattentive and unfriendly.

Bueno bueno, le he ddo dos pero le daría 2.5 es decir un aprobado raspado raspado, bueno la tarde apuntaba ya mal cuando fuimos al triángulo de las verduras y estaba cerrado asique decidimos pasar por la cocina del desierto, también hasta arriba, llegamos a este restaurante asi de casualidad después de dar muchas vueltas. mm comencemos por el principio.
Llegamos al restaurante y le insisto a mi acompañante Lidia L. que entremos a probar aunque la fachada no invitaba a entrar, entramos y la decoración ya me hizo plantearme darme la vuelta y comer en otro lado pero bueno pensé no todo es la imagen…
Los camareros un poco bordes incluso a veces te sentias incómodo… pero bueno quizás la comida estaba bien, pedimos unas croquetas de garbanzos con tomate y pesto ricas la verdad de aperitivo nos trajeron una especie de tortilla vegetal fria bueno no estaba mal creo de hecho que las croquetas fueron lo mejor aunque tampoco me atrevería a decir que hubo nada sobresaliente, luego pedimos el combinado azteca (burrito, hamburguesa y guacamole con nachos (nachos de estos de bolsa)). mmmm la hamburguesa me supo parecido a las croquetas y toda la comida fue bastante lineal la verdad no destacaba nada.
En general la comida estaba bien pero nada del otro mundo, ni postre pedimos aunque teniamos ganas, nos fuimos al mercado de San Antón y pedimos un trozo de tarta.
Para resumir, si pasais por ahi y os apetece comer verduras y no teneis ningún otro plan pues entrar la comida no esta mal… pero ir con la idea de comer/​cenar alli y planearlo yo iría a otro sitio… siendo Madrid tan grande como es y habiendo todos los vegetarianos que hay no repetiría, de hecho ni entraría…será por sitios.

Lo encontramos Sonia C. y yo de pura casualidad después de buscar donde cenar sin éxito…
Nada más entrar te choca esa decoración…escasa pero aun así decidimos darle una oportunidad. Nos pedimos croquetas de garbanzos con tomate y pesto, un combinado azteca que consiste en una hamburguesa vegetal, nachos con guacamole y un burrito de calabacín con queso.
En realidad la comida estaba buena pero bastante lineal en cuanto a sabor, además el hecho de que de vez en cuando te lleves un sobresalto por los ruidos que hay en el restaurante no ayuda mucho a mejorar el ambiente.
El trato por parte del personal deja bastante que desear y el colofón final de descubrir que por los cubiertos y el pan cobran 1.80 euros pues… en fin, puedes vivir sin conocer este sitio.

Fuimos con una fan del establecimiento a cenar. Puede que eso nos haya alterado las expectativas, pero nada más entrar nos chocó la decoración estilo DIY del sitio, con el gotelé amarillo en las paredes, la iluminación de sala de colegio. También nos llamó la atención el trato. Los camareros no eran de lo más simpáticos. A lo mejor es un prejuicio pensar que en un vegetariano tienen mejor rollo que en otro sitio. Pero tampoco lo deberían tener peor. De todas las maneras procuramos no juzgar y esperar la comida. Y es verdad que todo estaba muy bueno. Las hamburguesas de avena estaban estupendas. Solamente en la presentación tendrían que esforzarse un poco más. Otra vez me surgió la imagen de la comida de colegio por la falta de gracia o cariño. También el postre estaba muy bien, mascarpone con moscatel. Pero por los precios que se pagan uno se esperaría un poco más de sofisticación para disfrutar no solamente del sabor sino también de la presentación, del entorno y del servicio.

We stayed at an apartment near this restaurant, and we had dinner here twice because it was that good! My boyfriend is vegetarian so that is why we first checked out this place. The food is delicious and at a great price (with the menu del dia, you can get an starter, main dish, dessert, and glass of wine/​bottle of beer for only 10 euros) (the rest of the items on their menu are well priced too — everything is 10 – 15 euro). Service was excellent, and they even have English menu! Highly recommend coming here if you are vegetarian.

I was so thankful to see a vegetarian restaurant in Madrid as many of the other restaurants we’d seen had no veg options on their menus. The menu was inventive and our entrees were well prepared. There are a few chicken items on the menu too for meat-​eaters, how thoughtful!

El Vegaviana es un clasicazo madrileño. He comido muchas veces, a medio día, alguna vez de menú, pero sobre todo de carta. A mis hermanas les encanta. Y a mi también me gusta. Tiene platos estupendos y otros que no lo son tanto, pero cuando vamos solemos pedir nuestros clásicos… berenjena a la parmesana, croquetas de boletus, pizza de queso de cabra, raviolis de boletus… y ese tiramisú buenísimo y caserísimo, que por si solo justifica la visita. Buenos precios, servicio un poco lento, local algo desangelado, y comida vegetariana casera de verdad.

Creo que es de los vegetarianos más antiguos de Madrid, y si no, por lo menos sí es de los que más fama tienen. El Vegaviana está en pleno Chueca, muy bien situado, y casi siempre está de bote en bote. Yo he estado creo que dos veces contando la última, y nunca he salido enteramente satisfecho.
Lo primero es que, le duela a quien le duela, vivimos en un mundo en el que la imagen es todo. O al menos un 90%. Así que es más que evidente que la mayor parte de las cosas deberían entrarnos por los ojos. Esto es algo que no consiguen en Vegaviana. El comedor del restaurante tiene poca luz natural, y todo tiene un aspecto como polvoriento, a causa de los cristales amarillos que hay en la puerta. Por si esto fuera poco, la decoración del lugar es más bien parca, por no decir inexistente. Tampoco es que tengan que tener bouquets de flores frescas que tengan que cambiar diariamente, pero un poco más de atención en ese sentido no vendría mal. Como por ejemplo, no tener cámaras frigoríficas con postres delante de los clientes, o en su camino al baño.
Con respecto al trato… también regular. Los camareros no son especialmente simpáticos. Tampoco es que tengas que ir con una sonrisa que al final del día te duela la boca, pero sí tratar a la gente con un mínimo de cordialidad, que es lo suyo. Supongo que esto es lo que los guiris suelen llamar «el mal trato al cliente en España», que muchas veces los camareros te hablan como si estuvieran enfadados con el mundo así en general, y tú tienes la pequeña sensación de que, verdaderamente, has hecho algo malo y estás siendo castigado por ello.
Con respecto a la comida, eso sí estuvo medianamente bien. Comimos de menú: en mi caso una ensalada tabulé que estaba bastante rica y luego un plato Vegaviana que traía desde paella hasta remolacha, pasando por una croqueta vegetariana. La comida estuvo bastante correcta, pero creo que hay restaurantes vegetarianos en Madrid bastante mejores que Vegaviana que no se llevan tantos laureles. De hecho, de postre tomamos crema de Mascarpone y de Mascarpone solo tenía el nombre, porque no sabía más que a nata.

Este fue el primer restaurante vegetariano al que fui, me tuvo que llevar un amigo de Barcelona (que ni siquiera es vegetariano, pero le gustaba) y más tarde he vuelto a ir varias veces (nunca con vegetarianos). Tienen una carta bien compuesta y la verdad es que no se echa de menos la carne. Allí he probado unos sanjacobos de saetán y que me aspen si no estaban más buenos que cualquiera cárnico que puedas comprar congelado (contra los caseros es otro cantar). También ensalada, quinoa, y algo así como lasaña con berenjenas. Mal no se come, la verdad, pero sí es cierto que resulta un poco caro.

El Vegaviana es el restaurante vegetariano de Chueca. Tiene tantos premios y tantas menciones que al final he acudido en un par de ocasiones.
La primera vez fui de menú del día, 10,2 euros, rico pero no para tirar cohetes. Además el restaurante me pareció un lugar sin atractivo y más bien feo, esas plantas de plástico.
La segunda oportunidad, digo segunda vez, ha sido a la carta y he salido defraudado. 7,8 euros un tomate hecho rodajas con 5 aceitunas (literal) y 4 cachos de queso feta (literal), eso era la ensalada griega. Y el segundo plato, un combinado degustación para dos personas por 18 euros y compuesto por varios platos: el cuscus pasado, el arroz recalentado, el pimiento relleno insípido, solo se salvaba el pastel de berenjena que estaba bastante bueno. Como no nos moló no tomamos postre.
En total pagamos 35 euros (nos cobraron una coca cola de más) de los que 1,8 euros fueron por los cubiertos y el pan. Así que, creo que no va a haber tercera vez, ya que hay otros vegetarianos por la zona que tienen mejor calidad y a unos precios similares.
Por cierto, no comprendo porque este restaurante tiene premios tres años seguidos, o ha cambiado de dueño o de cocinero o de no sé, o es un tongo.

Sólo he ido una vez, pero sin ninguna duda repetiré. Para los carnívoros empedernidos y demás escépticos respecto a la comida vegetariana, os diré que cenamos maravillosamente, en un ambiente muy agradable, y que nuestros estómagos se marcharon llenos a casa por un precio asequible (unos 15 € por persona). Este restaurante tiene bastante fama en la zona de Chueca, tanto es así que cuando yo fui, un martes, estaba casi lleno, así que si vuestra intención es pasar por allí en el fin de semana os recomiendo que reservéis mesa, porque sino os tocará esperar, garantizado. También tienen un menú diario por 8,20 € que merece la pena probar en uno de esos días en que el trabajo obliga a comer fuera de casa. Para los adeptos a restaurantes vegetarianos, no lo dudéis, platos originales y de calidad. Para los novatos, ¿por qué no acercarse a curiosear? Seguro que sus burritos de calabacín o sus pizzas, con una masa muy especial, nos os dejarán indiferentes. Y hablando de diferencias, lo que de verdad marca la diferencia entre este y otros restaurantes vegetarianos es su tarta de mascarpone con moscatel… NO DEJÉIS DE PROBARLA!