No sé por dónde empezar, pero creo que no tengo demasiada intención de volver aquí por ahora. Resulta que un colega celebraba aquí su cumpleaños el sábado pasado a la hora de comer, coincidiendo con el Real Madrid-Barça(o no tanto porque quedaron 3 horas antes del comienzo del encuentro) y la comida no empezó a salir hasta empezado el partido porque, según ellos, había demasiado gente en la barra y no podían ir a hacerla. Jo, macho, qué excusa más mala. Luego también está el detalle de que sacaban más cervezas de las pedidas pero, en vez de llevárselas, las dejaban por si se las tomaba alguien y te las cobraban, claro. Sigamos: el Pisco Sour no lleva canela, lleva angostura, y no son cosas que se parezcan. Pero vaya, esto podríamos pasarlo si no te cobraran un dineral por cada uno aunque el tamaño sea más bien aleatorio, y cuando nos quejamos de esto, nos dijeron que la vista nos engañaba porque habíamos bebido y que los iban a seguir cobrando igual y poniendo en el primer vaso que pillaran. Fantástico, amiguetes. Si al menos la decoración hubiera acompañado… Pero no, son cuadros de algún conocido que se basan en tetas, penes y motivos vegetales y geométricos, más similares a la portada de un LP de algún grupo psicodélico de hace un par de generaciones que a otra cosa. Una experiencia… No, ni siquiera puedo decir que interesante, creo que hay sitios mejores para probar la comida peruana, y eso que me dijeron que esta no estaba mal(yo no llegué a probarla).
Ginebra T.
Tu valoración: 4 Madrid
Este lugar ha sido un baretillo de toda la vida de Lavapiés, y ahora es un sitio de cocina peruana, pero por fuera es todo igual. Probé al ají de gallina, del que me considero ultra fanática. Estaba bueno. No se, es un lugar pintoresco, y la calle de Miguel Servet tiene algo especial, y ese señor, tenía algo de muy especial.
Antonio J L.
Tu valoración: 4 Granada
Esta taberna de las de toda la vida situada muy cerquita de la plaza de lavapies, y que antes habia sido durante todas su existencia una cafeteria, a cedido sus horribles azulejos y su barra de aluminio a la cocina peruana. Pues sus nuevos propietarios, Cesar y Marisa, están decididos a traernos a nuestra mesa lo mejor de la gastronomía peruana en Madrid, y han conseguido crear en esta tasca cutre un ambiente familiar que anima a probar las especialidades del país. Entre las que destacan sin duda alguna los sabrosos choritos(Berberechos) a la chalaca. Sorprende también la sopa criolla, que si bien es algo insípida, el cuarto de pollo que flota en ella junto a la propia sopa te aportaran sin lugar a dudas todos los nutrientes que tu cuerpo necesita para una larga jornada… Vamos que llena lo suyo. También destacable el sorprendente filete a lo pobre, macerado con salsa de soja y el ceviche mixto. Un lugar en el que los curiosos de la cocina peruana podrán saciar sus dudas, y donde los peruanos podrán comer una buena comida casera como si en casa estuviesen. Precio medio:17 euros